El turismo vive un nuevo auge tras la pandemia: se espera que los viajeros internacionales superen los 1.800 millones en 2030, según la OMT. España, uno de los grandes polos turísticos globales, consolida su liderazgo con un peso previsto del 13% en el PIB nacional. Sin embargo, este crecimiento conlleva retos críticos: saturación de destinos, tensión social, daño ambiental y deterioro de la experiencia del visitante. Ante este panorama, los datos en tiempo real emergen como una herramienta clave para armonizar prosperidad y sostenibilidad.
Del dato a la decisión: tecnología al servicio de un turismo inteligente
El concepto de “datos en tiempo real” en turismo incluye el uso de sensores, datos móviles anónimos, sistemas de entrada inteligente o análisis de redes sociales. Esta información se traduce en insights accionables que permiten a los responsables de destinos, operadores y autoridades tomar decisiones rápidas y ajustadas al contexto cambiante.
Casos como el de la app Feel Florence en Italia demuestran su utilidad: al indicar en directo qué zonas están congestionadas y ofrecer alternativas menos saturadas, se redistribuye el flujo de turistas, se protege el patrimonio y se mejora la experiencia.
La lucha contra el turismo masivo pasa por los datos
Las protestas en ciudades como Barcelona, Santiago de Compostela o Venecia reflejan el malestar ciudadano frente a la masificación. El turismo, lejos de beneficiar a todos, puede derivar en la expulsión de residentes, la subida de precios o la destrucción del tejido social y urbano.
La respuesta no puede ser solo limitar entradas. Es necesario anticiparse y gestionar. Iniciativas como los sensores de afluencia o los sistemas de recomendación personalizados permiten conocer los picos de demanda, advertir en tiempo real y derivar visitantes hacia zonas menos expuestas. Se trata de hacer que el turismo funcione para todos, no solo para las cifras.
Viajes sostenibles: cuando la tecnología protege el planeta
Los objetivos medioambientales de muchos destinos se ven comprometidos por el exceso de visitas. El caso de Abu Dhabi, con sensores ambientales en el oasis de Al Ain, muestra cómo los datos pueden alertar de situaciones críticas para redirigir flujos sin dañar ecosistemas frágiles.
Además, la monitorización en tiempo real permite:
- Optimizar el uso de transporte público y reducir emisiones.
- Controlar consumos hídricos y energéticos según afluencia.
- Aplicar medidas correctivas inmediatas ante situaciones de riesgo ecológico.
Seguridad del visitante: reacción rápida, impacto positivo
Desde huelgas hasta emergencias climáticas, los datos en tiempo real permiten anticipar, informar y proteger. En centros urbanos, los operadores de transporte comunican retrasos o saturaciones. En entornos naturales, los sensores meteorológicos ayudan a los equipos de rescate a decidir rutas seguras y enviar alertas.
La información no solo evita accidentes, también reduce el estrés del visitante y mejora su percepción del destino. Es parte de una nueva experiencia centrada en el bienestar, no solo en el entretenimiento.
De la infraestructura digital al compromiso colaborativo
Para que el turismo basado en datos funcione, se requieren varios ingredientes:
- Infraestructura digital potente y escalable que conecte sensores, sistemas y plataformas.
- Colaboración público-privada entre ayuntamientos, oficinas de turismo, operadores y empresas tecnológicas.
- Cultura de gobernanza basada en el dato: compartir información entre actores para optimizar decisiones conjuntas.
Carlos Sarmiento, vicepresidente de Customer Success EMEA en Confluent, destaca que “la clave no es solo recopilar datos, sino activar decisiones prácticas que equilibren crecimiento y calidad de vida”.
Inteligencia artificial y personalización: el futuro de los destinos
La combinación de IA y datos en tiempo real abre la puerta a experiencias hiperpersonalizadas: sugerencias de rutas, eventos o actividades según preferencias, movilidad o clima. VisitScotland ya trabaja con IA para derivar turistas hacia zonas menos saturadas en tiempo real, mejorando la experiencia y distribuyendo el impacto económico.
Estas tecnologías permiten:
- Anticipar necesidades y expectativas del viajero.
- Adaptar servicios en función del contexto (tráfico, clima, aforo).
- Medir en directo el grado de satisfacción e intervenir si es necesario.
Turismo inteligente, economía resiliente
Aplicar inteligencia de datos en el turismo no solo mejora la gestión. También hace más resiliente la economía local. Permite distribuir mejor los ingresos, extender la temporada, diversificar la oferta y hacer del turismo un motor estable y sostenible.
Al reducir riesgos, optimizar recursos y aumentar la satisfacción del visitante, se gana en competitividad internacional. La tecnología no es una amenaza, es una aliada del turismo responsable.
El momento de actuar es ahora
Con 2030 en el horizonte y una nueva década de crecimiento en marcha, el sector turístico no puede permitirse operar con modelos desactualizados. Los datos en tiempo real son ya una herramienta clave para gestionar destinos de forma más eficiente, segura y equitativa.
El reto no es tecnológico, es cultural y estratégico. Implica repensar la gobernanza, invertir en digitalización y poner al ciudadano y al visitante en el centro de las decisiones.
El turismo del futuro se escribirá con datos. Y ese futuro empieza hoy.