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La estructura empresarial de España es bien conocida por todos: la amplia mayoría de compañías son pymes, si bien el tamaño es el factor que más se suele criticar al país a la hora de impulsar su competitividad en el mundo. El crecimiento del volumen de medio de los negocios es un reto presente desde hace muchos años para el que el capital privado trata de poner soluciones.

Gracias al apoyo de este sector, la empresa española ha podido facturar, ha creado más empleo y, por supuesto, ha generado más beneficios. Esas son las claves resumidas del “Impacto económico y social del Capital Privado en las operaciones de middle market en España”, elaborado por SpainCap y Webcapitalriesgo, con el patrocinio de Fundación ICO y la colaboración de Suma Capital.

Tanto en el periodo 2013-2020 en el que se centra el estudio como durante los últimos 40 años, el papel del capital privado ha sido crítico en el crecimiento empresarial y todas las derivadas que ello conlleva. La principal alternativa a la financiación bancaria en España consolida su relevancia año tras año tal y como revelan los datos. Desde el año 2000 hasta el 2024, el número de entidades con cartera viva en el país ha pasado de 71 a 600. En este mismo periodo, la inversión en las empresas ha superado ampliamente los 90.000 millones de euros en más de 8.000 entidades.

¿Qué le sucede a una empresa cuando accede al capital privado?

Para comprobar el verdadero de impacto del capital privado en el tejido empresarial, el estudio ha analizado la situación de 251 entidades que recibieron el apoyo de este sector y lo ha comparado con otros negocios que no contaron con este tipo de financiación. Se explica en el informe que a los tres años de la inyección de capital privado, el incremento de empleo de una firma crece 16 veces más que otra que no recibe tales recursos. El ritmo de crecimiento de los puestos de trabajo es un 18,2% anual superior. Desde una mayor perspectiva, se han registrado más de 106.000 empleos desde 2022 gracias al growth capital. Los sectores más activos han sido Servicios e Industria.

La comparativa también se ha estudiado desde el punto de vista de la expansión comercial. En esta dimensión, las empresas apoyadas han elevado su facturación 8 veces más que el resto. Asimismo, desde la variable de la inversión, se ha visto que el capital privado ha aumentado los activos totales de sus participadas 12 veces más que las empresas no financiadas.

el crecimiento de las empresas con el capital privado

La alta rentabilidad del middle market para las gestoras del capital privado  

Dentro del capital privado, el segmento más activo en las gestoras es actualmente el middle market, centrado en las operaciones de financiación de entre 10 y 100 millones de euros a empresas ya consolidadas. Desde estas inyecciones económicas, las compañías tienen más facilidades para aumentar su oferta de productos y servicios, así como para expandirse en los mercados o completar adquisiciones, entre otras opciones estratégicas.

La fórmula es un win-win para empresas y gestores, pues además de la rentabilidad que alcanzan las primeras, el retorno para las gestoras también es considerable. SpainCap cifra esta tasa en un 11%, lo cual es una inversión muy fructífera que supera en más del doble a lo que pueden aportar una operación en el Ibex-35.

Los retos del capital privado en el entorno actual de incertidumbre

A tenor de estos datos, el protagonismo del capital privado en el reto del aumento del volumen del tejido empresarial español es notable. Sin duda, el futuro necesitará de este segmento para seguir elevando la competitividad económica, por mucho que el horizonte esté marcado por una gran incertidumbre. La geopolítica seguramente afectará a la actividad de las gestoras y todo pasa por facilitarles la vida desde el terreno institucional. Entre los retos que señala SpainCap para este momento, destacan dos:

  1. Lograr una mayor base de inversores institucionales españoles, estimulando su participación con un mayor apoyo a nivel legislativo para que cuenten con programas recurrentes y bien estructurados para la inversión en Capital Privado, tal y como sucede en Estados Unidos, Francia o Italia.
  2. Apostar por la estabilidad regulatoria y seguridad jurídica a todos los niveles, y que este marco legal y fiscal sea homologable a las jurisdicciones del resto de Europa para que el sector de Capital Privado sea igual de competitivo que el de los países de su entorno.