La digitalización ya no es una opción para los directivos, es una obligación. Quien diga lo contrario, miente. Y quien no se fíe de este razonamiento, tiene todas las de perder con su negocio. Hay que asumir que la tecnología ha creado una dependencia de la que es imposible escapar.
Esto no quiere decir que el liderazgo deba renunciar a skills como la intuición o esa habilidad casi innata que tienen algunos directivos para predecir ciertos escenarios en su organización. Sin embargo, la digitalización complementa y refuerza esos atributos de una forma maravillosa, con datos en la mano. De este modo, las decisiones estratégicas ya no dependen solo de una cabeza pensante, sino que en ellas influyen otras inteligencias procedentes de las máquinas.
Asumido que una gran mayoría de negocios y pymes cuentan con ayudas informáticas, el siguiente paso se debe dar desde el punto de vista de la analítica. Hoy, la diferencia entre avanzar o quedarse atrás la marcan los datos. Pero no cualquier dato, sino datos fiables, en tiempo real y contextualizados. Y ahí es donde entra en juego la digitalización. Herramientas como Sage 50 y Sage 200 ya están elevando la productividad y el ahorro a quienes las están usando.
Y es que para el directivo de hoy, contar con la información adecuada en el momento preciso es clave. Una de las claves de los citados programas de Sage es que permiten tener una visión holística del negocio, desde la contabilidad hasta la producción, pasando por las ventas o el inventario— de manera integrada y eficiente.
La digitalización en la dirección no es solo “usar tecnología”
La digitalización no consiste únicamente en “pasarse a la nube” o instalar una de estas herramientas. Supone un cambio cultural que empieza por la dirección y se extiende al resto de la organización. Los líderes digitales comprenden que los datos son su activo más valioso, y que solo pueden sacarle partido si cuentan con soluciones capaces de centralizar, organizar y analizar esa información.
Ahora, el perfil del líder empresarial no solo debe tener visión estratégica, también necesita competencias digitales suficientes para interpretar la información, tomar decisiones ágiles y promover la innovación. Y esto implica rodearse de las herramientas adecuadas, pero también de los partners tecnológicos capaces de acompañar esa transformación.
Siguiendo con el desarrollador de las soluciones mencionadas anteriormente, contar con un partner de Sage como Opentix es una garantía de éxito. No se trata solo de implementar un software, sino de transformar la manera en la que los equipos trabajan, se comunican y deciden. Opentix ofrece un acompañamiento integral: desde el análisis inicial y la selección de la mejor solución hasta la formación, personalización y soporte continuo. Cualquier cambio o añadido de funciones en el software es susceptible de implantarse en una organización y ahí es donde se nota el acompañamiento de los expertos.
Una evolución necesaria: muchos cambios de manera continua
Y hablando de cambios: siempre hay que estar pendientes de las nuevas normativas, pues las autoridades tienen a introducir cambios por ejemplo en materia fiscal. Otra garantía para no perderse en la inmensidad burocrática y centrarse en las tareas valor. Visto de este modo y eludiendo posibles sanciones en las que pudiera concurrir una compañía por este motivo, la toma de decisiones sin respaldo tecnológico es un riesgo que nadie puede permitirse.
La buena noticia es que soluciones como las de Sage son realmente fáciles de usar. Ambos modelos son muy completos para poder escalar un negocio sin perder el control. Por eso, cada vez más organizaciones están recurriendo a soluciones como las de Sage, un poderoso software de gestión empresarial pensado para pymes que buscan controlar todas las áreas clave del negocio en un único entorno: facturación, contabilidad, compras, ventas y stocks. Su sencillez de uso, combinada con potentes funcionalidades de análisis, lo convierten en un aliado estratégico para la toma de decisiones basada en datos reales.
Todo en una única plataforma que ofrece informes personalizados, cuadros de mando y KPIs en tiempo real, esenciales para tomar decisiones ágiles e informadas. La verdadera digitalización de los directivos es aquella en la que estos pueden anticiparse a problemas de liquidez, evaluar el rendimiento por línea de negocio, detectar oportunidades de optimización de costes o identificar clientes clave. En otras palabras: pueden liderar con datos, no con suposiciones.
Y aunque la inversión inicial en digitalización pueda parecer una barrera, la realidad demuestra lo contrario: las organizaciones que priorizan la transformación digital no solo crecen más rápido, sino que también son más rentables, resilientes e innovadoras.
Según varios estudios recientes, las compañías digitalmente maduras obtienen un 30% más de ingresos por empleado y tienen el doble de probabilidades de superar a su competencia en rentabilidad. ¿La clave? Una dirección que entiende que el dato es poder, y que lo convierte en acción.