Relaciones profesionales flexibles e integración tecnológica desde las personas, retos para 2024

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Por: Luis Fernando Rodríguez – CEO de Watch&Act


En estas épocas, quien más y quien menos tratamos de anticiparnos y predecir las claves de cómo será el nuevo año, cómo se comportarán diferentes sectores y entornos profesionales, cuáles serán las tecnologías más utilizadas, las preferencias de consumo, las ideas fuerza que marcarán el camino y la manera de hacer las cosas… En definitiva, qué podemos esperar para el ciclo que comienza y cómo debemos prepararnos para enfrentarnos con éxito a los nuevos retos.

Desde la posición privilegiada que nos da la ejecución de proyectos e implantación de soluciones tecnológicas para mejorar la gestión de personas en más de 250 organizaciones globales, hay una tendencia común que venimos observando y que creemos que eclosionará en 2024: la evolución imparable hacia un nuevo modelo de relación entre los profesionales y las empresas.

Tanto los empleados más jóvenes como los de más edad demandan relaciones más flexibles, y se va a ir imponiendo el concepto de ‘freelancer’, como experto que ofrece sus servicios profesionales sin que exista un contrato laboral. Es decir, un modelo contractual PSAAS “people skills as a service”.

concepto de ‘freelancer’

Se trata de una relación “fluida”, en la que el especialista aporta ideas de negocio y prefiere ser parte de la iniciativa como socio del proyecto, pero no como empleado. Este modelo no es ajeno a las empresas, lleva tiempo existiendo, aunque todavía no en grandes volúmenes. Pero es un concepto al que le auguramos un gran futuro, y que pasa por aceptar el hecho de compartir el éxito potencial de una idea a cambio de involucrar el talento de los profesionales en la ideación y el desarrollo de la misma.

Para implantar formalmente este tipo de relación profesional es necesario diseñar alrededor todo un ecosistema de metodologías para trabajar en equipo, determinar qué recursos proporciona la empresa a este ‘freelancer’, qué relación mantendrá con los clientes, qué acceso se le facilita a programas de formación, desarrollo y capacitación, qué beneficios percibirá…

Una compañía bien posicionada digitalmente y con una reputación de empresa innovadora atraerá el mejor talento y fidelizará a los equipos. Pero en este proceso no podemos olvidar a las personas

Y en paralelo, existen otros dos factores a contemplar y determinar. El primero, el modelo retributivo. Este punto es un elemento importante que puede afianzar la relación entre el profesional y la empresa o, si no está bien diseñado, puede sesgar enormemente y desvirtuar el modelo, haciendo que una de las partes, o a ambas, tengan la sensación de que la relación ya no es positiva, y marcar el principio del fin.

El segundo es la percepción de unicidad, cómo gestionar el hecho de que, al no existir un contrato laboral, ese profesional no es “sólo tuyo”, y esto puede llevar implícita una sensación de falta de confidencialidad.

Debido en muchos casos a posibles prejuicios, este punto llega a generar una relación de “desconfianza hasta que se demuestre lo contrario” que destruye rápidamente la construcción de un futuro en común.

Es fundamental trabajar en este ámbito y crear un escenario de seguridad y confianza que afiance la conexión entre el ‘freelancer’ y la empresa.

Conexiones entre tecnología y personas

Por otro lado, dejando ya las relaciones laborales, hay otro ámbito que será fundamental para las organizaciones en 2024, y es el asociado a cómo gestionar los conocimientos, competencias y habilidades asociadas a las tecnologías emergentes. Porque hoy día para cualquier tipo de empresa es clave integrar las herramientas tecnológicas adecuadas para ser más competitivas, y que toda su estructura sea capaz de adoptarlas de forma efectiva en beneficio del negocio.

Sin duda, la tecnología nos permite gestionar mejor, ser más eficientes, tener más información de todas las áreas de la empresa y tomar mejores decisiones. Además, una compañía bien posicionada digitalmente y con una reputación de empresa innovadora atraerá el mejor talento y fidelizará a sus equipos. Pero en este proceso, no podemos olvidar a las personas, pues son ellas las que harán realidad la integración tecnológica y llevarán al negocio hacia el éxito.

Conexiones entre tecnología y personas

Por ello, las empresas deberán seguir una hoja de ruta que construya adecuadamente la relación de sus profesionales con la tecnología. El primer paso es identificar qué tecnologías son las que realmente necesita para alcanzar sus objetivos.

La oferta es muy variada: inteligencia artificial, IoT, data science, ciberseguridad, herramientas cloud Y priorizar cuáles son las que aportarán un mayor impacto positivo a empleados y clientes y al negocio en general.

El siguiente paso es determinar desde el punto de vista organizativo qué personas y cargos se encargarán de hacer realidad la estrategia tecnológica. Para ello, es interesante aplicar el modelo ‘to be’, para marcar el punto de mejora al que queremos llegar y quién y cómo debe involucrarse en el proyecto para alcanzarlo.

En este punto, es fundamental que la cultura corporativa acompañe a nuestros objetivos, con un propósito, misión y valores alineados con ese punto de mejora al que nos dirigimos.

El tercer aspecto a tener en cuenta es el competencial: qué conocimientos y habilidades asociados a esas tecnologías deben tener los equipos, y establecer un plan de formación, tanto de reskilling como de upskilling para que los empleados estén preparados para sacar el máximo partido a las nuevas herramientas y puedan aportar el mayor valor a la compañía.

Y por último, es conveniente establecer indicadores de eficiencia asociados al negocio específico de la empresa, que ayuden a visualizar con claridad el impacto que esa transformación tecnológica y la gestión adecuada de las personas tienen en el día a día de la compañía. Algo que debe acompañarse con modelos de gestión del compromiso de los empleados y su confianza en el proyecto empresarial.

Sin duda, resulta motivador pensar que cada año que comienza es una puerta abierta a nuevos retos que alcanzar y nuevas oportunidades para mejorar nuestro desempeño.

El profesional (empleado o colaborador) será o tendrá que ser nuestro mejor cliente….

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