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El ecosistema empresarial español respira con algo más de tranquilidad. La reciente decisión del Gobierno de aplazar a 2027 la implantación obligatoria de Verifactu —el sistema informático destinado a garantizar la integridad, trazabilidad y reporte inmediato de las facturas a Hacienda— supone un punto de inflexión para pymes, microempresas y autónomos. El calendario previsto inicialmente para 2026 había generado inquietud por la complejidad técnica del sistema, el coste de adaptación y la incertidumbre normativa que lo rodeaba.

Ahora, empresas y profesionales por cuenta propia disponen de entre 12 y 18 meses adicionales para adaptarse a un modelo que transformará la forma de facturar en España.

Un respiro regulatorio en un contexto de tensión digital

La obligación de adoptar softwares certificados que garanticen que las facturas no puedan alterarse ni eliminarse, incorporada en la Ley de Lucha contra el Fraude Fiscal de 2021, pretendía reforzar la lucha contra la economía sumergida, evitar la contabilidad paralela y mejorar la transparencia.

Sin embargo, la realidad operativa ha demostrado que una parte significativa del tejido productivo —especialmente autónomos y pequeños negocios— no estaba preparada.

Muchos profesionales seguían utilizando facturación manual, Excel o Word, o sistemas informáticos no adaptados, lo que generaba dudas generalizadas.

Hacienda ha justificado la prórroga por la “necesaria adecuación de los sistemas informáticos de facturación” y para garantizar “una implantación ordenada y homogénea”. La medida se enmarca también en acuerdos políticos recientes, pero responde a una demanda insistente de organizaciones empresariales y asociaciones de autónomos que venían alertando de la complejidad del calendario previo.

¿Qué cambia exactamente con el nuevo aplazamiento?

El nuevo escenario fija dos fechas clave:

  • Empresas: obligación a partir del 1 de enero de 2027.

  • Autónomos: obligación a partir del 1 de julio de 2027.

Estas fechas coincidirán además con otra obligación relevante: la facturación electrónica obligatoria, también retrasada a 2027. Esto implica que empresas y autónomos deberán afrontar dos transformaciones estructurales al mismo tiempo, lo que convierte este periodo de transición en un momento clave para planificar inversiones y cambios operativos.

Por qué Verifactu es mucho más que un software

La filosofía del sistema se basa en cuatro pilares esenciales:

1. Integridad del dato

Las facturas no podrán modificarse una vez emitidas. Cualquier cambio requerirá movimientos que se registran y quedan auditados.

2. Trazabilidad completa

Los sistemas deberán generar huellas digitales que acrediten la secuencia de emisión.

3. Transparencia ante la Agencia Tributaria

Los programas deben estar preparados para permitir —si así lo decide el contribuyente— la remisión automática e inmediata de las facturas.

4. Eliminación de la contabilidad “B”

El diseño técnico pretende hacer imposible la manipulación de ingresos y ventas.

El punto crítico: Las dudas aún no resueltas

Desde 2021, miles de empresas han planteado preguntas que aún generan incertidumbre:

  • ¿Sirve mi actual software de facturación?
    Dependerá de si cumple los requisitos de integridad, registro y trazabilidad.

  • ¿Puedo seguir usando Excel o Word?
    Solo si no procesan datos internamente. Si lo hacen, deberán sustituirse por programas Verifactu.

  • ¿Qué ocurre si emito algunas facturas a mano y otras en ordenador?
    En cuanto se utilice un sistema informático, el contribuyente entra en obligación de cumplir Verifactu.

  • ¿Habrá una herramienta gratuita?
    Sí, Hacienda dispone de una app para quienes emiten muy pocas facturas, pero obliga a remitirlas de forma inmediata al fisco.

  • ¿Cómo afectará a negocios estacionales o con baja facturación?
    Seguirán sujetos a la norma si utilizan software.

El aplazamiento no resuelve todas estas preguntas, pero concede tiempo para que la Agencia Tributaria refine el marco técnico y ofrezca más claridad.

Un debate económico: ¿Avance necesario o exceso regulatorio?

Las reacciones entre asociaciones profesionales reflejan dos posiciones claras.

Valoración positiva

Organizaciones como Cepyme, ATA o CEAJE consideran que el retraso es un alivio. Argumentan que:

  • evita colapsos técnicos,

  • reduce costes inmediatos,

  • permite a las empresas planificar,

  • y evita sanciones injustas por desconocimiento.

Valoración crítica

Por otro lado, entidades como UPTA o UATAE consideran que los cambios continuos generan inseguridad jurídica, desconfianza y complican la planificación financiera.

Las sanciones: Un aspecto clave que preocupa

El régimen sancionador previsto es de los más severos de los últimos años en materia fiscal:

  • Multas de hasta 50.000€ por utilizar programas que permitan doble contabilidad o manipulación.

  • Penas económicas adicionales por incumplir los requisitos del SIF.

El aplazamiento no elimina este régimen, pero da margen para evitar sanciones derivadas de errores técnicos durante la transición.

2024-2026: Los años clave para modernizar la facturación en España

Las empresas no deben interpretar este aplazamiento como una pausa, sino como una ventana estratégica para prepararse:

  1. Auditar los sistemas actuales de facturación.

  2. Seleccionar software certificado compatible con Verifactu.

  3. Formar a equipos administrativos y financieros.

  4. Integrar facturación electrónica para 2027.

  5. Planificar presupuestos de inversión tecnológica.

Quienes se adelanten evitarán el estrés normativo que previsiblemente aumentará conforme se acerque 2027.

Un giro necesario para garantizar una implantación realista

La digitalización fiscal avanza de forma imparable y Verifactu será un hito en la modernización tributaria. Pero hacerlo bien implica tiempo, recursos y capacitación. La nueva fecha de 2027 alivia la presión inmediata, pero no cambia el destino: la facturación en España será 100% digital, trazable y automatizada.

Para muchas empresas, este retraso no es solo una prórroga: es una oportunidad de reorganizar procesos, mejorar su software financiero y profesionalizar aún más su gestión.