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Una de las varias preocupaciones asociadas al embarazo reside en la tiroides y las posibles patologías que puedan darse en esta etapa de la vida, donde la mujer atraviesa cambios hormonales muy importante.

El embarazo puede ser un factor que predispone al desarrollo de distintas funciones tiroideas debido a la reducción de los niveles de yodo y el aumento hormonal en el cuerpo de la mujer embaraza. Las doctoras Verónica Sánchez Rivas, Raquel Miguel Toquero y Simone Furió Collao, del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Quirónsalud San José, explican para Directivos y Empresas todo lo relacionado con la tiroides y el embarazo: posibles patologías y exámenes necesario para tener todo bajo control.

Qué ocurre con la tiroides en el embarazo

Durante la gestación, la glándula tiroides se ve obligada a trabajar más intensamente, debido tanto a la necesidad de producir más hormonas tiroideas para satisfacer las necesidades del feto, como a la influencia de la gonadotropina coriónica humana (hCG), una hormona que puede estimular temporalmente la glándula tiroides. Además, el feto no produce sus propias hormonas tiroideas hasta aproximadamente la semana 12 de gestación, por lo que en las primeras etapas depende completamente de las hormonas maternas.

Principales patologías tiroideas en el embarazo

  1. Hipotiroidismo
    Afecta al 0,5% de los embarazos y se produce cuando la tiroides no genera suficiente cantidad de hormonas. En la madre puede derivar en pérdida de conciencia, bradicardia o hipotermia, mientras que en el feto puede provocar bajo peso al nacer, parto pretérmino o incluso aborto espontáneo. Es una de las condiciones que requiere control riguroso, dado su impacto sobre el desarrollo neurológico del bebé.
  2. Hipertiroidismo
    Mucho menos frecuente (alrededor del 0,2%), pero potencialmente más peligroso si no se trata. Los riesgos maternos incluyen crisis tirotoxicas, insuficiencia cardíaca o trastornos hipertensivos graves. Para el feto, puede implicar parto prematuro, bajo peso o complicaciones graves por el exceso de hormonas tiroideas.
  3. Tiroiditis postparto
    Es una inflamación de la tiroides que ocurre tras el parto y afecta al 5% de mujeres sin antecedentes tiroideos. Puede manifestarse inicialmente con síntomas de hipertiroidismo y luego evolucionar hacia un hipotiroidismo transitorio o permanente. El riesgo más común es la depresión posparto.
  4. Cáncer de tiroides
    Es el segundo tumor maligno más diagnosticado durante el embarazo, después del cáncer de mama, con 14,4 casos por cada 100.000 nacimientos. Pese a ello, el pronóstico suele ser favorable, ya que la mayoría de los nódulos son benignos y los cánceres diagnosticados en esta etapa no empeoran significativamente su evolución a largo plazo.

¿Es posible prevenir la aparición de nódulos tiroideos?

Una de las medidas más eficaces para prevenir disfunciones tiroideas, especialmente la aparición de nódulos, es mantener un nivel adecuado de yodo durante la gestación. El yodo es esencial para la síntesis de hormonas tiroideas, y sus requerimientos aumentan durante el embarazo. Por esta razón, se recomienda el uso de suplementos de yoduro potásico (normalmente 200 microgramos diarios), además de consumir sal yodada, especialmente en las zonas donde los niveles de yodo en la dieta son bajos.

doctores quirónsalud san jose en nutrición y ginecología

De izda. a dcha.: las Dras. Sánchez Rivas, Miguel Toquero, Furió Collao y el Dr. López Gailán.

¿Cuándo se recomienda la cirugía?

En el caso del cáncer diferenciado de tiroides, la estrategia suele ser conservadora durante el embarazo, siempre que las características del tumor lo permitan. Como indica el Dr. Jorge Martín Gil, especialista en cirugía endocrina, la recomendación general es posponer la tiroidectomía hasta después del parto, ya que no parece que este retraso afecte negativamente al pronóstico.

Sin embargo, existen situaciones específicas donde no se debe aplazar la intervención quirúrgica, como por ejemplo:

  • Presencia de nódulos localmente avanzados o con histología agresiva
  • Aparición de ganglios cervicales con metástasis
  • Síntomas compresivos severos
  • Crecimiento acelerado del tumor (más del 50% en volumen o más del 20% de diámetro en dos dimensiones antes de la semana 24)

En estos casos, lo ideal es realizar la cirugía en el segundo trimestre, que es el periodo con menor riesgo tanto para la madre como para el feto. El primer trimestre se evita por el riesgo de aborto y el tercero por el riesgo de parto prematuro.

¿Debería hacerse un cribado sistemático de tiroides en el embarazo?

Dada la importancia del equilibrio tiroideo en la salud materno-fetal, los especialistas coinciden en que sería altamente recomendable incluir una exploración tiroidea de rutina en los primeros controles del embarazo. Según el doctor Juan José López Galián, jefe del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Quirónsalud San José, se debería valorar la función tiroidea y realizar un examen físico del cuello al inicio de la gestación, incluso en mujeres sin antecedentes, para detectar posibles alteraciones.