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Problemas como la incontinencia urinaria o la disfunción eréctil representan una alta cuota de motivos en consultas urológicas. A pesar de que afecta a millones de personas en el mundo, sigue siendo un tema tabú a nivel social. Por eso mismo, los expertos mantienen que estas patologías deben normalizarse, ya que existen múltiples soluciones avanzadas y seguras.

Centrados en la incontinencia urinaria, dos urólogos explican para Directivos y Empresas las principales causas, tipos y tratamientos que existen en la actualidad. El gran mensaje que nos aportan dos médicos pertenecientes al Hospital Ruber Internacional es que la incontinencia urinaria tiene solución en la mayoría de los casos. No obstante, por aquello de tratarse de un tema tabú, se trata de una enfermedad infradiagnosticada.

Tipos de incontinencia urinaria en mujeres

Hablando sobre los tipos de incontinencia urinaria en mujeres, la doctora Almudena Coloma, especialista en urología femenina y funcional del Servicio de Urología del Hospital Ruber Internacional, explica que uno de ellos se debe al esfuerzo en situaciones cotidianas: al reír, toser, estornudar o hacer ejercicio.

El otro es el de la urgencia y se caracteriza por una necesidad súbita e incontrolable de orinar, difícil de contener aunque el baño esté cerca.

El diagnóstico comienza con una historia clínica detallada, cuestionarios validados y un diario miccional. Una herramienta clave es el denominado “test del pañal”, que cuantifica las pérdidas. A ello se suma la exploración física, determinante para valorar el estado del suelo pélvico, la movilidad uretral o la presencia de prolapsos. Entre las pruebas complementarias, los urólogos recurren a análisis de orina, ecografías, flujometrías y, en casos complejos, estudios urodinámicos, que permiten caracterizar con precisión el comportamiento de la vejiga.

Tratamientos conservadores

Lejos de lo que se piensa, la cirugía no es la primera opción. “Las medidas iniciales suelen ser conservadoras”, apunta el doctor Carlos Balmori, especialista del mismo servicio. “Hablamos de modificaciones del estilo de vida, reducción de irritantes vesicales como la cafeína o el alcohol, y ejercicios de fortalecimiento del suelo pélvico guiados por fisioterapeutas especializados. Son muy eficaces, sobre todo en casos leves o moderados”.

En la incontinencia de urgencia, los especialistas recurren además a medicación específica para controlar la hiperactividad vesical.

Cuando estas medidas no bastan, se plantean opciones más avanzadas. “En mujeres con incontinencia de urgencia refractaria utilizamos terapias locales para reducir la hiperactividad de la vejiga o recurrimos a técnicas de neuromodulación. Para la incontinencia de esfuerzo, las cintas suburetrales tipo TOT o TVT ofrecen excelentes resultados y permiten una recuperación rápida”, explica la Dra. Coloma.

doctores Balmori y Coloma urología Ruber Internacional

De izquierda a derecha: doctor Carlos Balmori y doctora Almudena Coloma.

Incontinencia urinaria en hombres

Aunque suele asociarse a la mujer, la incontinencia urinaria también afecta a los hombres, especialmente tras intervenciones quirúrgicas. La prostatectomía radical por cáncer de próstata es una de las principales causas, aunque también puede aparecer una vejiga hiperactiva secundaria a la obstrucción prostática crónica.

“El diagnóstico sigue el mismo rigor que en mujeres: historia clínica, exploración física y estudio urodinámico cuando es necesario”, explica el Dr. Balmori.

En los hombres, la primera línea de tratamiento también incluye fisioterapia del suelo pélvico, fundamental tras la cirugía. A ello se suman medicaciones específicas en los casos de urgencia. Y cuando el problema es más severo, se abren las opciones quirúrgicas: “El esfínter urinario artificial sigue siendo el tratamiento de referencia para la incontinencia severa postprostatectomía. En casos moderados optamos por implantar slings masculinos, que ofrecen muy buenos resultados”, detalla el especialista.

Tecnología y cirugía mínimamente invasiva

Los avances tecnológicos han supuesto un salto cualitativo en el manejo de la incontinencia. Hoy existen esfínteres artificiales de nueva generación, más ergonómicos y eficaces, y técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas que reducen las complicaciones y acortan la recuperación.

La neuromodulación sacra o tibial es otro de los tratamientos en auge. Consiste en estimular nervios específicos para modular la actividad de la vejiga. “En determinados perfiles de pacientes, se está consolidando como una alternativa muy eficaz”, señala el Dr. Balmori.

Más allá de la tecnología, los especialistas insisten en la importancia de un abordaje integral. “Trabajamos en estrecha colaboración con fisioterapeutas, ginecólogos, geriatras, psicólogos y nutricionistas para ofrecer una atención personalizada. Esta coordinación multiprofesional mejora notablemente los resultados”, subraya la Dra. Coloma.

El componente emocional es clave: muchas personas con incontinencia desarrollan ansiedad, inseguridad social o incluso depresión. Contar con un equipo multidisciplinar permite atender la salud física y psicológica a la vez. La Dra. Coloma recuerda que los pacientes “no están solos ni deben resignarse: hoy en día contamos con herramientas muy eficaces para devolver calidad de vida”.