Concluida la COP27, Fundación Naturgy y el Capítulo Español del Club de Roma han reunido a varias expertas para opinar sobre los avances de la cumbre egipcia. La charla se ha producido entre Valvanera María Ulargui, directora general de la Oficina Española del Cambio Climático, y Lara Lázaro Touza, investigadora principal del Real Instituto Elcano.
De acuerdo con las palabras de ambas, se puede decir que hay una mezcla de sensaciones con los acuerdos alcanzados en el país africano. Ulargui ha destacado como hecho relevante la creación de una agenda de solidaridad internacional más allá del fondo de pérdidas y daños para los países vulnerables ante fenómenos climáticos.
Otro de los hechos importantes es que los países se han reafirmado en llevar a cabo más política climática para resolver las distintas brechas de seguridad, especialmente en lo que se refiere a la biodiversidad y el sector alimentario. “La buena noticia es que nos quedan 7 años de ventana de oportunidad”, afirma la representante gubernamental en las negociaciones de la COP27.
A lo largo de este periodo, Ulargui mantiene que el cambio de estructura ya se encuentra en el modelo económico actual. “Se ha puesto de manifiesto en la Cumbre que no podemos seguir creciendo con las tecnologías pasadas, pese a la crisis energética actual”, apunta la experta.
Visión pesimista sobre la COP27
No obstante, Ulargui ha lamentado un punto de falta de ambición que se ha mostrado en Egipto. A pesar de las “fuertes negociaciones”, se mantiene el objetivo de reducir 1,5 grados la temperatura global desde 1990. “Heredamos en la COP27 un stop the clock respecto a Glasgow” en relación con este asunto.
En opinión de Lázaro Touza, esta Cumbre no ha estado exenta de tensiones procedentes de temas pendientes de la anterior COP26 de Glasgow. Y es que durante esta cita se han sumado factores de controversia como las diversas crisis actuales, el distanciamiento de los grandes emisores y la gran ambición de la UE contra el cambio climático.
El liderazgo europeo
Este último asunto ha sido elogiado por la portavoz del Real Instituto Elcano. Aun representando menos del 10% de las emisiones mundiales, Europa lleva la voz cantante en las negociaciones multilaterales y tiene ambiciosos objetivos climáticos. Según la investigadora, la UE llegó a Egipto “con un paquete de implementación muy importante que pone los pies en la tierra al Pacto Verde” y “un anuncio de que su objetivo de reducción de emisiones aumenta al 57% respecto a 1990”. “La UE está dando mensajes claros”.
La otra cara de la moneda radica en unos liderazgos bastante difuminados, según entiende Lázaro. Además, el contexto no es el idóneo, pues el entorno es de crisis energética, alta inflación y perspectivas económica en deterioro. Este caldo de cultivo es un hándicap para Bruselas, la cual está adoptando un rol de “bisagra entre geografías” mundiales.
