La inversión extranjera directa (IED) ha cobrado una importancia creciente en el contexto económico internacional, no solo como canal de entrada de capital, sino también como mecanismo de transferencia tecnológica, generación de empleo y dinamización de los mercados locales. En un entorno global marcado por la incertidumbre, los países que logran captar mayores flujos de inversión se posicionan estratégicamente para impulsar su crecimiento.
El último informe de OBS Business School, elaborado por Jaime Martínez Tascón, analiza en profundidad los movimientos recientes de la IED y su impacto tanto a nivel mundial como en España, destacando los sectores más atractivos, los países inversores, los retos y las oportunidades de futuro.
El comportamiento de la IED a nivel global
A nivel mundial, la inversión extranjera directa alcanzó en los últimos años los 1,3 billones de dólares, según datos de la UNCTAD. Sin embargo, en 2024 se registró una caída del 8%, motivada por factores como:
-
La inflación global y las políticas monetarias restrictivas.
-
El aumento de los tipos de interés en EE.UU. y Europa.
-
Los conflictos geopolíticos, como la guerra en Ucrania o las tensiones en Asia.
-
La incertidumbre regulatoria en sectores clave como tecnología, energía o datos.
A pesar de ello, algunos sectores mantienen un notable dinamismo. La digitalización, la inteligencia artificial (IA), el big data y las energías renovables se consolidan como destinos preferentes del capital internacional. Estas tendencias están redefiniendo los flujos de inversión y otorgando ventaja competitiva a los países que lideran estos ámbitos.
España mantiene su atractivo a pesar del retroceso global
Dentro de este contexto, España se mantiene como uno de los destinos preferidos para la IED en Europa, a pesar de registrar un retroceso del 18,5% en 2023 respecto a 2022. La cifra alcanzada —28.215 millones de euros— se encuentra en línea con el promedio de los últimos cinco años, lo cual evidencia una estabilidad estructural en la recepción de inversión.
La OCDE sigue siendo el principal emisor de capital hacia España, con un 94,6% del total. En concreto:
-
EE.UU. lidera el ranking con 8.146 millones de euros.
-
Le sigue el Reino Unido, con 3.693 millones.
-
En tercer lugar está Alemania, con 3.000 millones.
Las operaciones de fusiones y adquisiciones alcanzaron los 12.000 millones, manteniéndose en valores similares a años anteriores, lo que indica una integración madura y estable del capital extranjero en el tejido empresarial español.
Sectores estratégicos para la inversión extranjera
1. Servicios: la locomotora de la IED
Con un 54,3% del total de la inversión, el sector servicios se consolida como el principal receptor. Dentro de este segmento destacan:
-
Comercio al por mayor.
-
Telecomunicaciones, gracias a la expansión de redes 5G y fibra óptica.
-
Energía eléctrica, impulsada por el auge de las energías renovables.
Estos subsectores representan áreas de alto potencial de crecimiento, especialmente en el marco de la transición energética y la economía digital.
2. Industria: innovación y manufactura avanzada
El segundo sector más atractivo fue la industria, que captó el 42,2% de la IED. En este ámbito destacan:
-
Las fábricas de automoción.
-
La producción de equipamiento electrónico.
-
Las infraestructuras energéticas.
Este comportamiento refleja una apuesta firme por la modernización del tejido industrial español, apoyada en políticas de digitalización y eficiencia energética.
3. Construcción: foco en infraestructuras
Aunque con un peso menor (3%), la construcción sigue atrayendo capital extranjero, sobre todo para proyectos de urbanización e infraestructuras públicas.
Distribución territorial: el “efecto sede” en Madrid
La distribución geográfica de la inversión extranjera en España sigue mostrando una elevada concentración:
-
Madrid lidera con un 54% del total (15.323 millones), aunque baja respecto al 62,8% de la media quinquenal
-
Cataluña crece un 18% interanual, consolidándose en segundo lugar
-
Comunidad Valenciana sorprende con un crecimiento del 63,6%, superando al País Vasco
El fenómeno del “efecto sede” explica parte de esta concentración: muchas inversiones se registran en la comunidad donde está domiciliada la empresa matriz, aunque se ejecuten en otras regiones.
Un marco legal favorable y seguro
Uno de los grandes atractivos de España es su seguridad jurídica. La Ley 19/2003 establece la liberalización general de la inversión extranjera, aunque introduce requisitos de autorización previa en sectores estratégicos como:
-
Infraestructuras críticas.
-
Tecnologías duales (civiles y militares).
-
Medios de comunicación.
Adicionalmente, el Real Decreto 571/2023 regula los procedimientos de control y declaración de las inversiones. España también cuenta con:
-
Convenios para evitar la doble imposición.
-
Acuerdos de protección recíproca de inversiones.
-
Apoyo institucional a través de entidades como ICEX España Exportación e Inversiones.
Oportunidades emergentes para captar más inversión
A corto y medio plazo, se identifican sectores con gran proyección para atraer más IED:
-
Hidrógeno verde: Andalucía ya capta proyectos millonarios de capital chino.
-
Big data.
-
Transición energética y eficiencia energética.
-
Biotecnología y salud digital.
España está en condiciones de convertirse en un hub tecnológico y energético dentro de Europa si consolida sus políticas de innovación, sostenibilidad y apertura internacional.
Desafíos que podrían alterar la tendencia positiva
A pesar del potencial, existen riesgos que deben gestionarse con visión estratégica:
-
Inflación y tipos de interés altos que encarecen la financiación.
-
Conflictos geopolíticos que pueden frenar el flujo de capital.
-
Proteccionismo creciente, sobre todo en sectores sensibles.
-
Normativas medioambientales más exigentes, que encarecen costes de implantación.
-
Automatización, que reduce el interés por países con mano de obra intensiva.
-
Ciberseguridad y protección de datos, que exigen nuevos marcos regulatorios.
España debe afianzar su posición estratégica
En definitiva, la inversión extranjera en España sigue mostrando una salud notable en un contexto global complejo. Su capacidad para atraer capital en sectores estratégicos como servicios, industria, energía y tecnología la convierte en un destino prioritario para los inversores.
No obstante, será clave reforzar la estabilidad institucional, mantener incentivos claros y transparentes, y garantizar un entorno seguro y competitivo. Solo así se podrá consolidar el liderazgo de España como polo de atracción de IED en el sur de Europa y abrir nuevas oportunidades para un crecimiento sostenible y de largo plazo.