Viajar a destinos tropicales o subtropicales requiere una atención especial a la salud, dada la alta incidencia de enfermedades en estas áreas.
El Dr. Ignacio Barbolla Díaz, especialista en medicina interna y médico adjunto de la Unidad de Medicina de Familia del Hospital Ruber Internacional, destaca que muchas infecciones son prevenibles mediante una adecuada planificación médica.
Desde la consulta con un especialista hasta la vacunación y la preparación de un botiquín apropiado, tomar en cuenta aspectos sanitarios es esencial para disfrutar plenamente de la experiencia viajera y minimizar riesgos para la salud.
Viajar con salud: por qué planificar médicamente tu viaje es esencial
Con más del 50% de los desplazamientos internacionales dirigiéndose hacia zonas tropicales o subtropicales, la prevención sanitaria se convierte en una prioridad. Tal como alerta el Dr. Ignacio Barbolla Díaz, especialista en medicina interna del Hospital Ruber Internacional, “las infecciones son la primera causa de morbilidad durante o tras los viajes y provocan entre un 2 y un 3% de la mortalidad”.
Este dato, que puede resultar alarmante, se vuelve especialmente relevante si consideramos que muchas de estas enfermedades son evitables con una correcta planificación previa. De ahí que los centros de vacunación internacional y los especialistas en medicina del viajero tengan un papel crucial. Una atención médica especializada permite no solo una prevención eficaz sino también un asesoramiento adaptado a las características del viajero, como la edad, enfermedades crónicas, tipo de viaje y destinos previstos.
“Las infecciones son la primera causa de morbilidad durante o tras los viajes y provocan entre un 2 y un 3% de la mortalidad” – Dr.Ignacio Barbolla
Las enfermedades más frecuentes del viajero: qué riesgos debes conocer
Diarrea del viajero: la más común y también la más infravalorada
Entre las enfermedades del viajero, la diarrea ocupa el primer lugar por incidencia, afectando entre el 10 y el 70% de los viajeros. La bacteria Escherichia coli enterotoxigénica (ETEC) es la principal responsable. Esta infección suele aparecer en la primera semana del viaje, especialmente en regiones como el sudeste asiático y durante estaciones húmedas y cálidas.
Los síntomas incluyen varias deposiciones líquidas en 24 horas, fiebre, dolor abdominal, náuseas o deshidratación. Aunque suele ser autolimitada, la atención a la hidratación es fundamental para evitar complicaciones. Es importante recordar que la diarrea del viajero puede alterar significativamente el curso del viaje, limitando actividades y generando gastos imprevistos.
Fiebres tropicales: dengue, malaria y más allá del repelente
La fiebre es uno de los principales motivos de consulta al regresar del trópico. A menudo, puede estar vinculada a arbovirosis como el dengue, aunque también se deben considerar patologías como la malaria o las rickettsiosis.
La malaria, en particular, requiere especial atención. Provocada por parásitos del género Plasmodium, se transmite por la picadura del mosquito Anopheles. Todo viajero con fiebre sin causa aparente tras visitar una zona endémica debe acudir inmediatamente a un especialista. El dengue, por su parte, ha incrementado su presencia en regiones anteriormente no endémicas debido al cambio climático, lo que requiere una vigilancia epidemiológica más amplia.
Doctor Ignacio Barbolla Díaz, especialista en medicina interna y médico adjunto de la Unidad de Medicina de Familia del Hospital Ruber Internacional
Prevención antes del viaje: claves médicas según tu destino
Para minimizar los riesgos, los expertos recomiendan:
- Consulta previa: acude al médico entre 4 y 6 semanas antes del viaje.
- Seguro de viaje: imprescindible en destinos de riesgo sanitario.
- Botiquín básico: incluye analgésicos, sales de rehidratación, desinfectante, repelente, y medicación personal.
- Vacunas: además del calendario vacunal actualizado, pueden ser necesarias vacunas como hepatitis A y B, fiebre tifoidea, fiebre amarilla, cólera, rabia, meningitis, entre otras.
- Quimioprofilaxis: especialmente para malaria. Requiere iniciar la medicación antes, durante y tras el viaje.
A estas medidas se suma la necesidad de mantenerse informado sobre alertas sanitarias del destino, como brotes activos, y consultar fuentes oficiales como la OMS, el Ministerio de Sanidad o los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Consejos de salud durante el viaje: evita riesgos innecesarios
Alimentación y agua: lo que debes y no debes consumir
Evita agua del grifo, alimentos crudos o mal cocinados, y ten precaución con frutas, verduras y lácteos no envasados. Lávate las manos con frecuencia y evita comer en puestos callejeros con escasa higiene. El uso de pastillas potabilizadoras o hervir el agua puede ser una medida adicional eficaz en zonas rurales o con infraestructuras limitadas.
Picaduras de insectos: ropa adecuada y repelente son tus aliados
Vistete con ropa de manga larga, usa mosquiteras y repelentes con DEET. Evita perfumes intensos y colores oscuros que atraen insectos. En alojamientos sin aire acondicionado, asegúrate de que las ventanas cuenten con mallas o mallas impregnadas con insecticida.
Evita baños en aguas estancadas y contacto con animales
Estas acciones reducen el riesgo de infecciones como esquistosomiasis o rabia. Evita también el contacto con heces de animales o suelo contaminado, y nunca consumas productos cárnicos de origen dudoso.
Salud sexual y precauciones
En los últimos años han aumentado las ITS entre viajeros, como VIH, hepatitis B o zika. Usa preservativo y evita tatuajes o acupuntura en condiciones no controladas. Recuerda que algunos virus pueden transmitirse también por contacto no sexual, como el zika durante el embarazo.
Viajar con conciencia sanitaria mejora la experiencia
Planificar el viaje desde el punto de vista médico no solo reduce riesgos, sino que mejora la experiencia global del desplazamiento. Acudir a una consulta especializada permite valorar antecedentes, riesgos del destino y exposiciones esperadas. Además, mejora la capacidad del viajero para responder ante imprevistos, con información y recursos adecuados.
Como concluye el Dr. Barbolla: “Preparar el viaje junto a un especialista conlleva disminuir el impacto de una posible enfermedad y mejorar la calidad del desplazamiento”.