Detectar la enfermedad circulante microscópica para reducir el riesgo de recaída en un cáncer

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Una las grandes preocupaciones que tienen los pacientes oncológicos cuando se operan de un tumor primario está en el riesgo de recaída. Si son buenas noticias, el cirujano expondrá que la operación ha salido y que en principio el tumor se ha extraído satisfactoriamente del organismo. Con ayuda de tratamientos complementarios (o no), una persona puede decir adiós al cáncer con todo el alivio que ello supone.

Sin embargo, las recaídas son frecuentes y uno de los factores que podría estar detrás de ellas es la llamada enfermedad circulante microscópica, es decir, las células cancerosas que pasan inadvertidas tras una cirugía del tumor primario. Desde el Hospital Universitario La Luz de Madrid están tratando de avanzar en la detección de esta patología con el objetivo de reducir riesgos oncológicos y poder tomar decisiones más certeras con tratamientos posteriores a la operación.

La enfermedad circulante microscópica en el cáncer de colon y de vejiga

El doctor Juan Pablo Fusco, jefe de Servicio de Oncología Médica del citado centro hospitalario, habla de esta enfermedad residual como la presencia de un pequeño número de células cancerosas que permanecen en el cuerpo y que no pueden ser detectadas mediante pruebas de imagen como TAC o PET/TAC.

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Dr. Juan Pablo Fusco.

El experto explica que después de una cirugía por cáncer de colon, los pacientes tienen un riesgo futuro de recaída del tumor operado. Actualmente, la estimación de este riesgo y la decisión sobre si administrar quimioterapia se basan en criterios clínicos como el tamaño del tumor o la afectación ganglionar, pero no se tiene en cuenta la enfermedad mínima residual.

Según el oncólogo, esto significa que se podría estar pasando por alto información importante al no tener en cuenta la enfermedad circulante. Actualmente, existen tecnologías que permiten detectar esta enfermedad mínima residual, que son partículas de material genético del tumor (ADN) que circulan en la sangre.

El Dr. Fusco destaca la importancia de detectar la enfermedad circulante microscópica después de la cirugía de un tumor y para los próximos años, se buscará esta enfermedad en pacientes operados de cáncer para estimar el riesgo de recaída y determinar el tratamiento posterior.

Cómo detectar la enfermedad circulante microscópica

La detección de la enfermedad mínima residual se realiza mediante una extracción de sangre, que luego se analiza para confirmar la presencia de ADN tumoral. Además, se compara con las mutaciones presentes en el tumor primario extirpado durante la cirugía, lo que permite identificar las mismas mutaciones en la sangre.

Este enfoque, según el Dr. Fusco, representa la dirección hacia la que se está avanzando, ya que la tecnología actual permite detectar enfermedades que no son visibles. Este procedimiento se está aplicando no solo en el cáncer de colon, sino también en otros tipos de cáncer, como el carcinoma de vejiga.

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