El vicepresidente comercial de Basf Española, Carles Navarro, asegura que la multinacional química alemana seguirá invirtiendo en su planta de Tarragona en el futuro siempre y cuando se mantengan las condiciones que garantizan la competitividad, entre las que ha destacado la estabilidad política, social y jurídica.
BARCELONA, 12 (EUROPA PRESS)
El vicepresidente comercial de Basf Española, Carles Navarro, asegura que la multinacional química alemana seguirá invirtiendo en su planta de Tarragona en el futuro siempre y cuando se mantengan las condiciones que garantizan la competitividad, entre las que ha destacado la estabilidad política, social y jurídica.
Lo ha dicho este miércoles en VI Foro FemCat en la sede de Banco Sabadell en Barcelona, en el que también ha reclamado una mejora de las infraestructuras en Cataluña y, en especial, la construcción del ancho de vía europeo para conectar con Francia, así como un menor coste energético.
Navarro ha insistido en la importancia de la industria química para la economía catalana, ya que ha recordado que supone el 24 por ciento del total de las exportaciones, una cifra superior a la de las ventas al exterior de los sectores del automóvil y de la agroalimentación, y ha subrayado que crea puestos de trabajo cualificados y estables.
También ha destacado que cuando una empresa química decide invertir en un territorio, se implanta como mínimo por 30 años, la vida estimada que tienen las plantas químicas, lo que supone un "valor inestimable", según ha reiterado.
Basf ha invertido este año en su planta de Tarragona 40 millones de euros, destinados principalmente a la mejora de procesos y al aumento de capacidad.
Navarro ha remarcado que el principal proyecto de Basf en estos momentos en Cataluña es la terminal intermodal de mercancías en Tarragona, que en cuanto a volumen de inversión (24 millones de euros) no es muy importante, pero supone un paso importante para el transporte de mercancías.
Ha constatado que el transporte de productos químicos por ferrocarril en España no alcanza ni un 2 por ciento del total transportado, mientras que en el resto de Europa supera el 20 por ciento.
