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El aumento de las temperaturas extremas, exacerbado por el cambio climático, plantea serios riesgos para la salud física y mental, especialmente entre los grupos más vulnerables.

El golpe de calor, que se manifiesta de diversas formas y puede resultar letal, está afectando a un número creciente de personas.

La Dra. Esther Hurtado, jefa del Servicio de Urgencias del Hospital Quirónsalud Marbella, destaca la importancia de la prevención y la atención inmediata para evitar complicaciones graves en estos episodios críticos.

Dra. Esther Hurtado, jefa del Servicio de Urgencias del Hospital Quirónsalud Marbella

Dra. Esther Hurtado, jefa del Servicio de Urgencias del Hospital Quirónsalud Marbella

El aumento de las temperaturas extremas pone en riesgo la salud física y mental, especialmente entre colectivos vulnerables

En plena segunda ola de calor del verano, el golpe de calor se ha convertido en una amenaza silenciosa, pero potencialmente letal. Más allá del agotamiento físico, este fenómeno puede provocar delirios, pérdida de juicio, convulsiones y daño multiorgánico.

El golpe de calor: más que un desmayo

“El golpe de calor no es una simple bajada de tensión”, afirma la Dra. Hurtado. Se trata de una alteración del sistema de regulación térmica del cuerpo que aparece cuando la temperatura corporal sobrepasa los 40 grados. A partir de ese umbral, no solo fallan los órganos: también lo hace el cerebro.

Entre los síntomas del golpe de calor están la sudoración excesiva, taquicardia, mareos, náuseas, fatiga intensa, calambres musculares y piel fría. Pero si no se actúa a tiempo, pueden desencadenarse episodios de confusión, agitación, comportamiento incoherente, delirios, convulsiones e incluso pérdida de conciencia. En estados más avanzados, se identifican signos de daño multiorgánico como insuficiencia renal, fallo hepático o disfunción respiratoria.

Este cuadro clínico requiere una respuesta médica inmediata. En muchos casos, la línea entre una atención oportuna y una situación irreversible es cuestión de minutos. Por ello, los profesionales sanitarios insisten en que no se debe banalizar el calor extremo ni sus consecuencias.

Causas reales: más allá del sol

A menudo se asocia el golpe de calor con estar mucho tiempo al sol, pero esta creencia es incompleta. La causa real es la incapacidad del cuerpo para disipar el exceso de calor, algo que se agrava en ambientes calurosos, húmedos o mal ventilados. También puede producirse durante la práctica de ejercicio intenso, incluso en interiores.

“Hasta los 30 ºC el organismo regula bien la temperatura, pero por encima, si se suman otros factores, esa autorregulación falla”, señala Hurtado. Es decir, el problema no es solo el calor ambiental, sino el conjunto de condiciones que impiden al cuerpo mantener su equilibrio térmico.

El resultado no es solo una subida de temperatura, sino una alteración del sistema termorregulador cerebral, lo que puede derivar en conductas incoherentes y estados de desorientación. Por eso, el golpe de calor representa un riesgo significativo también para la salud mental.

Factores de riesgo invisibles: medicamentos, edad y enfermedades crónicas

Uno de los grandes peligros del golpe de calor es que puede afectar sin previo aviso a personas que están medicadas o que padecen enfermedades crónicas. Los diuréticos, betabloqueantes, antidepresivos tricíclicos, benzodiacepinas o fármacos con efecto anticolinérgico pueden interferir en la capacidad del cuerpo para liberar el calor.

Tampoco hay que olvidar a las personas mayores, con discapacidad cognitiva o que viven solas. “Estos perfiles no siempre reconocen los síntomas iniciales o no tienen a alguien que los alerte del peligro”, apunta la doctora. Es fundamental implementar sistemas de acompañamiento, especialmente en periodos de temperaturas extremas y conocer los síntomas del golpe de calor previos a que se genere un episodio de salud más complicado.

Un caso real: un paseo bajo el sol con abrigo de invierno

El hospital marbellí atendió recientemente a un hombre octogenario con demencia leve que fue encontrado desorientado en un banco tras caminar bajo el sol de agosto con ropa de invierno. Aunque la intervención médica fue eficaz, el episodio reflejó la vulnerabilidad de quienes no pueden identificar el peligro por sí solos.

Prevención: la mejor medicina frente al calor extremo

La doctora Hurtado subraya que “aunque la población está más informada, seguimos viendo casos evitables”. Las medidas preventivas deben convertirse en hábitos, sobre todo en zonas con alta exposición solar como la costa andaluza donde las temperaturas que se alcanzan en época estival son realmente altas.

Recomendaciones clave:

  • Evitar la exposición al sol entre las 11:00 y las 17:00 horas.

  • Beber al menos dos litros de agua al día, aunque no se tenga sed.

  • No consumir alcohol, cafeína ni bebidas azucaradas.

  • Utilizar ropa ligera, de colores claros, sombrero, gafas de sol y protector solar.

  • Adaptar horarios laborales en trabajos al aire libre.

  • Acompañar y vigilar a mayores, personas con enfermedades crónicas o que vivan solas.

Estas recomendaciones no solo deben ser divulgadas entre la población general, sino también interiorizadas por las empresas, centros educativos y administraciones públicas, que tienen la responsabilidad de proteger a sus empleados, alumnos y usuarios.

¿Qué hacer ante un golpe de calor?

Ante la sospecha de un golpe de calor, actuar con rapidez es esencial para evitar complicaciones:

  1. Llamar a emergencias (061 o 112).

  2. Trasladar al afectado a un lugar fresco y ventilado.

  3. Retirarle la ropa innecesaria.

  4. Aplicar paños fríos en cuello, axilas e ingles.

  5. Ofrecer agua fría solo si la persona está consciente.

Si no se trata a tiempo, el golpe de calor puede dejar secuelas graves o incluso causar la muerte. Por eso, el primer paso es siempre la prevención.

Quirónsalud y su papel en la atención sanitaria durante las olas de calor

Durante las últimas semanas, el Hospital Quirónsalud Marbella ha atendido una decena de casos con síntomas compatibles con golpe de calor. Ninguno de ellos ha resultado mortal, pero todos requirieron atención urgente y algunos presentaban complicaciones neurológicas.

Con siete hospitales y 18 centros médicos en Andalucía, Quirónsalud se consolida como un referente en atención sanitaria privada. Dispone de protocolos específicos para actuar en emergencias vinculadas al calor extremo, además de campañas de concienciación para colectivos de riesgo.

Un reto de salud pública en la era del cambio climático

El cambio climático y el envejecimiento de la población están creando un cóctel de vulnerabilidad sanitaria sin precedentes. Los golpes de calor ya no son un problema estacional, sino un reto de salud pública que exige estrategias de prevención a gran escala.

Se requiere mayor inversión en campañas informativas, planificación urbana que reduzca las islas de calor, adaptación de infraestructuras sanitarias y modelos de atención comunitaria para personas vulnerables.

El golpe de calor representa una amenaza creciente en nuestro contexto climático y demográfico. Su impacto no se limita al agotamiento físico, sino que puede comprometer gravemente la salud mental y orgánica.

Prevenirlo no es solo una cuestión de hidratación, sino de conciencia colectiva, acompañamiento y adaptación social a una nueva realidad térmica.