El mapa europeo actual y la posición de las metrópolis y ciudades españolas

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Juan Ramón Cuadrado-Roura, Catedrático de Economía Aplicada. IAES, Universidad de Alcalá

En Francia siempre se ha prestado gran atención a los problemas y tendencias territoriales. No en vano nació  y se desarrolló allí la idea de ‘l’aménagement du territoire’ (ordenación del territorio) como una línea de acción que la mayoría de los gobiernos franceses han colocado en una posición muy destacada  dentro de sus objetivos político-económicos. 

En fecha tan lejana como 1963 se creó la DATAR[1], un alto organismo interministerial que debía responsabilizarse de la ordenación territorial y de la promoción regional.  Dicho organismo  sigue vivo en la actualidad y sigue siendo el responsable de preparar, impulsar y coordinar las políticas de ordenación del territorio de Francia. Goza, además, de gran prestigio internacional, gracias a los informes, dossiers y propuestas que ha ido generando durante sus casi seis décadas de existencia, donde generalmente ha mantenido siempre una visión a escala europea e incluso mundial a la hora de situar a su país dentro de las tendencias dominantes en los temas urbanos y territoriales.

De acuerdo con este enfoque, la DATAR impulsó ya en 1989 un primer estudio sobre las ciudades europeas, realizado por el equipo de geógrafos de Montpellier. Fue un informe realmente innovador que incitó numerosos debates y que fue objeto de diversas traducciones y publicaciones (entre ellas una promocionada por el Ayuntamiento de Barcelona). Una segunda aproximación al tema, codirigida por las geógrafas  C. Rozenblat y P. Cicille recibió también el apoyo de la DATAR y se publicó en 2003. Ahora, la Documentation Françaiseacaba de publicar un estudio mucho más ambicioso que los anteriores sobre las metrópolis europeas, realizado por un amplio  equipo de profesores y expertos de varias universidades francesas, de la de Lausana y del CNRS. Algunos de sus resultados creo que son de gran interés para España, donde lamentablemente las cuestiones territoriales y de estrategia en cuanto a su ordenación han recibido siempre escasa atención, reforzada en estos momentos por la distribución de competencias entre las Comunidades Autónomas y el Estado.

Una nueva visión de Europa: de las simples ciudades a las metrópolis funcionales

El trabajo que acaba de publicarse[1] no se centra tanto en las ciudades como en las llamadas Áreas Urbanas Funcionales. Estas, también calificables como ‘metrópolis’, son generalmente  un conjunto de unidades administrativas locales, donde una gran ciudad se constituye en el centro principal de una corona periurbana de poblaciones menores cuyos habitantes trabajan en el área principal o están estrechamente vinculados a la misma por razones económicas y también sociales y culturales.

Si se compara con otros continentes a escala mundial, una de las características de Europa es el predominio de una estructura de ciudades de mediana dimensión.  Aunque existen algunas grandes ciudades, como Londres, París y otras más, no hay en el continente ciudades cuya dimensión demográfica sea comparable con las de Nueva York, México DF, Tokio, N. Delhi, Beijing, Shangai y otras muchas. Sin embargo, esto no significa que la actividad de muchas ciudades europeas no muestre un gran dinamismo y una clara y creciente integración tanto con un amplio entorno como a escala internacional.

El estudio al que nos estamos refiriendo se planteó con dos grandes objetivos. El primero, redefinir una metodología de análisis de las metrópolis europeas y, el segundo, realizar un análisis que permitiese comparar la posición que ocupan las principales metrópolis europeas al finalizar la primera década del siglo XXI. El estudio ha tenido en cuenta 29 países europeos (los de la UE-27, más Suiza y Noruega), tomando como punto de partida para el análisis todas las aglomeraciones urbanas europeas con más de 200.000 habitantes, lo cual  ha supuesto analizar 357 ‘áreas urbanas funcionales’ (AUF). 

A efectos del análisis comparativo se han tenido en cuenta 25 indicadores estadísticos organizados en seis grandes grupos, que son:  datos estructurales (población, PIB por habitante,…), indicadores de movilidad (accesibilidad aérea y por otros medios, movimientos de población y de intercambios…) y de funcionamiento económico, (sedes de sociedades, filiales multinacionales, empresas financieras…), desarrollo aparente de la sociedad del conocimiento (investigación por hab. proyectos internacionales…) , estimación del nivel de actividad en el terreno cultural y turístico (centros culturales, ocupación hotelera, …), y el papel de cada área estudiada desde la óptica política (ubicación de organizaciones europeas e internacionales, centros de decisión polítca…). Esto ha permitido definir las áreas con un claro perfil ‘metropolitano’ de aquellas que responden a otros perfiles más especializados (predominio industrial, turístico, universitario, de carácter comercial, etc.). 

 

De acuerdo con el estudio, de las 357 áreas urbanas funcionales (AUF) de partida, sólo 26 tienen un perfil claramente ‘metropolitano’ debido tanto a su peso como a su especialización en la mayor parte de los grandes flujos estudiados. Se trata de:

  • 2 metrópolis mayores de rango mundial: Paris y Londres
  • 24 metrópolis principales. En las cuales cabe diferenciar:

–        20 metrópolis muy diversificadas: Berlín, Viena, Düsseldorf, Frankfurt, Múnich, Copenhague, Barcelona, Madrid, Helsinki, Atenas, Budapest, Dublín, Milán, Roma, Oslo, Ámsterdam, Lisboa, Praga, Estocolmo y Zúrich

–        3 metrópolis portuarias: Hamburgo, Amberes y Rotterdam

–        Bruselas, por su papel como capital efectiva de la UE

Las restantes 329 áreas urbanas funcionales (AUF) que no alcanzan la categoría de  ‘metrópolis’ cubren sólo algunos aspectos de los que están presentes en las que son consideradas como tales a escala europea. En general, el perfil de estas AUF es mucho más especializado, bien sea como centro de negocios, como centro universitario de gran prestigio (Oxford, Cambridge, Heidelberg…), o como consecuencia del predominio industrial o de su especialización en determinados servicios.

 

París y Londres, con una posición muy destacada dentro de Europa, figuraban ya en muchos estudios como world cities (Peter Hall, 1966), a las que  otro autor (Friedman, 1986) sumó como característica el hecho de ser nudos de concentración del poder económico. Ambas ciudades acababan también siendo admitidas en la categoría de  global cities, que puso en circulación S. Sassen (1991 y 2001), caracterizadas no sólo por el peso que tenían las sedes de grandes sociedades, sino por su capacidad y peso en el ámbito de las finanzas, en la producción de servicios avanzados a las empresas y en razón de su integración en las redes mundiales. El nuevo estudio de la DATAR  subraya, por supuesto,  el perfil muy diferenciado de estas dos ‘metrópolis’ calificadas como ‘mayores’ a escala europea, que se caracterizan por una amplia diversidad de funciones y por su inserción en las redes globales (peso económico, financiero, de servicios, cultural, sociedad del conocimiento, …) a escala mundial.

Las 24 metrópolis ‘principales’ europeas tienen como nota común su diversificación y su amplia influencia (nacional e internacional), que el estudio ordena en cuatro grupos (metrópolis que cuentan con un perfil muy diversificado; metrópolis con una dominante portuaria; y el caso específico de Bruselas). El cuadro adjunto incluye estas veinticuatro metrópolis principales y las dos de carácter más global (Paris y Londres). Como puede observarse, en la lista figuran la mayoría de las capitales de estado europeas – aunque no todas –, pero también algunas metrópolis que son bien conocidas y que no son capitales estatales. Curiosamente, ni Francia ni el Reino Unido   tienen, aparte de París y Londres, ninguna ‘metrópoli principal’ a escala europea. Alemania, por el contrario, cuenta con cinco, y Holanda está representada por Ámsterdam y Rotterdam, pero no por su capital, La Haya. España cuenta con dos metrópolis a escala europea (Madrid y Barcelona), al igual que Italia (Milán y Roma)

 

La posición de las ciudades españolas

Como acabamos de señalar, sólo Madrid y Barcelona figuran calificadas como ‘metrópolis principales’ a escala europea, lo cual se basa, sobre todo, en el grado de gran diversificación que muestran sus respectivos perfiles (económico, cultural, político y de movilidad), a lo que se suma también su tamaño en términos de población, si bien este factor no es el más determinante. El elemento que las distingue y coloca en muy buena posición son los altos indicadores que ambas capitales obtienen en las numerosas variables que se han tomado en consideración.

Si se compara la posición de Madrid con dos de los estudios anteriores (1989 y 2003), y aun teniendo en cuenta las diferencias metodológicas, el avance de la capital española en las dos últimas décadas ha sido realmente muy considerable. Ha aumentado el número de sedes de grandes empresas y de filiales de multinacionales en la capital, ha desarrollado los servicios avanzados a empresas, celebra numerosas ferias, salones y eventos internacionales, ha ganado peso financiero a escala europea, así como en el plano cultural, y tiene un nivel de accesibilidad (principalmente en el ámbito aéreo internacional) muy destacable. Barcelona, que ya figuraba en muy buena posición en anteriores análisis, la mantiene y refuerza también. A su reconocido  peso económico y en el número de sedes empresariales (aunque está algo más estancado) se unen sus atractivos culturales, turísticos (la primera escala mediterránea de cruceros) y como sede de congresos (donde ocupa una de las primeras plazas europeas y mundiales), además de su carácter portuario y de la gran área industrial que rodea el área metropolitana  barcelonesa en sentido más estricto.

Ninguna otra ciudad española figura entre las metrópolis principales europeas actuales. Pero, entre las restantes 329 áreas urbanas funcionales (AUF)  hay 28 españolas. El rasgo dominante del amplio bloque en el que estas ciudades quedan encuadradas es que todas ellas están comparativamente poco dotadas en cuanto a la realización de funciones metropolitanas, de forma que lo que más destaca es que sus indicadores se mueven en torno a un perfil medio a escala europea, que se une a un cierto grado de especialización en cuanto a su actividad (con predominio de actividades de negocios, especialización industrial, de servicios o cultural). En el caso de las 28 ciudades españolas (y sus áreas metropolitanas) que constan en el listado europeo, 18 figuran con un perfil dominante de carácter industrial, 6 tienen en el turismo su principal característica y 4 muestran un perfil vinculado a las actividades agrarias o mineras.

Por supuesto que, dentro de las 28 AUF españolas hay algunas particularmente destacadas. Valencia sobresale tanto por su actividad industrial como por la comercial y de negocios, e incluso en el terreno cultural. Bilbao destaca claramente por su perfil industrial. Zaragoza también por su perfil industrial y de servicios. Alicante, Málaga, Cádiz, Palma de Mallorca y Tarragona, aunque a distinta escala, como capitales turísticas. Y otras – Sevilla, Granada, Oviedo-Gijón, Valladolid, Vigo y Coruña – ocupan posiciones próximas a la media o media-baja europea, con rasgos propios, pero sin que ninguna de ellas pueda calificarse – de acuerdo con el estudio – como área metropolitana de nivel europeo. Por supuesto que sus indicadores no son en absoluto comparables con los de las áreas calificadas como metrópolis principales a escala continental.

Del estudio de referencia no se deducen qué políticas conviene que practiquen las distintas áreas y ciudades cara al futuro. No es este su objetivo. Para avanzar en esta dirección se precisan estudios mucho más profundos, caso por caso, y con una orientación claramente estratégica a medio/largo plazo. Pero, lo que sí puede deducirse son dos resultados interesantes en relación con España. El primero es que la posición comparativa del país no es mala, con dos metrópolis europeas bien situadas, cuyas autoridades han demostrado desde hace años que son conscientes de los puntos fuertes que deben destacar y potenciar y también de las debilidades en las que hay que avanzar hacia una creciente internacionalización. El segundo es que si las ciudades españolas de nivel medio quieren mejorar sus posiciones a escala europea y mundial, deben cuidar su imagen, apostar por la internacionalización de alguno de sus perfiles y dejar a un lado los planteamientos en exceso localistas y de autocomplacencia que se observan en algunos casos gracias al hecho de ser simplemente la capital de una Comunidad Autónoma. Hay, con todo, varias ciudades que no ejercen este último papel y que también pueden avanzar en su posición europea mediante un plan estratégico a medio-largo plazo que amplíe su perfil dominante y que encare la mejora de sus puntos más débiles.  En este terreno tienen, sin duda, un importante reto que deberían afrontar.

 

Cuadro: Las 26 metrópolis europeas, mayores y principales.

Área Urbana   País                       Población área       Grupo          Tipo de

Funcional                             2006 (millones)                           metrópoli

Londres          R.U.                 12,97                        1           Mayor

Paris                FR                   11,92                        1           Mayor

Madrid             ESP                 6,19                         3           Principal diversificada

Milan                IT                     5,43                         3                   id.

Barcelona       ESP                 4,44                         3                   id.

Berlín               ALEM              4,39                         3                   id

Atenas             GREC              3,98                         3                   id

Roma               IT                    3,77                         3                   id

Lisboa              PORT             3,25                         3                   id.

Hamburgo      ALEM              3,12                         4         Principal portuaria

Múnich             ALEM              3,03                         3         Principal diversificada

Viena                AUSTR           2,91                         3                   id.

Frankfurt         ALEM             2,76                         3                   id.

Budapest        HUNGR           2,76                         3                   id.

Bruselas         BELG               2,71                         2       “Capital europea”

Estocolmo      SUEC.             2.25                         3       Principal diversificada

Copenhagen  DK                   1,97                         3                   id.

Praga             R.CHEQ           1,79                         3                   id.

Zürich             SUIZA             1,73                         3                   id.

Dublin               IRL                1,66                         3                   id.

Amsterdam    NL                  1,46                         3                   id.

Helsinki           FINL              1,44                         3                   id.

Amberes         BELG             1,39                         4       Principal portuaria

Rotterdam      NL                  1,35                         4                   id.

Düsseldorf     ALEM              1,33                         3       Principal diversificada

Oslo                 NOR                 1,23                         3                   id.

 

[1] Delegación Interministerial para la Ordenación del Territorio y la Atractividad Regional.

[2] Les Métropoles européennes. Des villes en réseau. La Documentation Française, Coll. Travaux (L. Halbert et al.), Paris, 2012. Un avance del mismo se difundió en julio pasado.

 

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