Nace la Alianza Tecnológica por la Inclusión, un proyecto financiado con fondos Next Generation que busca impulsar la acción de las empresas al desarrollo dispositivos que contemplen la accesibilidad cognitiva. Se trata de un proyecto lanzado por Plena inclusión España, que actualmente congrega a 950 asociaciones que apoyan a más de 150.000 personas con discapacidad intelectual y del desarrollo y a sus familias.
Este movimiento busca cerrar una brecha digital evidente en millones de personas mayores o personas con enfermedad mental que se ven incapaces de operar y comprender ciertas tecnologías que actualmente existen en actividades tan importantes como la gestión de la salud, las finanzas, o la búsqueda de empleo. «En Plena inclusión decimos que la accesibilidad cognitiva o la facilidad en el uso de la tecnología son derechos llave que impiden el disfrute de derechos básicos como pedir una cita médica, registrarse en una oposición o comprar un billete para viajar en tren”, explica Carmen Laucirica, presidenta de la agrupación. “La tecnología debe ser un aliado y no un obstáculo para la autonomía y la vida plena de las personas con discapacidad intelectual y del desarrollo”, añade.
Primeros pasos de la Alianza Tecnológica por la Inclusión
Tras el nacimiento, comienzan los primeros pasos de la Alianza. De este modo, ya se ha desarrollado una mesa de trabajo en el que han estado involucradas instituciones como Fundación Telefónica, SAP, AEB, Samsung, Inetum, Universidad Politécnica de Madrid, Universidad Carlos III de Madrid, Globant, IE University, Alcad, NTT Data e Hiberus.

Los participantes de estas organizaciones compartieron sus puntos de vista sobre las barreras principales a las que se enfrentan los colectivos mencionados, así como los criterios que se deben adoptar para el desarrollo de soluciones de tecnologías basadas en la inclusión. El desafío es importante porque a lo largo de los últimos 20 años poco o nada se ha pensado sobre esta forma de inclusión, pero lo cierto es que además de beneficiar a las personas, también puede ser rentable para las marcas.
Dicho de otro modo, hay una oportunidad de negocio evidente, dado el gran número de personas mayores o con enfermedades mentales que necesitan hacer uso de la tecnología. Por otro lado, velar por este colectivo también aumentaría la reputación corporativa, así como otras ventajas que se han comentado en la mesa de trabajo inicial de la Alianza.