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La primavera de este año está resultando especialmente dura para los más de tres millones de pacientes que sufren asma en España. En estos meses se están dando cita todos los ingredientes para un repunte de crisis asmáticas: alta polinización, incremento de actividades al aire libre y reducción del uso de mascarillas. Todo ello, en un contexto de cambio climático que, según los expertos, está prolongando las estaciones polínicas y haciendo más duras las primaveras para quienes padecen esta enfermedad.

Uno de esos expertos, el doctor Luis Manuel Entrenas, jefe del Servicio de Neumología del Hospital Quirónsalud Córdoba, concluye para Directivos y Empresas que la temporada de este año está siendo “catastrófica” para los pacientes con asma. Las declaraciones de este especialista se enmarcan en este Día Mundial del Asma.

Uno de los mensajes importantes que lanza el neumólogo es que “el tratamiento no solo se debe utilizar para cuando el paciente se encuentra mal, sino como una herramienta clave de prevención”. Y es que el asma es una enfermedad inflamatoria crónica de las vías respiratorias que provoca síntomas como dificultad al respirar, tos, sensación de opresión en el pecho o ruidos al respirar (pitos), que se intensifican en presencia de alérgenos ambientales como el polen.

El aumento de personas con asma: una enfermedad que crece especialmente entre los más jóvenes

La prevalencia del asma sigue aumentando, especialmente en niños. En la infancia es más común en varones, mientras que en la edad adulta son las mujeres las más afectadas. La contaminación atmosférica, además, actúa como facilitador, ya que favorece la sensibilización de las vías respiratorias, según apunta el doctor Entrenas.

Además, el especialista recuerda que el asma no es una enfermedad exclusiva de la infancia ni algo que desaparezca con la edad. “Puede manifestarse a cualquier edad y, aunque no es infecciosa, sí puede agravarse por infecciones respiratorias como la gripe o el resfriado común”, explica.

doctor Luis Manuel Entrenas

Doctor Luis Manuel Entrenas.

Diagnóstico riguroso y desmitificación urgente

Uno de los grandes desafíos, apunta el experto, es el infradiagnóstico. “De cada tres personas con síntomas atribuibles al asma, una no padece realmente la enfermedad. Es crucial realizar espirometrías con prueba broncodilatadora para confirmar o descartar el diagnóstico”, insiste.

Alrededor del asma también persisten mitos perjudiciales: que es una enfermedad infantil, que impide hacer ejercicio o que solo puede tratarse con altas dosis de corticoides. Entrenas desmonta estos mitos: “Con un buen control, las personas con asma pueden llevar una vida activa e incluso practicar deportes de alto rendimiento. Además, la mayoría de los casos se controlan con dosis bajas de corticoides inhalados”.

Tratamiento y falta de adhesión: el gran talón de Aquiles de los números de los pacientes con asma

A pesar de ser una enfermedad controlable, solo un 30% de los pacientes toma correctamente su medicación. En muchos casos, el abandono del tratamiento se debe a una falsa sensación de control o a prejuicios sobre el uso de corticoides. “Al tratarse de una enfermedad crónica, el compromiso del paciente con su medicación debe ser diario y constante”, señala Entrenas.

Este año, el lema del Día Mundial del Asma promovido por GINA (Global Initiative for Asthma) es “Hacer los inhaladores accesibles para todos”. Aunque en España el acceso está garantizado por el sistema sanitario, las barreras personales y culturales siguen siendo un obstáculo. El especialista llama a los profesionales sanitarios a “detectar esos prejuicios y combatirlos con información científica clara y accesible”.

Nuevas terapias para los casos más graves

Aunque la mayoría de los asmáticos responden bien al tratamiento convencional, cerca de un 5% desarrolla asma grave, con crisis frecuentes, dificultad para dormir, limitación en la vida diaria y necesidad de atención hospitalaria. Para estos pacientes, la medicina ha dado un paso adelante con el uso de anticuerpos monoclonales, una innovadora terapia biológica que mejora el control de la enfermedad y reduce hospitalizaciones.

“Estos fármacos bloquean las señales biológicas que generan inflamación, y suponen una revolución en los casos más complejos”, explica Entrenas.