El entorno geopolítico global en 2025 continúa siendo excepcionalmente volátil, con conflictos armados activos, tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, y una carrera acelerada en inteligencia artificial y semiconductores. Esta inestabilidad está afectando directamente a sectores estratégicos y empresas intensivas en talento digital, generando fluctuaciones significativas en márgenes y proyecciones financieras.
Para los consejos de administración y las comisiones de nombramientos y retribuciones (CNR), este contexto exige un enfoque dual: agilidad para adaptar rápidamente las políticas retributivas a escenarios cambiantes; y prudencia para evitar decisiones que puedan comprometer la sostenibilidad a largo plazo.
Elementos clave para las remuneraciones de consejeros en 2026
En este contexto, algunos de los elementos esenciales que integran la hoja de ruta de consejos y CNR en materia de remuneraciones para 2026 son los siguientes:
1 Anticipar y analizar los riesgos
Realizar evaluaciones sectoriales y específicas de la compañía, diferenciando riesgos tangibles (operativos, financieros) y reputacionales y cómo los riesgos geopolíticos pueden afectar a los esquemas de compensación.
2 Reforzar métricas ESG relevantes, medibles y transparentes
Mientras en Estados Unidos la Orden Ejecutiva 14173 ha limitado el uso de métricas DEI y ha impulsado una revisión de los criterios ESG en los incentivos a largo plazo (ILP), en Europa se consolida su integración. Más del 80% de las grandes compañías europeas incluyen métricas ESG con ponderaciones del 15% al 30%, presionadas por reguladores e inversores institucionales.
En este contexto, los consejos europeos deben mantener y reforzar métricas ESG medibles, trazables y vinculadas a creación de valor sostenible, especialmente en ILP.
3 Garantizar máxima transparencia y claridad en métricas, pesos y resultados
Las actualizaciones de políticas de voto para 2026 elevan el nivel de exigencia:
- ISS amplía los horizontes temporales del análisis pay-for-performance (P4P) a cinco años y revisa la receptividad de la CNR ante resultados bajos en el Say-on-Pay.
- Glass Lewis adopta el enfoque “realizable pay”, es decir, valor realmente devengado por el ejecutivo tras el desempeño y vesting de instrumentos, y publicará cuatro informes diferenciados por compañía, uno de ellos centrado en el alineamiento entre directivos y estrategia.
- BlackRock endurece su postura respecto a pagos discrecionales, repricing y aumento de incentivos no vinculados al desempeño real.
Ante ello, los informes anuales de remuneración deben ser más precisos, explicar con claridad la lógica de cada decisión y detallar los umbrales, pesos y resultados de forma comprensible.
4 Realizar un benchmarking riguroso y contextualizado
El incremento de volatilidad y la divergencia regulatoria hacen imprescindible revisar comparables y peer groups para asegurar competitividad sin generar brechas injustificadas. Glass Lewis ha intensificado el escrutinio sobre la composición de los peer groups, y BlackRock alerta de que no basta con justificar incrementos por comparativa de mercado: debe demostrarse creación de valor.
El benchmarking debe servir para equilibrar competitividad, evitando brechas salariales excesivas o pérdida de talento clave.
5 Mantener un seguimiento continuo de proxy advisors y anticipar sus expectativas
ISS, Glass Lewis y BlackRock han introducido cambios que requieren respuesta inmediata de las CNR. Ante esta realidad SE debe:
- evaluar de manera anticipada su alineamiento actual con los nuevos criterios,
- identificar posibles áreas de riesgo para la votación de 2026,
- y anticipar explicaciones o ajustes en política cuando la falta de alineamiento pueda resultar en votos en contra.
Esta vigilancia debe integrarse en el calendario anual de la CNR.
6 Reforzar el papel estratégico de la comisión y la formación del consejo
El escrutinio creciente y la complejidad del entorno exigen que la CNR evolucione más allá del mero cumplimiento. Debe convertirse en un órgano estratégico, capaz de anticipar tendencias emergentes, gestionar la relación con inversores y preparar al consejo para preguntas críticas en junta, especialmente sobre ESG, pay-for-performance y composición de peer groups.
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A modo de conclusión, la hoja de ruta para 2026 exige rigor, anticipación y una integración real de sostenibilidad, gestión de riesgos y transparencia. La divergencia entre Estados Unidos y Europa en criterios ESG, el endurecimiento de los proxy advisors y la incertidumbre geopolítica obligan a los consejos a rediseñar sus políticas con visión estratégica y foco en creación de valor sostenible. Solo así podrán mantener la confianza de inversores, asegurar competitividad y fortalecer la gobernanza en un contexto global cada vez más exigente.










