Tras una temporada en la que el tiempo ha estado muy revuelto, las personas ansiaban días de calor porque cambian el estado de ánimo e incitan a hacer más planes de ocio. Pero el calor de estos días está siendo contraproducente para los alérgicos al polen. Hay personas que en la calle lo están pasando realmente mal, pero hay una explicación. El doctor Ignacio García Núñez, jefe del servicio de Alergología de los hospitales Quirónsalud Córdoba y Campo de Gibraltar, explica a Directivos y Empresas que esta primavera está siendo la más complicada de los últimos años.
“Estamos ante una de las primaveras con mayor carga de polen y más riesgo para la salud respiratoria de los últimos años”, alerta el experto
Afectados por la doble presencia del polen de olivo y de gramíneas, millones de españoles ven cómo su calidad de vida se ve mermada justo cuando se multiplican las citas al aire libre: ferias como la de Córdoba, romerías, celebraciones religiosas, conciertos, bodas o fiestas patronales, donde la exposición a los alérgenos se vuelve inevitable.
¿Por qué esta primavera es tan explosiva y está afectando tanto a los alérgicos al polen?
En su explicación, el doctor García Núñez sostiene que el problema se ha agravado debido a una primavera “explosiva”, favorecida por un invierno y comienzo de primavera muy lluviosos. “Esto ha provocado una floración sin precedentes y una masa vegetal más densa, lo que se traduce en más polen y síntomas más severos”.
Pero los enemigos no terminan ahí. En eventos con animales, la alergia a la piel del caballo es otra amenaza que muchos no identifican hasta que sufren reacciones durante una romería o desfile ecuestre. “La exposición al epitelio animal, especialmente del caballo, puede desencadenar crisis respiratorias o urticarias, incluso en personas que no sabían que eran alérgicas”, advierte el especialista.
Doctor Ignacio García.
Otras alergias
Las alergias alimentarias también son protagonistas inesperadas de estas fiestas. En las casetas, puestos ambulantes o barras al aire libre, es común la contaminación cruzada, una de las causas más habituales de reacciones imprevistas.
“El problema es que muchas veces se fríen alimentos distintos en el mismo aceite, o se manipulan productos sin cambiar de utensilios, lo que puede ser peligroso para quienes son alérgicos, por ejemplo, al pescado, los frutos secos o el huevo”, explica García Núñez. Por eso recomienda preguntar siempre por los ingredientes y elegir locales con garantías de manipulación segura.
Las comidas al aire libre también atraen a avispas y abejas, y para quienes tienen alergia a su veneno, una simple picadura puede convertirse en una emergencia médica. En estos casos, llevar siempre un autoinyector de adrenalina puede ser vital.
Cómo disfrutar con seguridad
A pesar de todos estos riesgos, los especialistas insisten en que con preparación y responsabilidad, es posible disfrutar de las fiestas. “El primer paso es tomar correctamente la medicación prescrita por el alergólogo”, recuerda el doctor García Núñez. Además, recomienda llevar un pequeño botiquín con antihistamínicos, broncodilatadores o adrenalina, en función del tipo de alergia.
Y para quienes sufren alergias estacionales intensas, existe una opción más allá del tratamiento sintomático: la inmunoterapia o vacunas antialérgicas, único tratamiento curativo aprobado que puede modificar la evolución de la enfermedad.
El consejo es claro: no improvisar. Si se padecen alergias diagnosticadas —ya sea al polen, alimentos, animales o insectos— hay que actuar con anticipación, no solo para evitar un mal rato, sino para prevenir situaciones graves que requieran atención médica urgente.
“Las personas con reacciones severas deben tener claro que salir sin su medicación de rescate es asumir un riesgo innecesario”, subraya García Núñez.