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La Fundación Jiménez Díaz se une al Desafío Santalucía Seniors Ártico 2025, una expedición pionera que desafía el concepto tradicional de envejecimiento.

Con el lema “la edad no define los límites”, un grupo de mayores de 65 años se preparará para enfrentar las adversidades del frío polar.

Una expedición única con mensaje social

Este proyecto forma parte de una iniciativa más amplia de la aseguradora Santalucía para promover el envejecimiento activo, saludable y autónomo. Con el respaldo médico de la Fundación Jiménez Díaz, los participantes han iniciado un proceso de preparación integral centrado en salud física, bienestar emocional, seguridad y prevención de riesgos.

La preparación médica: un componente esencial

La implicación de la Fundación Jiménez Díaz garantiza que cada persona que forma parte del equipo reciba una valoración clínica exhaustiva. Bajo la dirección de la Dra. Astrid Teixeira Taborda, médico adjunto del Servicio de Rehabilitación, y la Dra. Almudena Fernández Bravo, jefa asociada del mismo servicio, se han diseñado protocolos personalizados de entrenamiento, nutrición y seguimiento para asegurar que los expedicionarios lleguen al reto en condiciones óptimas.

“El objetivo es prepararles física y emocionalmente para las exigencias de un entorno tan hostil como el Ártico, teniendo en cuenta las características propias del envejecimiento”, ha afirmado la Dra. Teixeira. Desde evaluaciones funcionales hasta planes de fortalecimiento muscular, la preparación cubre todos los aspectos necesarios para minimizar riesgos y maximizar el rendimiento.

Durante las sesiones formativas también se han abordado en profundidad los riesgos físicos más frecuentes en entornos extremos: hipotermia, ampollas, esguinces, quemaduras solares o deshidratación. Entre las recomendaciones prácticas, destacan el uso de ropa técnica por capas, una hidratación constante, incluso sin sensación de sed, y una dieta hipercalórica rica en grasas saludables para resistir mejor las temperaturas extremas.

“El objetivo es prepararles física y emocionalmente para las exigencias de un entorno tan hostil como el Ártico, teniendo en cuenta las características propias del envejecimiento” – Dra. Astrid Teixeira Taborda, médico adjunto del Servicio de Rehabilitación

Mucho más que una aventura

El Desafío Santalucía Seniors 2025 no es únicamente una expedición de aventura. Es, sobre todo, una declaración pública de que la longevidad activa es posible. Frente a la narrativa tradicional que asocia envejecimiento con dependencia, esta iniciativa presenta un enfoque positivo, donde la salud, la actividad y la motivación pueden extenderse mucho más allá de la edad de jubilación.

Esta experiencia será documentada para visibilizar el impacto social del envejecimiento activo y saludable, inspirando tanto a personas mayores como a profesionales de la salud, administraciones públicas y empresas a redefinir sus políticas y actitudes hacia la madurez.

Además, se subraya la importancia de mantener la movilidad articular y los estiramientos específicos, fundamentales tras cada jornada de actividad para facilitar la recuperación y prevenir contracturas. La medicina preventiva y el conocimiento clínico aplicado a la aventura representan una innovación en la forma de preparar a los seniors para superar sus propios límites.

Envejecimiento activo: una tendencia al alza

Con una población española que envejece aceleradamente, el concepto de “envejecimiento activo” adquiere una relevancia estratégica. La OMS define este término como “el proceso de optimización de oportunidades de salud, participación y seguridad con el objetivo de mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen”.

Este desafío se convierte así en un caso ejemplar de implementación práctica de políticas de envejecimiento activo, promoviendo la autonomía personal, la participación social y el bienestar físico y mental.

La prevención de mareos durante la navegación, conocida como cinetosis, también ha sido contemplada en la formación. Las doctoras han ofrecido estrategias claras: mirar al horizonte, adoptar posturas relajadas y tomar medicación preventiva, especialmente en travesías prolongadas o con oleaje inestable.

Este tipo de iniciativas, además, visibilizan que una sociedad que integra, forma y activa a sus mayores, es una sociedad más resiliente, diversa y preparada para afrontar los retos del futuro. El envejecimiento activo, lejos de ser una aspiración, debe ser una política de Estado.

Un mensaje que trasciende la expedición

Más allá de los aspectos deportivos o médicos, el proyecto quiere transmitir un mensaje profundo: el valor del talento sénior. En un mundo laboral que a menudo margina a las personas mayores de 55 años, esta expedición simboliza su capacidad para adaptarse, liderar y superar límites, incluso en condiciones extremas.

También busca sensibilizar sobre la importancia de generar entornos inclusivos para todas las edades. En un momento en que el debate sobre el relevo generacional y el edadismo está en la agenda pública, el Desafío Santalucía se alinea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), especialmente el número 3 (salud y bienestar) y el 10 (reducción de desigualdades).

El impacto emocional de esta experiencia en los expedicionarios también forma parte del enfoque clínico integral. Fortalecer la autoestima, reducir el miedo al deterioro físico y fomentar el sentimiento de utilidad social son elementos clave que, desde la psicología del envejecimiento, potencian el bienestar y la salud mental.

Coordinación multidisciplinar: clave del éxito

El éxito de esta iniciativa depende en gran medida de la coordinación entre diferentes profesionales. Médicos, fisioterapeutas, entrenadores personales, nutricionistas y psicólogos trabajan en conjunto para que la expedición sea segura y eficaz. Este enfoque multidisciplinar demuestra cómo la cooperación interprofesional es clave para afrontar los desafíos del envejecimiento con éxito.

Además, la participación de instituciones de prestigio como la Fundación Jiménez Díaz refuerza el valor científico y clínico del proyecto, convirtiéndolo en un referente nacional e internacional en envejecimiento saludable.

Este tipo de propuestas pueden inspirar a otras organizaciones del sector salud y del ámbito asegurador a desarrollar iniciativas similares, reforzando así la red de proyectos de impacto social positivo para las personas mayores.

Una expedición con impacto duradero

Está previsto que el proyecto tenga continuidad en el tiempo. Tras la expedición, se elaborarán informes clínicos, vídeos documentales y materiales divulgativos que servirán como guía para fomentar el envejecimiento activo en España y en otros países europeos.

Asimismo, el Desafío Santalucía Seniors Ártico 2025 podría abrir la puerta a futuras colaboraciones entre el sector asegurador, el sanitario y el institucional, fomentando una alianza sólida a favor de la longevidad saludable.

Este año, los expedicionarios Bernardo, Esther, Merche, Amelia y Jesús representan la diversidad del talento sénior español, demostrando que el envejecimiento no debe ser un freno sino una etapa de reinvención, plenitud y contribución activa a la sociedad.

En definitiva, este desafío no solo inspira por su gesta deportiva, sino por su impacto transformador. Porque envejecer no debe ser sinónimo de detenerse, sino de avanzar con más conocimiento, más salud y más propósito.