Todo lo que debes saber para invertir en corto en bolsa

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La CNMV, Comisión Nacional del Mercado de Valores, levantaba la prohibición que se había colocado de modo temporal sobre los valores de las compañías para invertir en posiciones cortas, con motivo del COVID19.

En un mercado tan volátil y cuando la incertidumbre se cierne sobre la bolsa, es fundamental conocer todas las estrategiad de inversión.

Analizar todas las opciones posibles permitirá sacar el máximo partido a nuestros ahorros. Una de estas posibilidades es invertir en corto gracias a las posiciones bajistas.

Éstas son usadas por inversores cuando creen que la bolsa o cualquier activo financiero va a caer. Con ello, logran sacar una rentabilidad a los ahorros. En algunos casos, muchos inversores usan estas posiciones para proteger su cartera por alta volatilidad.

Para poder invertir a la baja, se toman prestadas acciones de una determinada empresa, que tendremos que devolver en un tiempo concreto, y venderlas en el mercado como si fueran unos títulos que el inversor tuviera en cartera.

Lo ideal es comprar estos títulos (de nuevo) cuando estas acciones han caído hasta los niveles esperados, devolviendo en este momento a la entidad emisora o accionista las acciones que nos prestó. Esto se conoce también como venta a crédito.

¿Cómo funcionan las posiciones bajistas? ¿Son buenas para el mercado y las empresas?

A continuación, explicamos todos los detalles.

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Invertir en corto: ¿cómo llegan a funcionar las posiciones bajistas?

Para conocer cómo funciona esta operativa, a continuación, vamos a exponer un ejemplo: Con una acción que pensamos que caerá de 10 a 5 €.

  • Contactamos con un accionista a largo plazo de la empresa, que además quiere alquilarnos las acciones que posee durante un tiempo determinado y a cambio de unos intereses. En este caso y en cualquier plataforma, nosotros podemos invertir en corto sin necesidad de buscar a otro accionista.
  • Tras contar con su beneplácito, nos alquila, por ejemplo, 100 títulos, que debemos devolver en el plazo de un mes.
  • En el mercado venderemos las acciones las acciones a un precio de 10 €, obteniendo de esta venta unos ingresos de 1.000 €.
  • Tras la venta del anterior punto, efectivamente, el mercado comienza a retroceder, la cotización se desploma y llega al nivel de los 5 € que teníamos como objetivo.
  • De los 1.000 € que se habían obtenido con la venta de acciones, cogemos 500 € para realizar la compra de las 100 acciones que se deben devolver al inversor que nos las prestó.
  • Se devuelven al inversor los 100 títulos que nos alquiló, pagando el alquiler acordado. En este momento, el accionista tiene en su poder unos títulos que valen la mitad que hace un tiempo, por lo que podemos pensar que la operación ha sido mala.

Pero en este caso, no es así.

El inversor que puso en el mercado sus acciones para el alquiler, pensaba contar con títulos durante muchos años y se ha quedado con las acciones que tenía (aunque a un precio inferior, algo positivo) y ha ganado el alquiler.

  • En este caso, para quien toma la posición corta, la ganancia son los 500 € de más, pero descontando los intereses.
  • Es decir, cuenta con la diferencia entre el precio al que se han vendido las acciones cuando estas se prestan y el precio que las compra para devolverlas al inversor, menos el alquiler.

Realizar todas estas operaciones se le llama tomar posiciones cortas  o bajistas.

Cuando se compran unas acciones esperando a que suban las mismas, se le llama tomar posiciones largas. La mayoría de brókers permiten realizar estas operaciones, aunque todavía algunos no cuentan con este servicio.

¿De dónde proceden las acciones para invertir en corto?

Estas acciones a la baja llegan de otros accionistas que tienen títulos de una forma estable, como comentamos más arriba, y que reciben un tipo de interés.

En resumidas cuentas, contamos con:

  • Accionistas que prestan títulos a las entidades financieras o intermediarios a cambio de unos intereses.
  • Entidades que tienen en su poder estos títulos depositados, permitiendo a clientes que operen con estas acciones a la baja, sobre todo si piensan que va a bajar su precio en el mercado.
  • Accionistas que dan su permiso para que el intermediario (generalmente un bróker) pueda alquilar sus acciones en el mercado a un tercero, el cual se desconoce.

¿Quién usa la operativa con acciones a la baja?

Esta operativa se usa por una variedad de gestores o analistas, permitiendo así adecuarse mejor al riesgo o a las exposiciones que tienen abiertas.

Los fondos de cobertura realizan estas operaciones mediante la venta en corto, expresando con la apertura de una posición corta que la empresa está sobrevalorada por los inversores.

Este concepto de sobrevaloración algunas veces se entiende con perspectivas de valores comparables.

Por esto, los fondos compran valores en compañías que creen que cotizan a un precio alto, cubriendo sus posiciones.

Invertir en corto en compañías de todo el mundo es una de las estrategias de grandes inversores de bolsa

Estrategias de inversión en corto: los riegos para las empresas

Para las compañías en las que se invierte en corto, sobre todo en los momentos de baja liquidez, puede significar acumular posiciones que pueden inundar el mercado de órdenes bajistas, que hagan colapsar el precio del valor.

Con ello, se daña la imagen y la salud de la empresa. En estos casos tienen un efecto que se retroalimenta.

Ante estos momentos en los que se acumulan estas posiciones, los reguladores actúan en algunos casos prohibiendo esta operativa.

¿Por qué no se prohíbe la inversión de acciones a la baja si tienen efectos negativos?

La primera razón por las que se sigue operando en corto es la liquidez. En situaciones normales, los bajistas dotan de mayor liquidez y mejoran la eficiencia fijando precios.

El segundo motivo es que no existen evidencias que concluyan que, en situaciones normales, la operativa en corto aporte una mayor inestabilidad en el mercado.

Además, numerosos estudios de profesionales de mercado apoyan las conclusiones mencionadas. Sus resultados apuntan a que la prohibición de cortos incide en una caída en la liquidez de las empresas y retrasa que los precios se adecúen.

Esta operativa no suele evitar que las empresas que cuenten con un balance económico débil, finalmente, caigan.

Estrategias de inversión: invertir en corto como cobertura

Esta inversión es usada, por otro lado, como un mecanismo de cobertura ante una posición alcista en el mercado de acciones. Es decir, sirven para proteger la inversión.

¿Cómo funciona realmente la inversión a la baja?

El inversor logra tomar una posición corta para que se cubra el riesgo de que su apuesta a largo y alcista falle.

Con ello, permite compensar la caída de los títulos en los que se ha invertido con la ganancia que genera la posición corta. En estos casos, ya no hablamos de una posición especulativa, hablamos de que esta cobertura se realiza para minimizar el riesgo de una inversión.

Acciones a la baja: comprar títulos esperando un ‘efecto chimenea’

Comprar acciones de empresas que están muy castigadas por las posiciones bajistas no puede ser una mala idea.

En primer lugar, podemos conocer la cantidad de posiciones bajistas que existen en un determinado valor gracias a los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Cada dos lunes, este organismo exige a los grandes fondos un recuento de las posiciones bajistas en los valores afectados. De este modo, podemos conocer los valores más castigados.

Tras conocer qué empresas son las que más posiciones bajistas tienen, podemos comprar sus acciones (a largo) esperando el famoso ‘efecto chimenea’.

¿Qué es el efecto chimenea?

Siempre que leemos que las posiciones cortas alcanzan máximos en el capital de una empresa, se intuye como algo negativo, pero a veces no siempre es así. Este efecto chimenea es usado por muchos inversores para esperar subidas de las cotizaciones y generar grandes plusvalías.

Los cortos que se aglutinan en un valor esperando a que caiga la acción, cuando recompran sus acciones, provocarán un efecto subida, sobre todo en momentos en los que la liquidez falla.

Este efecto chimenea, llamado así por la rapidez en la que suben las acciones, ocurrió en agosto de 2012 en la bolsa española.

En plena crisis de la deuda, los organismos bursátiles prohibieron esta operativa de forma temporal y fue en este momento cuando los títulos de las compañías empezaron a subir con fuerza: las acciones prestadas se vendían en el mercado y, con ello, las cotizaciones.

Invertir en acciones a la baja: ¿algo reprobable?

Muchos inversores creen que la inversión en corto es moralmente reprobable, puesto que es un actividad especulativa que busca dinero rápido y causa pérdidas a otros inversores e incluso empresas.

Sin embargo, como hemos comentado anteriormente, otros expertos e inversores creen que esta inversión hace que exista más liquidez en las empresas, alcanzando más rápidamente el precio real en el mercado de un valor.

En definitiva, invertir en corto o de forma bajista es apostar a que las acciones de una empresa caigan en el mercado, es una estrategia de inversión, buscando una rentabilidad o protegerse de la inversión alcista inicial que han realizado en una empresa cotizada.

Esta operativa en la que se invierten acciones a la baja es una de las estrategias de inversión más realizadas por algunos grandes gestores del mercado.

Conocer cómo funcionan los cortos, para qué y quiénes realizan estas operaciones es importante para conocer los riesgos que se asumen al invertir en bolsa vía acciones.

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