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La ciberseguridad se encuentra entre las principales preocupaciones de gobiernos, administraciones, empresas y particulares debido a que el cibercrimen alcanza un coste global cercano al 1,5% del PIB mundial.

Además, España ha recuperado el segundo puesto como país más atacado del mundo, lo que refuerza la urgencia de adoptar nuevas estrategias y cumplir con las exigencias regulatorias para fortalecer la resiliencia digital.

En estas fechas, la ciberseguridad se convierte también en un grave problema, sobre todo, para los consumidores. Llega julio y, con él las esperadas rebajas de verano. Esta es una época en la que muchos consumidores aprovechan para hacer compras a buen precio, especialmente a través de Internet. Sin embargo, lo que para unos es una oportunidad de ahorro, para otros —los ciberdelincuentes— es una oportunidad de ataque. Y es que, durante este periodo, los ciberataques se incrementan en torno a un 30%, con especial protagonismo del phishing.

¿Por qué aumentan los ataques en estas fechas? La respuesta es sencilla: por la relajación de las medidas de seguridad, por una menor atención por parte de los usuarios y, sobre todo, por una mayor actividad online durante estos meses de verano. Esta combinación crea un entorno propicio para el éxito de campañas fraudulentas.

La técnica más común es el phishing, con la que los ciberdelincuentes buscan ganarse la confianza de la víctima a través de mensajes o correos electrónicos falsos que simulan proceder de tiendas o marcas conocidas. Aprovechando los descuentos de temporada, estos correos ofrecen promociones irresistibles que, realmente, esconden enlaces maliciosos hacia páginas web falsas, diseñadas para robar información personal y financiera.

Por eso, hoy más que nunca, es necesario recordar lo que no debemos hacer si queremos evitar caer en una ciberestafa durante las rebajas.

6 cosas que debes tener en cuenta cuando compres por internet

  1. No entres en enlaces sospechosos. Aunque el correo parezca provenir de tu tienda favorita, desconfía si no esperabas ninguna comunicación o si el mensaje te invita a actuar con urgencia. Verifica siempre el remitente y accede a la tienda escribiendo directamente su dirección web en tu navegador.
  2. No ignores la URL del sitio. Antes de introducir tus datos personales o bancarios, comprueba que la dirección web comience con “https” y que el navegador muestre un candado de seguridad. Si la web no es segura, no sigas adelante.
  3. No te olvides de revisar el aviso legal. Una tienda legítima debe contar con un aviso legal accesible, que incluya información como la razón social, domicilio y datos de contacto. Si no encuentras esta información, desconfía.
  4. No entregues tus datos sin leer la política de privacidad. Aunque a veces omitimos la política de privacidad, realmente es una cuestión importante para tener en cuenta. La política explica a los usuarios cómo van a utilizar sus datos. Si el sitio no la ofrece o no es clara, es mejor no seguir adelante.
  5. No ignores la opinión de otros usuarios. Antes de comprar en una tienda online poco conocida, busca reseñas. La experiencia de otros compradores puede darte pistas sobre si se trata de un sitio fiable o no.
  6. No descuides tus dispositivos. Tener el sistema operativo, las aplicaciones, el navegador y el antimalware actualizados es clave para evitar vulnerabilidades. Activa las actualizaciones automáticas siempre que sea posible.

Además, es fundamental tener en cuenta que estas amenazas no solo afectan al ámbito personal. Muchas personas consultan ofertas online desde sus dispositivos corporativos, lo que puede poner también en riesgo la seguridad de la empresa.

Por ello, la mejor defensa frente a los ciberdelincuentes sigue siendo la prevención y la desconfianza razonable. Si algo parece demasiado bueno para ser verdad, probablemente lo sea. Comprar online con seguridad no significa renunciar a las rebajas, sino hacerlo con responsabilidad y sentido crítico.