Los cada vez más rápidos avances tecnológicos, la dificultad para encontrar y retener talento, y la necesidad de incorporar las demandas sociales, plantean una serie de retos a los que, para quienes lideramos empresas de desarrollo de software para un mercado tan específico como el de la administración local, debemos anticiparnos.
La puesta en marcha de estrategias innovadoras y efectivas es un trabajo esencial para mantener la competitividad y el crecimiento sostenible de nuestras organizaciones, al tiempo que mejoran los procesos para impulsar la experiencia de empleados y clientes. Para dar con ellas, es necesario evaluar cuidadosamente las tendencias del mercado, las necesidades de los clientes, los impactos internos y externos de su aplicación y la evolución esperada del sector en el que operamos.
Y el sector de la administración pública local presenta una serie de desafíos marcados por las demandas ciudadanas y el entorno tecnológico social, pero en el que también inciden factores regulatorios; de búsqueda, formación y gestión de talento; de envejecimiento del funcionariado; de protección frente a ciberataques; o el entorno político.
Y uno de los principales retos, que también está en el entorno empresarial de cualquier ámbito, es la evolución digital sostenible y bien gestionada, que se traduce en una oportunidad para impulsar la agilidad, la innovación y la eficiencia de los procesos. En definitiva, estamos ante una transformación profunda de la sociedad, de las empresas proveedoras de soluciones y de la administración pública.
Dirigir en arenas movedizas
Los fabricantes que contribuimos a la mejora del rendimiento y del desarrollo de las entidades públicas locales, debemos tener una actitud dinámica que promueva el avance y cree un entorno que favorezca la incorporación de nuevas tecnologías y formas de hacer, más acordes con las tendencias generales de nuestro día a día y con las que vislumbramos en el futuro cercano.
Como capitanes en la búsqueda del equilibrio entre la innovación y la estabilidad, debemos ser capaces de ver nuevas oportunidades, valorar su aplicabilidad, asumir ciertos riesgos en pos de la innovación e implementar estas ideas en el menor tiempo posible mientras aseguramos la sostenibilidad de nuestro negocio a largo plazo.
Pero dirigir el rumbo, y guiar a nuestros equipos y a nuestros clientes en un entorno en constante cambio, conlleva retos y dificultades, ya sea en el entorno de nuestros clientes, que surgen o afectan a la gestión de nuestra compañía o provenientes del entorno social.
En primer lugar, en cuanto a los retos de las administraciones locales, afrontar el desafío pasa, sin duda, por mejorar la eficiencia y la calidad de los servicios públicos, garantizando la seguridad, la disponibilidad, la estabilidad y la usabilidad.
Es decir, encontrar y proveer las soluciones adecuadas para que las entidades optimicen el tiempo y los recursos disponibles, que se reduzca la burocracia y las tareas repetitivas y tediosas, permitir una mayor dedicación a las tareas de mayor aporte de valor, la implementación de tecnologías innovadoras que den respuesta a problemas actuales y futuros, y crear un entorno en el que se promueva el intercambio de buenas prácticas entre administraciones.
Para ello, es esencial desarrollar productos que garanticen la agilidad, la accesibilidad y la seguridad aportando también información de valor para la toma de decisiones por parte de los gestores, e impulsar la experiencia y satisfacción de los usuarios en su trabajo diario. Las soluciones adecuadas permitirán crear unos servicios públicos más eficaces que redunden en un beneficio para los ciudadanos.
El segundo aspecto está relacionado con la transformación digital y el e-government. Debemos convertirnos en la guía para allanar el camino. La revolución digital, al igual que en los demás sectores, ha impactado significativamente en el ámbito público.
Las empresas que nos dedicamos a desarrollar herramientas que mejoren la gestión de las AAPP debemos impulsar la evolución hacia una administración digital para todas nuestras entidades locales, independientemente de su tamaño, y promover la adopción de tecnologías innovadoras que mejoren la eficiencia, la seguridad y la accesibilidad de los empleados públicos y de la ciudadanía.
Otro de los importantes retos de este sector, es el interno, el que implica a la gestión corporativa. En este ámbito, encontramos la gestión del talento. Estamos inmersos en una época en la que el número de perfiles técnicos disponible, no solo en España sino a nivel mundial, es menor que la oferta del mercado. Si además se une a la especialización sectorial, la búsqueda y cuidado de ese talento se convierte en uno de los pilares estratégicos de trabajo.
Nuestro rumbo pasa por asegurar un desempeño óptimo y una cultura de excelencia. Para una compañía como la nuestra, cuyo objetivo es dotar de soluciones innovadoras, accesibles, sencillas y seguras a los usuarios, debemos ser capaces de atraer, enamorar y desarrollar profesionales capacitados y comprometidos.
Además, deben fomentar un entorno de trabajo inclusivo y diverso, que refleje la sociedad que sirven y promueva la innovación y la colaboración. Solo de este modo podemos ofrecer a nuestras administraciones la evolución que necesitan.
La innovación y adaptabilidad son parte de la evolución natural de nuestras administraciones públicas. Nuestra oferta debe permitirles adaptarse rápidamente a los cambios tecnológicos y sociales, pero de modo seguro y confiable.
Y el último reto, tal vez más complejo de gestionar por ser externo y evolucionar a un ritmo más rápido, es el de las demandas sociales y nuestra capacidad para aportar valor. Sin duda, la ciudadanía solicita y demanda una administración transparente, eficiente, donde se cuiden los recursos y se empleen allí donde van a ser más útiles.
Aquí nuestra labor principal pasa por entregar las mejores soluciones económico-financieras que permitan a los gestores contar con datos en tiempo real, tomar decisiones informadas y agilizar los procesos que permitan aumentar la transparencia de la entidad.
También a nivel social se extiende la petición de contar con estrategias de sostenibilidad y responsabilidad social por parte de las entidades públicas, que a su vez empiezan a demandarlas a sus proveedores.
La adopción de prácticas sostenibles, la reducción de la huella de carbono y la contribución positiva a la sociedad son temas que actualmente todo CEO y alto directivo debe incorporar en la estrategia corporativa de modo proactivo. En nuestro caso, hemos definido tres ejes estratégicos.
La sobriedad digital para un mejor uso de la tecnología, desde el ecodiseño, pasando por la optimización del consumo de recursos y los usos y prácticas responsables. La inclusión digital, para ofrecer un mundo digital accesible para todos. Y el impulso de la mujer en el mundo de la tecnología.
Como personas de referencia en nuestras compañías, somos los garantes de velar por que el impacto de nuestras actividades sea el menor posible, adelantarnos a cualquier impacto que el entorno socioeconómico pueda generar en nuestra empresa, y asegurar el difícil equilibrio que permita la sostenibilidad a largo plazo de una compañía.
En definitiva, los altos directivos nos enfrentamos a retos significativos en un entorno empresarial en constante cambio. Para mantener la competitividad, debemos buscar estrategias innovadoras, evaluar las tendencias del mercado y las necesidades de los clientes y, arriesgar en pos de un mayor aporte de valor en nuestro contexto.
Cada mercado es único, y en el sector de la administración pública local, los retos de evolución digital, la gestión del talento y las demandas sociales son desafíos clave. Llevarlo a cabo con una visión estratégica ágil y un enfoque centrado la innovación y la experiencia de los clientes, es lo que nos lleva hacia el futuro en el que queremos estar.
