Qué nos espera en 2013

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Victoria Torre, Responsable de Análisis de Self Bank

Al hacer un balance de este último año puede parecernos que la situación no ha variado mucho desde que comenzara 2012. A principios de año la prima de riesgo se situaba en 320 puntos básicos y el Ibex 35 cotizaba en torno a los 8.400 puntos, cerrando el selectivo el 31 de diciembre en 8.167 puntos y la prima  por debajo de los 400. Pero si hacemos un repaso más a fondo de los últimos doce meses, podemos observar que la incertidumbre y la volatilidad han sido sin lugar a dudas los factores predominantes de este periodo. El claro ejemplo es el mes de julio, donde la prima de riesgo española se disparaba hasta los 638 puntos, mientras que el Ibex perdía el nivel de los 6.000 puntos.

La tensión del 2012 se ha traducido en sucesivas intervenciones de los Bancos Centrales para dar soporte a la economía, enormes esfuerzos para salvar el euro y rumores de rescate a España, hasta tal punto que hubo quienes llegaron a pensar que nuestro país sería el siguiente en caer.

 

Los Bancos Centrales se han convertido en actores principales de esta trama dando en diversas ocasiones apoyo a los mercados, que en más de una ocasión han parecido estar cerca de hundirse. Su actuación más determinante tuvo lugar en Septiembre, cuando Mario Draghi anunció el apoyo total al euro, ofreciendo  además la ayuda del BCE a aquellos países que lo solicitasen. Esta intervención propició que el bono a 10 años se relajase hasta el 5,3% a finales de año y nuestra prima de riesgo comenzase a descender hasta los niveles actuales.

 

La UE también aportó su granito de arena, relajando las condiciones tras constatar la imposibilidad de nuestro país para cumplir con los objetivos de déficit y concediendo un años más de margen, por lo que actualmente se pide a España que el déficit se sitúe en el 6,3% del PIB en 2013, en el 4,5% en 2013 y en el 2,8% en 2014.

 

La banca española ha tenido un importante papel en este periodo, atravesando una difícil situación que previsiblemente continuará en 2013. Hasta el momento las dificultades sufridas por el sector han desembocado en los planes de reestructuración de la banca aprobados en noviembre por la Comisión Europea y en la concesión de 40.000 Mn€ en ayudas a las entidades financieras. Las fuertes provisiones exigidas por la nueva regulación financiera, la debilidad por la que atraviesa la economía, la contracción de márgenes, el sobredimensionamiento del sector, la alta dependencia con el sector constructor y una gestión poco prudente en algunos casos de los riesgos fueron algunos de los factores que lastraron al sector, y en 2013 algunos de estos temas seguirán pendientes de resolución.

 

Las subastas del Tesoro han cobrado especial relevancia en 2012 debido al reto que ha supuesto cumplir con los objetivos, atendiendo a los elevados costes y las altas necesidades de financiación. Aún en un contexto complicado, el Tesoro consiguió superar este examen con notable alto, al emitir el 105% de la deuda programada (90.234 Mn€ frente a los 85.900 Mn€ del objetivo inicial) aunque los elevados costes de financiación se han traducido en un pago adicional de 10.000 Mn€ en intereses respecto al 2011 y los plazos de emisión han tenido que ser más cortos de lo habitual (más del 70% de las emisiones han sido a 5 o menos años, cuando en 2011este porcentaje no llegó al 60%) .

 

Por último, España también se ha visto afectada por la difícil situación internacional, principalmente por las incertidumbres generadas por la inestabilidad del país heleno y el “fiscal cliff” de EEUU, cuyo acuerdo de último momento por parte de los partidos políticos ha dado un respiro al mundo entero.

 

Todos estos factores dan paso a un 2013 que no estará exento de dificultades. Aunque el hecho de que la prima de riesgo se sitúe en torno a los 360 puntos y el bono a 10 años en el 5,1% supongan para nosotros un alivio tras el fatídico mes de julio, no hay que perder de vista que en abril de 2010 la prima rondaba los 130 puntos, por lo que la situación actual dista mucho de ser idílica.

 

Además, en este año nos enfrentaremos de nuevo a unas necesidades de financiación récord ( en torno a los 230.000 Mn€), y aunque creemos que el Tesoro conseguirá un nuevo aprobado el próximo año, el problema será el coste que tendrá que pagar por ello. Resulta difícil seguir financiándonos con tipos superiores al 4%, sobre todo teniendo en cuenta que el crecimiento seguirá sin llegar este año y que la volatilidad seguirá imperando si España no solicita el rescate.

 

No se espera que 2013 sea el año de la recuperación, pero tal vez en la segunda mitad del año comencemos a ver los resultados de los esfuerzos hechos en el año anterior.  El crecimiento será además muy desigual atendiendo a las diferentes regiones: mientras que EEUU podría crecer cerca del 2% el año próximo (aunque dependerá en este caso mucho de los acuerdos que adopten los políticos sobre el techo de deuda), la Eurozona podría limitar su crecimiento a un escaso 0,2%. Dentro de la Zona Euro también se podrían dar importantes diferencias: se estima que Alemania y Francia crecerán un 1% y un 0,5% respectivamente, pero se esperan retrocesos por encima del -1% para España y Portugal, algo más leves en el caso de Italia.

 

Pero no todo son malas noticias. Existen ya algunos factores para el optimismo: por un lado, los planes de estímulo de los Bancos Centrales supondrán un importante respaldo para los mercados. Además, la disminución de riesgo de quiebra del euro debe dar lugar a menores presiones sobre nuestra prima de riesgo, así como costes de financiación inferiores que contribuyan a aliviar las cuentas de los Estados y a garantizar condiciones más ajustadas para aquellas empresas que acudan a los mercados en busca de dinero.

 

No debemos perder tampoco de vista los brotes verdes que comienzan a asomar en nuestro país: la prima de riesgo se ha relajado, los objetivos de déficit parecen más cerca de lograrse, el pasado mes de octubre se consiguió un Superávit por Cuenta Corriente de 865Mn€ (frente déficit de -1.363Mn€ de noviembre 2011) y los inversores extranjeros parecen estar retomando la confianza en la deuda (en noviembre se incrementó en 4.780 Mn€ el importe de los títulos en manos de extranjeros). Así, en 2013 debemos practicar la paciencia, y no perder nunca de vista la luz que comienza a perfilarse al final del túnel.

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