España necesita más estímulos para impulsar el vehículo eléctrico

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La Administración tiene que ser más rotunda en cuanto a medidas y ayudas para que España trate de estar a la altura de otras regiones europeas en esta materia. A continuación, algunas pistas y novedades al respecto del presente y futuro del vehículo eléctrico: normativas, planes, ventas, infraestructura, baterías…

Cada cierto tiempo se van conociendo noticias y novedades al respecto del desarrollo del vehículo eléctrico y todo lo que conlleva esta renovada forma de movilidad. Un nuevo transporte que seguramente irrumpirá a medio plazo en las grandes ciudades, esperando su progresiva implantación (más lenta) en las regiones menos pobladas. Lo cierto es que en materia de sostenibilidad, dadas las noticias sobre los niveles de contaminación en las grandes aglomeraciones, es urgente que todos los agentes implicados en este sector den un paso adelante, empezando por las autoridades de los países.

En este sentido, París, como ubicación calve en el entorno europeo, ha querido desmarcarse, anunciando que para 2030 solo autorizará la circulación de eléctricos por sus calles. Diez años más tarde, Francia, al igual que el Reino Unido, ha anunciado la prohibición de venta de vehículos de combustión. Y así otros tantos países en el mundo, quienes fijan un calendario a medio-largo plazo para favorecer las ventas de los enchufables. “Se trata de planificar a largo plazo una estrategia que reducirá los gases de efecto invernadero. El transporte es uno de sus principales productores por lo que estamos planeando una salida de los vehículos de motores de combustión, o vehículos de energía fósil, para el año 2030”, anunciaba recientemente una fuente del ayuntamiento parisino.

[blockquote style=»1″]Los fabricantes, como agentes principales del sector, están decididos al cambio generacional, y los más importantes ya están anunciando que dentro de unos años solo desarrollarán modelos híbridos y eléctricos [/blockquote]

Sin duda, el concepto eléctrico ya se deja ver en un amplio abanico de posibilidades entre las que se encuentran los servicios públicos de transporte, el sector del taxi, así como las motocicletas, con empresas españolas poniendo su granito de arena desde hace ya unos años. Cada vez son más los actores que se están adentrando en este mercado dirigido tanto al usuario profesional como al cliente empresa. Los principales, los fabricantes, están decididos al cambio generacional, y los más importantes ya están anunciando que dentro de unos años solo desarrollarán modelos híbridos o eléctricos.

[blockquote style=»1″]Antes de lanzarse a la compra de un vehículo eléctrico, el usuario debe pensar el uso que le quiere dar. En el mercado, hay modelos que van desde los 150 km. de autonomía hasta los 632 que puede ofrecer un Tesla [/blockquote]

Declaraciones de intenciones vs. Ventas

A la hora de analizar las ventas de estos coches en España, lo cierto es que la realidad hace despertar a más de uno, atendiendo a las cifras que maneja el mercado. Según Anfac, el mes de septiembre cerró con 83.291 turismos matriculados, de los cuales el 45,7% fueron ventas de automóviles propulsados por gasolina, el 49,5% diésel y el tímido 6% restante fueron híbridos y eléctricos. Ventas escasas aunque con una evolución positiva en términos interanuales, pues de enero a septiembre se han matriculado casi 46.000 unidades, lo que ha supuesto un crecimiento del 82,8% con respecto al mismo periodo del año 2016. Según declara la patronal, “aunque es cierto que a España aún le queda camino por recorrer hasta alcanzar tasas de vehículos alternativos más altas, como ocurre en otros países europeos, poco a poco éstas se van incrementando. Por este motivo creemos que son necesarios planes de estímulo mantenidos en el tiempo que ayuden a impulsar el mercado de vehículos alternativos”.

 

Un plan a la británica

El vicepresidente de Anfac, Mario Armero, en su comparecencia en la Comisión para el Estudio del Cambio Climático en el Congreso de los Diputados, hizo hincapié en la fiscalidad y la necesidad de un plan similar al de Reino Unido con respecto a la movilidad alternativa. Dicha estrategia cuenta con una dotación de 1.100 millones de euros de presupuesto destinados a estimular las ventas de vehículos eléctricos e impulsar las infraestructuras destinadas a la recarga. “Un plan así es lo que hace falta para España”, reflejó Armero.

Esa debilidad en los planes es lo que le falta a España para estar a la altura de otros países de su entorno, según coinciden otros agentes como Arturo Pérez de Lucia, director general de AEDIVE (Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso del Vehículo Eléctrico). Las próximas medidas del gobierno, deben reflejar que la apuesta por esta movilidad es total y no parcial. Por otra parte, en la opinión de este experto, las administraciones en todos los niveles deben ser un ejemplo con la compra de estos vehículos y la puesta en marcha de ordenanzas y normativas.

[blockquote style=»1″]Los expertos aseguran que la opción del alquiler de las baterías puede ser ventajosa en caso de “maltrato” a la batería con excesos de cargas rápidas o la exposición en lugares muy cálidos [/blockquote]

 

Estupendos para ciudad, limitados para viajes largos

Otro de los asuntos críticos de estos turismos es su autonomía. Al margen de tener o encontrar puntos de recarga cercanos, la autonomía de los modelos existentes es, salvo honrosas excepciones, limitada para realizar viajes largos. Por tanto, antes de lanzarse a la compra de uno de estos vehículos hay que pensar el uso que se le quiere dar. El usuario puede encontrar con turismos que van desde los 150 kilómetros de autonomía hasta los 632 que puede proporcionar un modelo premium como es el Tesla Model S 100D. Eso sí, el precio a pagar estará muy relacionado con esta variable: un Peugeot iOn, aplicando ayudas y descuentos puede quedarse en alrededor de 16.000 euros, mientras que el mencionado Tesla tiene un precio de tarifa de más de 113.000 euros.

Parece pues que el reto de los fabricantes reside en la propias baterías, su vida útil y la autonomía que pueden proporcionar. Es cuestión de tiempo que vayan llegando mejoras en este sentido, tras las pruebas que ya se están realizando con diversos materiales. Algunas marcas ya empiezan a garantizar que la vida útil de las baterías sería de en torno a ocho años o 200.000 kilómetros.

 

¿Qué hacer con la batería cuando termina su vida útil?

He aquí otros dilemas sobre el vehículo eléctrico: qué hacer con las baterías usadas. Primeramente, el usuario ha de conocer que las baterías se compran o se alquilan en el momento de adquisición de un coche, y que al final de su vida útil será necesario colocar una nueva en el vehículo para seguir circulando. Los expertos aseguran que la opción del alquiler puede ser ventajosa en caso de “maltrato” a la batería con excesos de recargas rápidas o la exposición en lugares muy cálidos (las altas temperaturas son el peor enemigo de las baterías). El fabricante está obligado a recogerlas para su reciclaje o reutilización. En este punto conviene preguntarse: ¿no supondrá un problema medioambiental este proceso? ¿Será peor el remedio que la enfermedad? Sin duda, otros los grandes retos del sector se encuentra en el tratamiento de estos residuos ante la falta de instalaciones existentes para este fin. Nuevamente, muchas voces reclaman la atención de las autoridades en este capítulo en aras de buscar diseños de baterías lo más uniformes posibles de cara a su reutilización y reciclado.

Como se puede comprobar, hay un reto detrás de otro en esto del vehículo eléctrico. De nada sirve hacer la casa por el tejado y fijar objetivos para uno u otro año si no se tienen cimientos sólidos. Hay muchos detalles dentro de este sector que está llamado a ser uno de los protagonistas en los próximos 50 años.

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