Dejar de fumar es posible gracias a la Unidad de Deshabituación Tabáquica del Hospital Ruber Internacional

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Recientemente se ha celebrado el Día Mundial de la EPOC, el cual sirvió para recordar que el tabaco era la principal causa de esta enfermedad. No solo eso, sino que la OMS determina que el tabaquismo es la principal causa de muerte prematura en el mundo. Este hábito provoca en España alrededor de 69.000 fallecimientos cada año. Dejar de fumar reduciría drásticamente estas cifras y sería la mejor prevención para todas las enfermedades que pueda tener una persona.

Los datos de consumo de tabaco en España indican que en el año 2022, un 33,1% de la población entre 15 y 64 años era fumadora diaria. De todos ellos, el gran objetivo es dejar de fumar ante el temor de aparición de tumores en el pulmón o en otras zonas como la vejiga, esófago, boca laringe.

La Unidad de Deshabituación Tabáquica del Hospital Ruber Internacional

Para conseguir el reto, uno de los aliados que pueden tener los fumadores es el Hospital Ruber Internacional, el cual disponer de la Unidad de Deshabituación Tabáquica, liderada por la doctora Alicia Ferreira, neumóloga de este prestigioso centro madrileño. “No es únicamente el cáncer, son todas las enfermedades respiratorias relacionadas con el tabaco o que se agravan con el mismo, las enfermedades cardiovasculares, el daño al feto durante el embarazo… El impacto del tabaco, a nivel de salud, es enorme”, indica la doctora.

En este sentido, la experta mantiene que esta unidad proporciona una monitorización de la salud pulmonar para personas que estén planteándose dejar de fumar. Es una de las estrategias que se aplican en el citado hospital contra el tabaquismo, pero no la única. Ferreira que los servicios de esta Unidad destacan por la cercanía y el trato personal de casa caso en forma de consultas y recomendaciones.

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Doctora Alicia Ferreira.

El componente psicológico

Una persona con tabaquismo experimenta adicción tanto física como psicológica al tabaco, «de ahí que el proceso de deshabituación tabáquica sea tan complicado», indica la experta. En ese sentido, recalca que el acto de fumar implica, precisamente, “el hábito de tener algo en la mano, de encender un cigarrillo en determinadas situaciones sociales o actividades cotidianas (como tomar el café, por ejemplo), además para algunos fumadores es una forma de evadirse de situaciones de estrés y desanimo, a lo que hay que sumar la dependencia física que produce la nicotina”.

Pasos en el proceso de dejar de fumar

Según la especialista, para dejar de fumar se aconseja en primera instancia que el fumador considere dejarlo en un plazo corto de tiempo, es decir, semanas o meses. Cuando el individuo esté preparado (teniendo la intención de dejarlo en el próximo mes), se discute la medicación y se propone un tratamiento según el perfil del paciente, ya que algunas personas desean renunciar al tabaco sin la ayuda de fármacos, pero aún así necesitan apoyo. Además, en la Unidad, se ha adaptado un recurso de ayuda para el proceso de deshabituación y se ha creado otro sobre hábitos saludables de alimentación y ejercicio físico.

Después de que el paciente tome la decisión de cuándo comenzar el proceso de dejar de fumar, se seguirá su progreso, observando los síntomas del síndrome de abstinencia, las preocupaciones que tenga, los riesgos de recaída, así como monitoreando los posibles efectos secundarios de los medicamentos.

Respecto a los fármacos, la neumóloga recuerda que recientemente se ha aprobado el Recigarum, una molécula muy similar a la Citisina (Todacitan), indicada para el tratamiento de la dependencia al tabaco y la reducción de la ansiedad por la nicotina en fumadores que deseen dejar de fumar. Además, destaca que el Zyntabac, un medicamento que estuvo fuera del mercado durante un tiempo, ahora vuelve a estar disponible.

En relación a los exfumadores que abandonaron el hábito hace unos años, la especialista sostiene que “es conveniente que se hagan al menos un control con pruebas de función pulmonar e incluso un TAC Torácico en aquellos con una alta carga de tabaco (los que fumaron de media 20 cigarrillos al día más de 20 años). En ese sentido, tal y como indica, “a veces descubres que una persona que dejó de fumar hace ya muchos años tiene un enfisema pulmonar, una EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) o incluso un cáncer de pulmón, aunque aparentemente no le dé síntomas en el día a día. Son datos importantes que conviene conocer también de cara a futuro”.

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