Los datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA) sobre el tercer trimestre hablan de una ocupación de 22,38 millones de ocupados, si bien el paro ha alcanzado el 10,45% (dos décimas más que el trimestre anterior) debido a un mayor número de personas con opción a trabajar.
Con estos datos, la situación en el mercado laboral es positiva, aunque tal información esconde la gran competitividad que se vive en las empresas por fichar y retener talento. Tener a los mejores perfiles se ha convertido en toda una baza estratégica, para la cual las organizaciones deben reunir las condiciones más apetecibles para los profesionales. Varios directivos que ha consultado esta publicación indican que ahora la situación ha cambiado, especialmente con los perfiles junior: “ahora son ellos los que deciden si trabajan para ti”, vienen a confirmar estas fuentes.
La conciliación: el nuevo imán para retener talento
Pues sepan las empresas que en la actualidad ya no basta con ofrecer un buen salario o estabilidad a dichos perfiles. Ahora se fideliza también con la conciliación, tal y como indica el último Estudio de Proyección de Empleo de ManpowerGroup. En dicho documento se concluye que una de cada tres empresas españolas (36%) considera que el equilibrio entre la vida personal y laboral es el factor más determinante para reducir la rotación de sus plantillas.
A su vez, la flexibilidad laboral —en horarios o localización— se consolida como la otra gran palanca de fidelización. Un 35% de las compañías apuestan por horarios adaptables, mientras que un 28% valora el trabajo remoto como elemento decisivo. El modelo híbrido deja de ser una concesión para convertirse en un estándar.
“Nos encontramos ante una nueva forma de entender el vínculo entre empresa y empleado”, afirma Luis Miguel Jiménez, director general de ManpowerGroup. “La fidelización ya no depende solo de incentivos tradicionales, sino de una cultura que prioriza el bienestar y la libertad de los profesionales”.
Una cultura laboral en transformación
Otra tendencia clara que apunta el estudio es que las empresas que cuidan de sus empleados retienen mejor el talento y mejoran su rendimiento. Además de la conciliación y la flexibilidad, destacan otros factores como la formación y el desarrollo profesional (27%) y el reconocimiento al trabajo bien hecho (26%). Solo un 3% de las compañías considera que ninguno de estos aspectos influye en la fidelización, lo que demuestra una conciencia casi unánime sobre la importancia del bienestar emocional y el crecimiento profesional.
Esta nueva cultura organizativa responde también a un cambio generacional. Las generaciones más jóvenes —millennials y centennials— priorizan la autonomía, la sostenibilidad y la coherencia entre valores personales y corporativos. Buscan proyectos que les inspiren y entornos donde puedan desarrollarse sin sacrificar su equilibrio vital.
Diferencias geográficas a la hora de tratar de retener el talento
El informe de ManpowerGroup también detecta notables diferencias regionales en la forma en que las empresas conciben la fidelización. En las grandes áreas urbanas —especialmente en el Noreste y el Centro del país (33%)—, donde la movilidad y los desplazamientos son mayores, la flexibilidad en la localización del trabajo se convierte en un factor decisivo.
Por el contrario, en el Noroeste y el Sur, el equilibrio entre la vida personal y laboral alcanza el primer puesto (39% y 38%, respectivamente). La flexibilidad horaria también destaca en el Norte (40%) y el Noreste (38%), consolidándose como una de las herramientas más efectivas para fidelizar empleados.
En el Levante español, el informe revela un dato especialmente relevante: el 20% de las empresas señala el comportamiento del liderazgo como un aspecto crítico para la retención. Este dato sugiere que, en algunas zonas, los desafíos no pasan tanto por la estructura organizativa como por el estilo de gestión. La comunicación interna y las competencias directivas se perfilan, así, como áreas a reforzar.
Por tamaño de empresa: la conciliación gana entre las grandes
El tamaño también condiciona las prioridades. En las grandes corporaciones —aquellas con más de 5.000 empleados—, el equilibrio entre la vida personal y laboral es la principal prioridad: un 49% de las compañías lo considera esencial para fidelizar talento, muy por encima de la media nacional (36%).
Las empresas medianas, por su parte, muestran una distribución más equilibrada: 39% apuesta por la flexibilidad de horarios y 32% por la formación, reflejando un intento de conciliar eficiencia operativa con desarrollo profesional.
En las microempresas, el protagonismo lo asume el liderazgo. Un 21% de las compañías más pequeñas considera que el comportamiento de los directivos tiene un impacto directo en la retención. Y es lógico: en estructuras reducidas, la relación entre líderes y empleados es más personal, más humana y, por tanto, más determinante.
Por sectores
No todos los sectores se enfrentan al reto del talento del mismo modo. En energía y suministros, la conciliación (45%) domina el panorama. En industrias de alta demanda operativa, garantizar descanso y estabilidad se traduce en compromiso.
En publicidad y comunicación y en la industria, la flexibilidad horaria se impone (47% y 42%, respectivamente). Son sectores donde los proyectos y los plazos mandan, y donde ofrecer libertad organizativa es clave para mantener la motivación.
El sector tecnológico representa un caso aparte: aquí, el trabajo remoto (37%) y la formación continua (35%) son los pilares de la fidelización. En un entorno donde la competencia por los perfiles digitales es feroz, la posibilidad de trabajar desde cualquier lugar y mantenerse actualizado se convierte en una ventaja competitiva tanto para empleados como para empresas.
En el ámbito industrial y logístico, el foco está en la tecnología (28%) y la formación (35%). La digitalización de los procesos productivos exige nuevos conocimientos y competencias, y la inversión en capacitación se percibe como una forma de asegurar el futuro del negocio.










