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Controles de cribado eficaces, técnicas quirúrgicas y el avance en terapias están siendo armas eficaces contra el cáncer colorrectal, una de las patologías más frecuentes en el mundo desarrollado. A pesar de un aumento en la incidencia de este tumor, las tasas de supervivencia se han incrementado en los últimos años.

Testigo de ello ha sido el doctor Francisco Javier Die Trill, cirujano general y especialista en coloproctología del Hospital Ruber Internacional. Este experto cuenta con más de 20 años de experiencia y ha tratado infinidad de casos de esta enfermedad que suele generarse a partir de pólipos benignos, de ahí la importancia de la colonoscopia y la prevención en estas lesiones malignas.

doctor Die Trill

Doctor Die Trill.

El rol de la cirugía robótica en el cáncer colorrectal

No obstante, el principal mensaje que traslada a Directivos y Empresas el doctor Die Trill se centra en la importancia capital de la cirugía para abordar el cáncer colorrectal. El experto del Ruber recuerda que la cirugía continúa siendo uno de los pilares fundamentales en el tratamiento del cáncer colorrectal y las técnicas mínimamente invasivas, como la laparoscopia y la cirugía robótica, han supuesto un gran avance en la recuperación y calidad de vida de los pacientes.

Die Trill forma parte del equipo del doctor César Canales Bedoya, jefe del Servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo del hospital, el cual ha logrado consolidar un enfoque quirúrgico de alta especialización. Su método combinar eficacia, precisión y una reducción significativa de la morbilidad asociada a las intervenciones tradicionales. “Gracias a la cirugía robótica conseguimos una recuperación más rápida, menor dolor postoperatorio y mejores resultados estéticos”, subraya el especialista.

La cirugía robótica al servicio de los grandes retos

Uno de los mayores retos quirúrgicos se encuentra en los tumores localizados en el recto, especialmente en su parte más baja. En esta región anatómica confluyen estructuras nerviosas esenciales para funciones tan importantes como la continencia y la sexualidad. Una lesión en estos nervios puede tener consecuencias irreversibles.

Aquí es donde la cirugía robótica ha marcado un antes y un después. La tecnología permite una visión en alta definición, movilidad ampliada en los instrumentos y mayor control de la profundidad y precisión de cada gesto quirúrgico. Como señala Die Trill, la cirugía robótica nos permite trabajar con una precisión milimétrica, conservando estructuras clave y reduciendo secuelas funcionales. Esto se traduce en:

  • Menor riesgo de pérdida de continencia
  • Menor afectación de la función sexual
  • Estancias hospitalarias más cortas
  • Recuperación más rápida
  • Menos dolor postoperatorio

Para el paciente, la diferencia es notable no solo en términos clínicos, sino también en su bienestar y calidad de vida tras la cirugía.

El protocolo “Watch and Wait”

En aquellos casos de cáncer de recto, En pacientes que experimentan una respuesta completa al tratamiento neoadyuvante (radioterapia y quimioterapia previas a la cirugía), existe la posibilidad de evitar una intervención inicial.

Es el llamado protocolo “Watch and Wait”, una estrategia que implica una vigilancia extremadamente rigurosa para asegurar que el tumor no reaparece. Este enfoque puede preservar la función intestinal y evitar estomas permanentes en determinados pacientes, siempre bajo supervisión médica estricta.

Tratamiento integral: más allá del quirófano

El manejo del cáncer colorrectal no se limita a la intervención quirúrgica. En el Hospital Ruber Internacional, cada caso se analiza de forma personalizada en reuniones clínicas multidisciplinares donde participan los servicios de Oncología Médica, Oncología Radioterápica y Radiodiagnóstico.

Dependiendo del estadio del tumor, se pueden aplicar tratamientos complementarios —radioterapia o quimioterapia— antes o después de la cirugía para mejorar los resultados y reducir el riesgo de recaída. Este enfoque integral permite adaptar las decisiones terapéuticas a las características biológicas de cada tumor y a las circunstancias del paciente, lo que incrementa las opciones de curación y mejora la experiencia asistencial.