¿Cómo afecta a nuestra productividad laboral un ritmo de vida frenético?

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No todo en la vida es correr y correr. A veces, llevar un ritmo frenético puede hacernos que en un momento de la misma no tengamos tanta productividad laboral como pretendamos.

Un ritmo sosegado puede ayudarnos a nuestra productividad laboral. Aritz Urresti, CEO de Goalboxes nos da una serie de pautas a seguir para lograr los objetivos que no hemos marcados.

Saber descansar para conseguir una mayor productividad laboral

Hoy en día son muchas las personas que viven sumidas en el descontrol que ejerce la prisa. Nuestro día a día nos marca un sinfín de tareas a realizar que son inabarcables y que, sin embargo, nos empeñamos en llevar a cabo según van surgiendo y sin ninguna planificación.

Vivimos en un mundo acelerado en el que gobierna el subconsciente bajo las órdenes del estrés, que nos impulsa a realizar acciones que realmente no son importantes para conseguir nuestros objetivos reales.

Cuando uno trabaja de esta manera, el 98% de sus labores no da resultados. Por eso, es necesario pisar el freno y pararnos a pensar si estamos eligiendo el camino adecuado. Y si no lo estamos haciendo, hay que rectificar nuestra dirección.

Imagina por un momento que quieres viajar hacia Barcelona, pero con las prisas has cogido la carretera en sentido opuesto y te diriges a Madrid.

Si no paras y visualizas tu situación, seguirás yendo a Madrid, con la pérdida de tiempo y recursos que ello supone. Pero si te detienes en la primera gasolinera que encuentres y lo piensas detenidamente, encontrarás la estrategia perfecta para rectificar el camino minimizando los daños.

En nuestra vida diaria pasa lo mismo: tenemos que parar, pensar, priorizar y, de esta manera, conseguir que nuestro lado consciente tome las riendas. Es él, y no el subconsciente, el que tiene que decidir lo que es prioritario en nuestro día a día.

Cada tiempo tiene que ser  medido para conseguir una mayor productividad laboral

¿Cómo lograr una mayor productividad laboral? Claves para desacelerar y saber parar a tiempo

  • Tomar consciencia… y conciencia: Sin dar este primer paso, poco podemos lograr. Hemos de ser conscientes del error que supone vivir a toda velocidad, algo que repercute en nuestra salud, en nuestro trabajo, en nuestro ocio, en nuestros sueños…
  • Saber que lo estamos haciendo de una forma equivocada y que la solución está en desacelerar para poder mirar con perspectiva el entorno en el que nos movemos y que no nos deja avanzar.
  • Saber cuándo parar: Cualquier momento es bueno, si nos lo proponemos y lo planificamos, pero es más eficaz encontrar un hueco tranquilo y sin interrupciones: mientras comemos, al final del día…
  • Si cada día nos paramos a reflexionar 20 minutos podremos apreciar qué cosas estamos haciendo bien y cuáles mal. Hacernos una autocrítica diaria para que nuestro lado consciente gobierne y enfoque nuestra mirada hacia lo que realmente es importante en nuestra vida.
  • Planificar: Una vez que nos pongamos en modo ‘pausa’, es el momento de planificar: marcarnos un sueño, un objetivo, un ‘para qué’ y agendarnos acciones sencillas, concretas y asumibles encaminadas a lograrlo. De esta forma aumentará nuestra productividad laboral.
  • Hay que tener en cuenta que una hora de planificación equivale a casi 40 de ejecución. Es decir, no seguir una serie de acciones pautadas a un ritmo asequible nos va a hacer perder 40 horas de trabajo, que probablemente sólo van a servir para apagar fuegos.

Lograrlo no es fácil, implica salir de nuestra zona de confort, derribar barreras mentales y adquirir nuevos hábitos de trabajo. De esta forma se logra triunfar en la vida.

Nos obliga a renunciar a la búsqueda del placer inmediato y visualizar el beneficio que este esfuerzo nos proporcionará a largo plazo.

Para ello, se necesita constancia, perseverancia y no abandonar nunca ese camino marcado.

¡No se pierdan la próxima #PíldoradeCambio de Aritz Urresti, CEO de Goalboxes , y autor del libro Las Cajitas del éxito!

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