Salir a bolsa: la herramienta de financiación para hacer crecer el sector pyme

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Susana de Antonio, directora de Euronext en España
Susana de Antonio, directora de Euronext en España

Mientras la situación económica mundial va repuntando, el ecosistema español apuesta cada vez más por la innovación. Paralelamente con un crecimiento del PIB español de un 3.2% en 2016, el doble que la media europea (1.6%), se está creando también un entorno cada vez más atractivo para inversores y emprendedores, tanto nacionales como internacionales. De hecho, actualmente las pymes españolas conforman el grueso del tejido económico del país, y generan el 73% del total de empleos, por encima de la media Europea del 68%, según datos del Instituto de Crédito Oficial.

La realidad es que, dentro del ecosistema emprendedor europeo, España comienza a despuntar como un mercado con mucho potencial aún por explotar. De hecho, 2017 ha sido el año con mejor arranque en creación de empresas desde 2008. Además, nuestro país dedica en torno al 1.22% del PIB a gastos relacionados con la innovación y el desarrollo.

No en vano, el país se encuentra en el top 5 europeo de desarrollo tecnológico según el estudio “State of European Tech”. Los expertos afirman que en Europa se está produciendo un auge de las nuevas tecnologías, con un total anual aproximado de 73.000 millones de euros invertidos en fusiones y adquisiciones. Solamente el sector tecnológico español ha generado alrededor de 500 millones de euros en inversiones el año pasado, según un informe de la fundación Mobile World Capital Barcelona.

La pesadilla de las pymes: la falta de financiación

Sin embargo, el 54% de las compañías emprendidas en España fallan y sólo el 14% obtiene un balance positivo, según datos del último Mapa de Emprendimiento de South Summit. Desde el inicio de la crisis económica y financiera, el principal problema que afrontan las pymes españolas es el difícil acceso a la financiación y un endurecimiento de las condiciones crediticias. Debido a esta falta de capital, las empresas se crean con pocos medios y se ven obligadas a innovar a bajo coste. En este sentido, el 57% de los emprendedores españoles recurren a fondos propios, mientras que el 24% se lo piden a amigos y familiares.

Y, aunque los fundadores de empresas emergentes solicitan el apoyo del Gobierno en temas relacionados con beneficios fiscales y el acceso a fondos económicos, estas nuevas empresas siguen necesitando capital para crecer de forma rápida y expandir su negocio tanto a nivel nacional como internacional. En este escenario, el 80% de las startups que necesitan financiación, todavía acuden a los bancos como principal fuente, en su mayoría por desconocimiento de otras opciones.

Sin embargo, los datos demuestran que las pequeñas y medianas empresas continúan teniendo una una mayor dificultad para acceder a los productos financieros bancarios en comparación con las grandes empresas. Por ejemplo, mientras el 11% de las startups que busca financiación bancaria ve denegada su petición, el porcentaje desciende hasta el 1.6% en el caso de las empresas más grandes.

Las Pymes pueden recurrir a la bolsa para ampliar capital

Soluciones alternativas para emprendedores

Ante esta situación, muchas pymes están mirando a otras fuentes de financiación que les permitan mantener un crecimiento continuado. Conocedores del potencial español en el sector tecnológico, los principales inversores, tanto nacionales como extranjeros, siguen muy de cerca la evolución del tejido emprendedor español para detectar las mejores opciones de inversión en el futuro.

 

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En este sentido, los obstáculos para conseguir financiación tienen a aparecer en las fases más tardías, mientras las fases tempranas de una startup suelen estar cubiertas por otras opciones como el capital riesgo. Aunque positivo, conseguir un apoyo financiero en las etapas tardías del es clave para asegurar que las pymes tecnológicas puedan alcanzar una escala global y competir en igualdad de condiciones. Sin embargo, existe una brecha de financiación tardía y que está llevando a las pequeñas y medianas empresas a recurrir a otro tipo de soluciones. Entre todas las opciones, la que va ganando cada vez más adeptos, junto con la opción de dar entrada a un fondo de capital riesgo, es la de dar el salto y comenzar a cotizar en mercados de valores pensados específicamente para pymes.

Aunque a simple vista puede parecer un gran cambio, entrar al parqué de un mercado de valores tiene varias ventajas para una startup. Por un lado, accederá a un pool de inversores que pueden estar interesados en hacer crecer el negocio. De esta manera, aumenta la visibilidad de la compañía, a la vez que se proporciona la financiación necesaria para desarrollar el negocio a su máximo potencia, proporcionando liquidez a los accionistas. En el caso de las compañías tecnológicas, la entrada a mercados de valores puede ofrecer nuevas oportunidades de negocio e impulsar el sector en España abriéndolo a Europa, donde se concentran los mayores inversores internacionales en la esfera tecnológica.

Precisamente, la segunda gran ventaja de la cotización en un mercado bursátil para pymes es la exposición internacional a la que se someten las compañías. Inversores de todo el mundo siguen de cerca la evolución de estos mercados para poder tomar parte en las compañías que darán forma al sector tecnológico del futuro. Opciones como Euronext, el mercado de valores paneuropeo centrado en el sector tecnológico, facilitan a las pymes tecnológicas la gestión de sus operaciones públicas de venta y la financiación de su negocio proyectándolo a toda Europa. Con la internacionalización por bandera, este tipo de mercados de valores sirven de trampolín a las startups del sector tecnológico que tienen la expansión a otros países como una de sus metas.

En esta línea, España vuelve a destacar entre los países cuyos emprendedores miran más hacia el exterior. En concreto, según un informe elaborado por PwC, el 92% de las pymes cuentan con un alto grado de internacionalización y se estima que en los próximos años los ingresos procedentes del exterior podrían aumentar hasta el 50% en el sector pyme. Este fenómeno, conocido como inmigración tecnológica, ha llevado al país a convertirse en el cuarto lugar de preferencia para inversores y emprendedores del sector tecnológico, por detrás de Alemania, Francia y el Reino Unido.

Ante este escenario, la importancia de abrir vías de financiación alternativas es vital para conseguir que las startups españolas aumenten su tamaño. En este sentido, la cotización en mercados de valores cobra más fuerza como solución de financiación y crecimiento. Sin duda algunas, las pymes que quieran jugar un papel en el ámbito internacional deberían considerar las OPV como una opción que cada vez abre más puertas.

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