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Por encima de conflictos bélicos, el melón por abrir de los aranceles de Trump o la crisis política galopante que existe en la política española, los directivos españoles tienen muy claro cuál es el riesgo número uno al que enfrentan en este 2025. Un viejo conocido que no es otro que el marco normativo.

España se convierte en uno de los países más sensibles al riesgo regulatorio en la alta dirección empresarial. Así lo confirma el informe Directors & Officers Liability Insurance Survey 2025, elaborado por WTW en colaboración con el despacho internacional Clyde & Co, que radiografía el nuevo mapa de riesgos al que se enfrentan los consejos de administración a nivel global.

El dato más revelador: 9 de cada 10 directivos españoles consideran el incumplimiento normativo un riesgo “muy importante” o “extremadamente importante”. Esta cifra —que supera en 16 puntos el promedio internacional (74%)— refleja un clima empresarial en el que el marco legal se ha convertido en una de las principales fuentes de incertidumbre estratégica.

La regulación en España ya no es solo una cuestión legal

Lejos de limitarse a sanciones o auditorías, la presión normativa en España representa hoy un factor transversal de gestión. Desde organismos como la CNMV, la CNMC o la AEPD hasta directivas europeas sobre sostenibilidad, gobernanza o privacidad, el entorno legal exige un nivel de vigilancia y adaptación permanente por parte de las compañías.

“La regulación es ahora una variable operativa clave, no un asunto que se delega únicamente al departamento jurídico”, apuntan desde WTW.

Sectores como el financiero, energético, farmacéutico o tecnológico lideran la exposición a este riesgo, tanto por la densidad normativa como por el impacto reputacional que puede derivarse de cualquier incumplimiento. En este contexto, la figura del directivo se sitúa en el centro de un tablero donde el error puede tener consecuencias legales, económicas y éticas.

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Riesgos digitales: cuando el fallo expone a toda la organización

El estudio revela también que los riesgos tecnológicos se consolidan como una prioridad directiva. El 84% de los ejecutivos españoles teme la pérdida de datos y el 82% sitúa los ciberataques entre sus principales amenazas, cifras muy por encima del promedio global.

Este fenómeno no solo responde a la evolución de las amenazas, cada vez más sofisticadas, sino también al aumento del escrutinio mediático y la presión de clientes e inversores que exigen transparencia y seguridad digital.

“No se trata de si habrá un ciberataque, sino de cuándo ocurrirá y cómo responderemos. Esa es ya la mentalidad en la alta dirección”, señala el informe.

Ética, diversidad y reputación: la otra cara del riesgo

Más allá de la regulación y la ciberseguridad, los riesgos éticos y sociales también ganan peso en la agenda empresarial española. El 78% de los encuestados expresa preocupación por el soborno y la corrupción, frente al 62% de media mundial. Además, la diversidad, equidad e inclusión (DEI) alcanza un llamativo 77% en el ranking nacional, a pesar de no figurar entre los principales riesgos globales.

Este enfoque refleja una sensibilidad particular del tejido empresarial español hacia cuestiones reputacionales, posiblemente impulsada por casos recientes que han puesto en entredicho la integridad corporativa en varios sectores. La gestión ética ya no es un gesto cosmético, sino una demanda estructural del mercado y la sociedad.

España mira más a Bruselas que a los tribunales

Una de las diferencias más marcadas entre España y el resto del mundo está en la percepción del riesgo jurídico. Mientras que en países anglosajones la litigación civil y las demandas colectivas ocupan los primeros puestos de preocupación, en España este tipo de litigios apenas figura en el radar.

Sin embargo, esta tranquilidad podría tener los días contados. La nueva directiva europea sobre acciones de representación anticipa una mayor presión legal sobre las compañías, especialmente en ámbitos como el consumo, los datos personales o el medioambiente.

Los datos del informe confirman una tendencia clara: los directivos operan hoy en un ecosistema marcado por el escrutinio constante, donde liderar exige mucho más que visión estratégica. Requiere entender el riesgo en todas sus dimensiones: regulatoria, tecnológica, social y reputacional.

Desde WTW, la recomendación es inequívoca: “Los consejos deben adoptar una visión holística del riesgo, invirtiendo en cumplimiento, ética y resiliencia digital. Solo así podrán liderar con solidez en un entorno cada vez más expuesto”.

Comparación riesgos directivos en España vs. global

Global

España

Salud y seguridad (80%)

Cumplimiento normativo (90%)

 

Pérdida de datos (77%)

Salud y seguridad (88%)

Ciberataques/extorsión (77%)

Pérdida de datos (84%)

Cumplimiento normativo (74%)

Ciberataques/extorsión (82%)

Sistemas y controles (70%)

Soborno y corrupción (78%)