Aumenta la preocupación de los empleados sobre la posibilidad de despidos a causa de la IA

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Se puede decir que la llegada masiva de la IA en el trabajo cumple un año, pues el aterrizaje de estas herramientas se daba más o menos cuando se popularizó ChatGPT en internet. Pasados los primeros 12 meses de convivencia con esta nueva tecnología, el portal InfoJobs ha querido indagar la percepción de los empleados al respecto de los usos, así como las preocupaciones o dudas que puedan tener sobre esta innovación en las empresas.

El resultado de esta investigación concluye que aproximadamente 1 de cada 4 empleados declara haber utilizado inteligencia artificial en su trabajo diario. El punto inicial es que, efectivamente, son muchos profesionales los que han aprovechado la tecnología para ser más eficientes y productivos. Esto entronca que previsiones de organismos como el Fondo Monetario Internacional, señalando que la integración de la IA en el mercado laboral iba a suponer un paso adelante en los niveles de productividad.

Las preocupaciones sobre la IA en el trabajo

La mayor productividad no está exenta de miedos y preocupaciones, tal y como ha recogido InfoJobs en su análisis. Y es que el 37% de los encuestados revelan que la inteligencia artificial podría reemplazar a una gran parte de las plantillas, lo que llevaría a un alto índice de despidos. Este dato ha aumentado significativamente desde marzo de 2023, cuando solo el 19% expresaba esta preocupación. Además, la preocupación por el impacto de la IA en los puestos de trabajo ha aumentado, pasando del 63% en marzo de 2023 a un 57% en la actualidad.

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Los empleados que utilizan activamente la IA perciben más sus ventajas, como la automatización de tareas repetitivas y la reducción de costes, en comparación con aquellos que no la utilizan o solo la utilizan de forma pasiva. Sin embargo, también son más conscientes de las desventajas, especialmente la posible sustitución de empleados por herramientas de IA, la falta de empatía o inteligencia emocional, y el aumento de la dependencia tecnológica.

El balance emocional de los usuarios activos de IA tiende hacia la curiosidad, la tranquilidad y el entusiasmo, mientras que los usuarios pasivos tienden a ser más apáticos y cautelosos. Aquellos que no tienen ningún acercamiento a la IA muestran un balance negativo, sintiéndose amenazados, inseguros o desconfiados. Además, se percibe una brecha generacional, con los jóvenes mostrando más tranquilidad y curiosidad, mientras que los mayores experimentan más pesimismo, indiferencia o desconfianza.

Expuestos estos resultados, cabe destacar que la IA en el trabajo sigue siendo un desafío para todos, pero es interesante la reflexión que deja el informe económico y financiero «El momento de la inteligencia artificial» de Esade, destacado que el reto principal de la IA no es técnico, sino humano, dependiendo de la calidad humana y la capacidad individual y colectiva para diseñar futuros prósperos. Desde esta visión, quizás el nivel de preocupación de los empleados bajaría en el futuro.

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