Los empresarios de Sharm el Sheij confían en la recuperación tras el drástico de turistas en Egipto

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Los empresarios egipcios calculan que solo se ha ocupado, en el primer trimestre del año, un 30% de las plazas hoteleras disponibles en la costera localidad de Sharm el Sheij, uno de los bastiones turísticos del país, frente al 76% de reservas realizadas en el mismo período del año pasado.

La revolución popular del pasado mes de enero y, sobre todo, la lenta respuesta del actual Gobierno de transición egipcio a la hora de reactivar el sector del turismo, han sido factores clave para entender este descenso, si bien para finales de año los hosteleros esperan una normalización en las cifras del sector, cuando termine la etapa de cambio que atraviesa ahora mismo el país.

Las cifras rompen la tendencia al alza experimentada por la ciudad a lo largo de las últimas dos décadas, durante las que se ha pasado de 140 habitaciones disponibles en 1982 a las más de 50.000 que existen en la actualidad en esta localidad de la punta meridional de la península del Sinaí, cuyo crecimiento se cimienta sobre la fidelidad de los turistas habituales, procedentes en su mayoría de Europa del Este y, sobre todo, de Rusia.

Esto ha permitido que la localidad resista las acometidas de incidentes potencialmente letales para el turismo, como el atentado terrorista perpetrado en esta misma localidad en julio de 2005, que se cobró la vida de 88 personas, o recientes ataques de tiburones registrados en sus playas a finales del año pasado que causaron la muerte de una turista alemana.

No obstante, los empresarios de Sharm el Sheij coinciden en señalar que el descenso del turismo experimentado en este primer trimestre del año ha sido hasta cierto punto inevitable, habida cuenta del bajón generalizado en todo el país, donde el número total de turistas ha disminuido un 45% en comparación con el año pasado, según cifras de la Agencia Central de Movilización y Estadísticas del Gobierno egipcio (CAPMAS).

Frente al actual período de recesión, los hosteleros proponen planes integrales para la conservación del empleo, con especial atención a la llegada de trabajadores extranjeros, y voluntad del actual Ejecutivo para volver a priorizar la industria turística nacional.

«La gente tiene miedo de viajar a Sharm el Sheij y no debería tenerlo», sentencia a Europa Press el presidente de la compañía de actividades de ocio marítimas United Submarines, Ashraf Hassen, quien confía en un «pronto restablecimiento» de las relaciones comerciales a través de la ayuda institucional, y hace una llamada a la unidad en el sector del turismo para atravesar momentos como el que se vive en la actualidad.

«En tiempos difíciles, la competencia equivale a la derrota», asegura. Hassen garantiza igualmente que el riesgo de violencia en la zona es «nulo» y que ni siquiera la presencia en el lugar del derrocado expresidente egipcio Hosni Mubarak, actualmente detenido en el Hospital Internacional de Sharm el Sheij, ha afectado al ritmo actual de negocio. «Que sea la Justicia quien le juzgue (a Mubarak), pero por lo que a mí respecta, su estancia aquí no afecta a los negocios. Ni nos enteramos de que está», apunta.

Turistas como Alfred y Siren, noruegos, coinciden con esta valoración. «Es nuestra sexta vez aquí», apunta Alfred. «Por mi parte, creo que el triunfo de la revolución egipcia será, en última instancia, beneficioso, y si bien es cierto que muchos países nórdicos cancelaron en un primer momento los vuelos a este país, ahora mismo la situación en Sharm el Sheij respira tranquilidad», destacó.

MAL CÁLCULO DE LA REVOLUCIÓN.

«Lo cierto es que muchos miembros de la industria del turismo no anticiparon el impacto de la revolución», indicó el presidente de la Cámara de Actividades Marinas y Submarinismo (CDWS), Hesham Gabr, quien estimó que la parálisis reinante durante los primeros días en el seno del Gobierno interino ha causado graves daños en el sector, en especial por su incapacidad para subsidiar asientos vacíos en los vuelos a la localidad, lo que ha causado que los touroperadores se replanteen nuevos destinos.

«Las autoridades (interinas) retrasaron un mes los preparativos de la renovación del Ministerio de Turismo, y eso es mucho tiempo», opinó. La tardanza generó «un vacío» que ha impedido la activación del programa de subsidios de asientos de vuelo. «Se trata de un error fatal que ha tenido consecuencias funestas», lamenta.

No obstante, su confianza en la recuperación es elevada, una vez se resuelvan estos «problemas en la aviación». «Para este invierno esperamos ocupar un 85% del número de plazas hoteleras reservadas en ese período del año pasado», apuntó Gabr, quien es de la opinión de que «este es un período de incertidumbre» que sin embargo «no equivale a preocupación».

A su entender, la principal estrategia a seguir reside en «acortar lo más posible el período de transición», una medida «vital no sólo para el turismo, sino para el sector económico en su totalidad».

Esta crisis ha afectado de manera variable a los niveles de desempleo. Si bien las principales instalaciones hoteleras de la localidad conservan un número de personal «habitual según esta época del año», según un responsable del hotel Savoy, en otros establecimientos los efectos negativos han sido palpables. «Está claro que hay lugares donde la gente ha perdido su trabajo», reconoce Gabr.

«Los intentos para mantener el empleo suelen fracasar, lo que se traduce en la reducción salarial o el despido», asume. Sin embargo, ajustes como la reducción del salario solo en los empleados más costosos –de un 30% en el primer mes tras las protestas, seguida no obstante de una subida progresiva de un 5% mensual hasta reducir el recorte a la mitad en cuatro meses– ayudan a solventar la situación. «El 80% de los salarios restantes, ni los tocamos», asegura.

Sobre los trabajadores extranjeros, a pesar de la ventaja que puede suponer el hecho de que sectores como el del buceo gocen de exenciones sobre la ley de Trabajo egipcia (que, como caso estándar, solo permite un 10% de incorporaciones del exterior respecto del total de egipcios empleados), para Gabr «es fundamental que el Ministerio de Trabajo potencie la mano de obra nacional» para apaciguar los ánimos de la población.

Hassen, por su parte, defiende la presencia de trabajadores extranjeros, a pesar de las reticencias de los egipcios que trabajan en la ciudad. «Creo que cualquier manifestación contra su llegada resulta contraproducente. Tenemos que aprender de la experiencia que nos proporcionan», manifestó.

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