Un puesto directivo requiere un conjunto integrado de competencias gerenciales y aptitudes de liderazgo. Avanzar profesionalmente hacia este nivel de desempeño es un viaje que pone a prueba la capacidad para liderar, innovar y tomar decisiones estratégicas. Sin embargo, estas competencias no se adquieren sin esfuerzo y sin una formación adecuada.
En este contexto, un programa MBA (Máster en Dirección y Administración de Empresas), es la mejor forma de obtener el conocimiento, las herramientas y las perspectivas necesarias para prepararse para ocupar un puesto de la alta dirección.
Las mejores habilidades directivas que se desarrollan en un MBA
A continuación, están identificadas las cualidades de un directivo eficaz y se detalla un conjunto de competencias clave necesarias para alcanzar un puesto de liderazgo. Por otra parte, la lista de las mejores habilidades directivas que se desarrollan en un MBA permite evaluar las competencias que ya se poseen y determinar cuáles son necesarias fortalecer o adquirir a través de un Máster en Dirección de Empresas.
1. Habilidades de liderazgo
La capacidad de inspirar y guiar a equipos hacia la consecución de los objetivos con una visión compartida a nivel empresarial es una capacidad determinante en un puesto de dirección de una empresa.
Las empresas buscan líderes capaces de aprender de sus experiencias, enfrentar desafíos y saber decidir en situaciones inciertas. Reflexiona sobre tu desempeño en situaciones previas de ejercicio del liderazgo, identificando aciertos y áreas de mejora. El perfeccionamiento del liderazgo implica práctica constante, asumir más proyectos, involucrarte en roles de liderazgo voluntario y cursar estudios especializados para enfrentar retos y desarrollar una serie de habilidades como ofrece un Máster MBA.
2. Visión estratégica y planificación
Analizar escenarios, identificar oportunidades y diseñar planes de acción a largo plazo son habilidades clave para los directivos que se entrenan en un MBA. Este programa ofrece las herramientas para evaluar el entorno empresarial, prever tendencias y adaptar la estrategia para mantener a una organización en la vanguardia y garantizar el éxito en el futuro.
Es imprescindible que los líderes contemplen las necesidades de todas las áreas de la organización, y no únicamente aquellas con las que están más familiarizados. Por ello, la comprensión holística de la empresa es fundamental para poder ejecutar proyectos de transformación que promuevan el desarrollo y eleven la competitividad del negocio en el sector.
3. Profundización en conocimiento específico
El aumento de conocimiento específico no debe subestimarse. A estas alturas, probablemente hayas desarrollado una especialización dentro de un área de tu organización. Pero ¿cuánto conoces sobre el resto de las áreas de la empresa? Si gestionas un departamento, ¿entiendes cómo las operaciones de otras áreas influyen en las decisiones a nivel organizacional? Si has liderado equipos pequeños, ¿estás preparado para asumir el liderazgo de una división más grande?
Reflexiona sobre los conocimientos y habilidades que has adquirido a lo largo de tu carrera. Identifica cualquier área de desconocimiento que pueda obstaculizar tu ascenso a puestos de alta dirección. ¿Qué capacidades necesitas desarrollar o fortalecer para alcanzar tus metas? Estudiar un MBA te brinda la oportunidad de ampliar la visión empresarial y adquirir una comprensión integral de la gestión estratégica de los negocios para que perduren en el tiempo.
4. Competencias de comunicación eficaz
Los profesionales que aspiran a un cargo directivo deben dominar las competencias relacionadas con una comunicación efectiva. En este nivel profesional es esencial poder interactuar efectivamente con integrantes de todos los estratos organizacionales, más allá de las presentaciones convencionales con soporte digital. La habilidad para persuadir e influir es crucial en el ámbito directivo y debe estar presente en todas las facetas de la comunicación.
Para pulir las habilidades comunicativas, puedes pedir retroalimentación de tus compañeros. Sin embargo, se conoce que la forma óptima de mejorar este tipo de habilidad es a través de estudios como un MBA ya que podrás observar a líderes que respetas e identificar las claves de su eficacia comunicativa.
5. Gestión financiera
Comprender los números es crucial para cualquier líder empresarial. Un MBA profundiza en análisis financiero, presupuestación y gestión de riesgos, preparando a los alumnos para tomar decisiones que optimicen los recursos y mejoren la rentabilidad de la empresa. A lo largo del curso, los participantes aprenden a evaluar inversiones, interpretar estados financieros y utilizar indicadores de desempeño. Así, los futuros líderes desarrollan la habilidad para saber planificar estrategias financieras que ayuden a la empresa a la maximización de recursos y, en consecuencia, a mejorar los índices de rentabilidad.
6. Gestión del cambio
La habilidad para gestionar el cambio se ha convertido en un requisito indispensable para los altos directivos, y está especialmente valorada en el contexto de un MBA. Es crucial poseer la agudeza y rigor profesional para reconocer oportunidades de cambio y, posteriormente, guiar a la organización hacia la adopción de nuevas direcciones.Este aspecto, a menudo subestimado dentro del arsenal de competencias directivas, puede marcar la diferencia para aquellos líderes que lo dominan. Aprender y especializarse en gestión del cambio puede elevar significativamente el perfil directivo actual o de un aspirante a serlo.
7. Habilidad para la toma de decisiones
En el núcleo de la dirección y gestión empresarial yace la toma de decisiones. Un MBA afina el juicio crítico y la capacidad profesional, equipa para analizar información compleja y prepara para elegir la línea de acción bajo presión. Se enseña a valorar diversas perspectivas y considerar el impacto a largo plazo de las decisiones, cultivando un proceso de toma de decisiones ética y responsable que beneficie tanto a la empresa como a los colaboradores y a la sociedad.
¿Cuánto cuesta un MBA y dónde estudiarlo?
Una vez vistas las habilidades que un directivo debe dominar y que se aprenden en un MBA, es el momento de tratar el coste económico de un MBA y dónde se puede estudiar. La decisión sobre dónde cursar es fundamental ya que influye directamente en la trayectoria profesional de quienes aspiran a asumir roles de liderazgo y gestión.
El precio de un MBA puede variar significativamente dependiendo de la institución y el país donde se estudie. A nivel global, los precios oscilan desde programas más accesibles en algunas universidades europeas y asiáticas hasta cifras más elevadas en prestigiosas escuelas de negocios americanas, donde el coste total puede superar los200.000 euros al considerar matrícula, materiales y gastos a incurrir durante el periodo académico.
En España existen opciones en escuelas de negocios de gran reputación como IESE o ESADE cuyo precio puede llegar a los 100.000 euros. Sin embargo, también existen otras alternativas en las que el precio de un Máster en Dirección y Administración de Empresas no supera los 9.000 euros como por ejemplo el programa de la Escuela de Negocios Cámara de Comercio de Valencia. Estas diferencias en el precio de un MBA demuestran que es posible estudiar este tipo de Máster sin afectar significativamente la economía personal.
A la hora de elegir dónde estudiar, es crucial considerar la reputación de la escuela de negocios, las conexiones industriales, la calidad del profesorado y la red de exalumnos. Instituciones como la Escuela de Negocios de Harvard, INSEAD, London Business School y IE Business School destacan por su excelencia académica y por abrir puertas a carreras internacionales.
Finalmente, también es importante reflexionar sobre el formato que mejor se adapte a las necesidades y objetivos individuales: programas a tiempo completo que ofrecen una inmersión total y una experiencia de networking intensiva, mientras que los MBA executive o en formato Online permiten combinar el estudio con el trabajo, la vida familiar y la posibilidad de mantener el nivel de ingresos salariales.
