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Los especialistas en urología recomiendan a los hombres mayores de 50 años hacer revisiones periódicas de la próstata a sabiendas de que la hiperplasia benigna de próstata (HBP) es una de las patologías más frecuentes a partir de dicha edad. Son palabras recogidas por Directivos y Empresas de parte del responsable del Servicio de Urología del Hospital Ruber Internacional, el doctor Antonio Allona.

La explicación de la hiperplasia benigna de próstata

Sobre esta enfermedad, el experto afirma que no se trata de un tumor maligno, pero su impacto en la calidad de vida puede ser considerable, debido a la dificultad para iniciar la micción, la urgencia por orinar o la necesidad de levantarse varias veces durante la noche.

Esta es la principal sintomatología de la hiperplasia benigna de próstata, cuyo diagnóstico comienza con una historia clínica detallada, seguida de una exploración física, análisis de PSA, ecografía urológica y flujometría. En determinados escenarios se recurre a pruebas de imagen avanzada, como la resonancia magnética, para precisar el alcance del crecimiento prostático y descartar complicaciones.

Opciones de tratamiento conservador o las nuevas técnicas para abordar la hiperplasia benigna de próstata

Respecto a la explicación sobre cómo tratar la hiperplasia benigna de próstata, Allona, mantiene que su abordaje inicial suele ser conservador, que incluye el seguimiento de hábitos como la reducción de líquidos por la noche, evitar el consumo de alcohol o café y mantener una actividad física regular.

En otros casos, el tratamiento farmacológico se convierte en la primera opción, ya sea con fármacos que relajan la musculatura prostática o aquellos que reducen progresivamente el tamaño de la glándula.

Sin embargo, el verdadero salto en la gestión de la HBP ha llegado en los últimos años gracias a la innovación tecnológica. En este ámbito, el Hospital Ruber Internacional ha potenciado su cartera de tratamientos para esta patología incorporando técnicas robóticas y dispositivos mínimamente invasivos. Esta apuesta coloca al centro entre los más avanzados de Europa en este campo.

 “En algunos pacientes recurrimos a láseres de última generación, muy eficaces en próstatas de gran tamaño o en varones anticoagulados. En otros casos, optamos por tratamientos ambulatorios como el uso de vapor de agua o implantes temporales que remodelan la uretra y mejoran el flujo sin necesidad de ingreso hospitalario. También disponemos de técnicas guiadas por imagen, capaces de preservar la función eyaculatoria en más del 90% de los casos, y de procedimientos radiológicos que permiten reducir el tamaño de la próstata sin necesidad de cirugía abierta”, explica el urólogo.

La robótica: un antes y un después

El especialista subraya que la incorporación de la robótica ha supuesto un antes y un después. Gracias a sistemas que combinan ecografía y ablación de precisión, se obtienen resultados duraderos con un perfil de seguridad elevado. “Nuestro objetivo no es solo aliviar los síntomas, sino preservar la calidad de vida y minimizar los efectos secundarios”, añade.

El doctor Juan Ignacio Martínez-Salamanca, jefe asociado del Servicio de Urología del Ruber Internacional, insiste en la importancia de ofrecer un tratamiento a la medida de cada paciente., ya que “no todos necesitan la misma solución. Algunos requieren una intervención mínimamente invasiva en quirófano, mientras que otros pueden beneficiarse de un procedimiento ambulatorio. Lo importante es adaptar la estrategia a cada perfil para lograr una recuperación rápida y un resultado duradero”.

La robótica ocupa un lugar destacado en esta evolución. En los casos más complejos, el equipo utiliza la adenomectomía robótica con acceso multiport, un procedimiento que permite extraer el adenoma prostático con gran precisión, menor sangrado y una recuperación más corta. Además, ya trabajan en la incorporación del sistema Single Port, que reducirá la cirugía a una sola incisión, con beneficios estéticos y funcionales adicionales.

“Con el Single Port damos un paso más hacia la cirugía del futuro: menos agresiva, más precisa y con tiempos de recuperación aún más breves”, explica el Dr. Allona.

El equipo de Urología del Ruber Internacional no se limita a aplicar lo que la tecnología ofrece hoy: también investiga las terapias del mañana. Entre sus líneas de trabajo destacan la ablación focal guiada por imagen, los dispositivos implantables de última generación y la medicina personalizada basada en el perfil genético de cada paciente.