Por: Paulo Figueiredo, Director de Tech Consulting & Data en Glintt Next
La era de la Inteligencia Artificial (IA) ha llegado con la promesa de un crecimiento exponencial de la eficiencia y la innovación. Pero más allá del bombo publicitario que rodea a esta tecnología transformadora, las empresas también se enfrentan a importantes desafíos cuando intentan introducir la IA en sus operaciones, que van desde cuestiones técnicas hasta problemas éticos.
La introducción de todo este cambio de paradigma se enfrenta a un reto sin precedentes cuando se trata de integrar la IA en las empresas, donde todavía hay muchas cuestiones que deben explorarse para aprovechar realmente todo el potencial de la IA.
Desde que el Parlamento Europeo aprobó la Ley de IA, el primer conjunto de normas diseñadas para garantizar la seguridad y regular el uso de la Inteligencia Artificial en la Unión Europea, ya existen principios establecidos que reglamentan su uso al tiempo que impulsan la innovación.
Por nuestra experiencia en empresas multisectoriales, en esta primera fase la prioridad es determinar las principales áreas en las que se aplicará la IA, ya que será necesario replantearlas o, en muchos casos, reorganizarlas. Es esencial contar con esta brújula y orientación, junto con el conocimiento de los beneficios y riesgos de esta nueva tecnología, para luego pasar a una fase más operativa.
La primera fase en la aplicación de la IA
Las empresas están llevando a cabo una primera aproximación a través de proyectos piloto para comprender las repercusiones reales de la IA. Ejemplo de eso es que nuestra compañía ha creado un Centro de Excelencia especializado en IA generativa, donde establecemos una hoja de ruta específica para la integración, desde la familiarización inicial hasta la adopción de sistemas que imitan la inteligencia humana, y que posteriormente impulsan la transformación digital en las organizaciones.
A través de nuestra experiencia como socios empresariales, estamos siguiendo un camino que nos proporciona una visión holística del tema. Estamos viendo que las empresas apuestan cada vez más por iniciativas en las que prima principalmente la experimentación, y creemos que una vez superada esta fase inicial pasaremos a la fase real de introducción con mejor conocimiento de esta tecnología en las organizaciones.
La IA tiene el poder de transformar radicalmente la forma de operar de las empresas, pero sólo si son capaces de superar el camino asociado a su implantación. Al asumir el reto de este “terremoto silencioso” mediante un enfoque estratégico y colaborativo con equipos especializados, podrán posicionarse para capitalizar las oportunidades que ofrece la IA e impulsar su crecimiento y éxito a largo plazo.