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Durante años, la estrategia principal frente a la enfermedad del alzhéimer se ha basado en el alivio de los síntomas y en el acompañamiento de los pacientes. Aunque aún no haya cura para esta patología, los avances en la investigación han abierto un nuevo horizonte.

Hoy se habla de tratamientos modificadores de la enfermedad, capaces de actuar sobre los mecanismos patológicos del alzhéimer y no solo sobre sus manifestaciones clínicas. En este contexto, el Hospital Universitario La Luz ha decidido abrir una nueva Consulta de Trastornos de la Memoria, concebido para ofrecer un abordaje integral de la citada enfermedad.

Esta apertura se produce en vísperas del Día Mundial del Alzhéimer y la consulta estará dirigida por el doctor David A. Pérez Martínez, jefe del Servicio de Neurología del centro y referente en enfermedades neurodegenerativas, junto al Dr. Antonio Ortiz, neurólogo especializado en deterioro cognitivo, y la neuropsicóloga Sandra del Mazo, experta en programas de estimulación y valoración cognitiva avanzada.

Ambos especialistas son muy conscientes tanto del impacto del Alzhéimer en los pacientes como a sus familias, así como del futuro que ya se está planteando, en el cual se estima que entre un 10 % y un 25 % de los mayores de 75 años desarrollarán esta demencia.

La Consulta de Trastornos de la Memoria busca diagnósticos precoces

Según ha explicado el equipo de la consulta a Directivos y Empresas, una de las prioridades será dar cuanto antes con un diagnóstico, ya que la intervención que se realice sobre el paciente será más eficaz.

“Con esta nueva consulta queremos ofrecer un abordaje integral, que combine innovación tecnológica, atención personalizada y apoyo humano, tanto a los pacientes como a quienes los acompañan en este difícil camino”, afirma el Dr. Pérez.

En cuanto a las intervenciones, la Consulta de Trastornos de Memoria incorpora innovaciones como la neuromodulación cerebral no invasiva, una técnica que ha demostrado resultados prometedores en fases iniciales de deterioro cognitivo y Alzhéimer. Se trata de procedimientos indoloros que estimulan áreas concretas del cerebro para mejorar la función cognitiva, abriendo nuevas perspectivas en el tratamiento de las demencias.

Otra de las herramientas clave son los análisis de biomarcadores en líquido cefalorraquídeo, capaces de detectar alteraciones cerebrales incluso antes de que los síntomas clínicos sean evidentes. Gracias a ellos, es posible intervenir en etapas muy tempranas, cuando aún existen más posibilidades de ralentizar la progresión del deterioro.

La neuropsicóloga Sandra del Mazo destaca, además, la importancia de la estimulación cognitiva estructurada y de los programas de acompañamiento emocional: “El trabajo con los pacientes y sus familias no se limita a la consulta médica; requiere también de actividades diseñadas para mantener la autonomía, reforzar la memoria y reducir la ansiedad que genera el proceso”.

Y por supuesto, la consulta al tanto de todo el avance que se produzca en el ámbito científico. Nuevamente, hay que decir que no hay cura para esta demencia, pero la investigación y la innovación terapéutica están abriendo la puerta a un cambio de paradigma y un futuro en el que las personas puedan convivir con el Alzhéimer en mejores condiciones.