Ser competitivos implica la apropiación de tecnologías emergentes

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Por: Jorge Lukowski, Director Global de Marketing y Comunicaciones de NEORIS*


Estamos viviendo una época sin precedentes, siendo testigos de una aceleración en materia de transformación tecnológica que está impactado todos los ámbitos de la sociedad y que, seguramente, solo fue vista con el nacimiento de Internet. Este impulso hacia la digitalización ―en gran medida influida por la pandemia― está reconfigurando las oportunidades, los desafíos y los retos que las compañías de hoy tienen que encarar.

Durante este proceso, se han evidenciado las diferencias en cómo, culturalmente, las empresas tradicionales o las nativas digitales adoptan y abrazan la tecnología. Si bien muchas de estas tecnologías ya estaban disponibles y en uso hace años, su adopción era más lenta o tímida. Sin embargo, la coyuntura forzó a que esa resistencia cultural se rompiera y obligó a muchas compañías, especialmente las más conservadoras, a asumir los cambios y nuevos paradigmas que se instalaron.

Más allá de si son o no organizaciones tradicionales, lo importante es analizar qué tipo de equipos tienen esos negocios ―si son multidisciplinarios, multiculturales, con diversidad generacional― y en cómo todas esas diversidades se unen para liberar el mayor potencial creativo e innovador. Gracias a esto las empresas son capaces de resistir al cambio y de adoptar una conducta disruptiva que abraza los desafíos que el mercado les interpone o interpela.

La digitalización en los procesos de trabajo

Este proceso de digitalización, según revela Gartner en su portal, es una prioridad para el 87% de los directores de compañía. Durante esta época de virtualidad, experimentamos un impacto positivo al aprovechar las herramientas para fortalecer nuestras conexiones e interacciones; sin embargo, estamos en medio de una transición en donde debemos comprender el potencial que la tecnología y la virtualidad pueden ofrecer, sin olvidarnos de las interacciones físicas, las cuales podrían evolucionar hacia encuentros más significativos y de calidad.

Por otro lado, no hay que desconocer la rápida adopción de la Inteligencia Artificial (IA) en el mundo empresarial. El portal Statista señala que para 2022, el 43% de empresas en América Latina estaba explorando posibilidades con esta tecnología, cifra algo superior a la media mundial de 42%. En lo que respecta a la implementación, la región presentaba un 29%, por debajo de la tasa global de 34%. Particularmente España muestra que tiene un 45% de tasa de adopción de la IA y un 31% en materia de implementación.

Es innegable, entonces, que estamos inmersos en la revolución de la Inteligencia Artificial Generativa, la cual nos introduce en un fascinante mundo de colaboración donde la IA funciona como nuestro “copiloto” digital para ahorrarnos tiempo, volvernos más eficientes, ágiles en los procesos y generar cambios significativos en los modelos de negocio.

Ser competitivos implica, entonces, apropiarse y usar las tecnologías emergentes, pero para aprovecharlas hay que contar con profesionales que tengan las habilidades y conocimientos necesarios. Es esencial que los talentos se eduquen para las nuevas oportunidades que surgirán en los próximos años.

Un sentido sostenible y responsable de la tecnología

Los procesos de transformación digital traen un impacto muy positivo, vinculado al manejo eficiente de los recursos y a la disminución de la huella de carbono. En este sentido, en el horizonte veo dos grandes oportunidades. En primer lugar, que la tecnología sea usada para medir el impacto, por ejemplo, del manejo de residuos o del uso del agua. Luego, está el aspecto de usar la tecnología para que los procesos y operaciones empresariales sean más eficientes y amigables con el ambiente.

La IA, a partir del análisis de datos, traerá mucha luz sobre estos procesos y contribuirá a hacer un constante monitoreo de la sostenibilidad. En esta línea, han venido avanzando diferentes industrias que, utilizando estos sistemas o tecnologías como Computer Vision e IA, detectan puntos de mejora dentro de las líneas productivas ayudándoles a reducir los tiempos y, por tanto, a minimizar el impacto de la huella de carbono. Se estima que la IA utilizada, por ejemplo, para aplicaciones ambientales, ayudará a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en Norteamérica en un 6,1% para 2030.

Otro aspecto que hay resaltar, es con relación al consumo energético que exige a su vez el uso de las nuevas tecnologías, por lo que el gran reto es seguir trabajando en la generación de energía limpia para que podamos hablar de una transformación digital realmente sostenible. De otro lado, es prioritario abordar el aspecto ético del uso e implementación de la tecnología y trabajar en cooperación con los gobiernos para garantizar un uso responsable.

El proceso de aceleración que estamos experimentando es un fenómeno complejo que abarca mucho más que la mera adopción de tecnologías emergentes. Si bien para los próximos años, las inversiones estarán concentradas en ampliar el potencial de la IA, también veremos un interés por los servicios asociados a la Nube, así como los relacionados a la recolección, refinamiento y tratamiento de datos para la mejora de la productividad.

En esta cuarta revolución industrial, la revolución digital ha destacado la importancia de la diversidad en los equipos de trabajo, el espíritu innovador y cómo las compañías derriban paradigmas para subirse a la ola de la verdadera transformación digital, adoptando las tecnologías emergentes que surgen a medida que el mundo evoluciona. Las empresas del futuro seguirán vigentes y competitivas en la medida que tengan la capacidad para abrazar estos cambios de manera integral y estratégica.


* Sobre Jorge Lukowski

Jorge Lukowski es un emprendedor y alto ejecutivo argentino-alemán con más de 25 años de experiencia en diversas industrias, destacando en tecnología y transformación digital con énfasis en Inteligencia Artificial. Es miembro activo del Forbes Business Council desde hace dos años y actualmente se desempeña como Director Global de Marketing y Comunicación en NEORIS, posicionando a la compañía como referente en la industria tecnológica en mercados clave. Su visión estratégica y liderazgo en tecnología han impulsado el éxito y crecimiento de NEORIS y otras organizaciones, guiando equipos hacia la excelencia en la era digital.

 

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