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Cuando un niño inteligente, despierto y lleno de curiosidad comienza a tropezar en su camino académico, algo no encaja. Padres y docentes sospechan que “algo pasa”, pero a menudo no saben qué. Los trastornos del aprendizaje, una de las causas más frecuentes de fracaso escolar, permanecen muchas veces invisibles, generando sufrimiento silencioso, baja autoestima e incluso exclusión social. Sin embargo, hay abordajes eficaces tal y como explica para Directivos y Empresas, la doctora María Lorenzo Ruiz, neuropediatra del Centro Médico Quirónsalud Valdebebas

El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) sitúa estos trastornos dentro del grupo de los trastornos del neurodesarrollo, junto a otros como el trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad (TDAH). Con una prevalencia del 5 al 15% en edad escolar, según la Asociación Española de Neuropediatría, su impacto es real y profundo.

Los trastornos del aprendizaje más comunes en las aulas

La dislexia, la disgrafía y la discalculia son las tres manifestaciones más conocidas, y se clasifican por gravedad: leve, moderada o grave, dependiendo de la extensión de las dificultades y del nivel de apoyo requerido. Pero el verdadero desafío no está solo en nombrarlos, sino en detectarlos a tiempo y ofrecer una intervención adecuada.

“Estos trastornos se definen como una dificultad inesperada, específica y persistente para adquirir un aprendizaje determinado”, explica la doctora Lorenzo. “Es decir, el niño tiene una inteligencia dentro de la media, pero sus resultados en lectura, escritura o matemáticas están muy por debajo de lo esperado para su edad y curso”.

 pediatra María Lorenzo

Dra. María Lorenzo.

Uno de los grandes problemas es que estas dificultades no siempre se reconocen como tales. Se confunden con falta de esfuerzo, inmadurez o desmotivación. Sin embargo, el origen puede ser neurológico, psicológico o funcional. Y, si no se interviene adecuadamente, el impacto emocional puede ser devastador.

“El niño empieza a sentirse menos capaz, más inseguro, y acaba evitando el aprendizaje. Es un círculo vicioso que perjudica su autoestima y su desarrollo”, señala la doctora Lorenzo. Además, se incrementa el riesgo de acoso escolar y de desarrollar trastornos psiquiátricos en la adolescencia.

En muchos casos, los trastornos del aprendizaje se dan de forma comórbida con otros, especialmente el TDAH. Según los estudios, entre el 26% y el 60% de los niños con TDAH también presentan dislexia, disgrafía o discalculia. O, al contrario, las dificultades de atención o el entorno escolar poco adaptado pueden empeorar el rendimiento de un niño con un trastorno de base.

Evaluar para intervenir sobre los trastornos del aprendizaje

Ante la sospecha, la clave está en la evaluación precoz e integral. “Es fundamental hacerse tres preguntas: por qué, cuándo y cómo evaluar”, resume la especialista de Quirónsalud.

  • Por qué: porque detrás de cada dificultad hay una causa, que puede y debe identificarse para poder ayudar.
  • Cuándo: tan pronto como se detecte que el niño no sigue el ritmo del aula o muestra señales de frustración ante tareas básicas.
  • Cómo: con una valoración secuencial que combine el análisis neurológico, psicológico y social, incluyendo pruebas específicas aplicadas por profesionales en neuropediatría y neuropsicología.

La importancia de una gestión integral del problema

El Centro Médico Quirónsalud Valdebebas se presenta como un referente en este tipo de abordaje integral. Combina tecnología diagnóstica de última generación con una atención cercana y multidisciplinar. Desde pruebas de imagen hasta laboratorios propios, pasando por circuitos de derivación a hospitales del grupo para tratamientos más complejos, su propuesta es clara: dar una respuesta rápida y eficaz a cada paciente.

“Gestionamos de manera coordinada todo el proceso, desde la consulta inicial hasta la intervención posterior en caso de necesidad de ingreso o tratamientos específicos. Nuestro objetivo es que el paciente no se pierda en el sistema y que las familias se sientan acompañadas”, subraya la doctora Lorenzo.