El avance en dermatología oncológica tiene nombre y apellidos: cirugía de Mohs

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Se puede decir que la cirugía de Mohs representa en estos momentos el mayor avance en el tratamiento de cáncer de piel. Esta técnica quirúrgica se traduce en una precisa extirpación selectiva de células cancerosas mientras se preserva la mayor cantidad de tejido sano posible. Alrededor de la misma, Clínica Dermatológica Internacional (CDI) y el Hospital Ruber Internacional han organizado recientemente una jornada en la Fundación Areces, reuniendo a referentes en esta técnica.

Uno de ellos es el doctor George Hruza, una eminencia mundial en dermatología y pionero en la cirugía de Mohs a nivel internacional. Su destacada trayectoria y contribuciones al campo de la dermatología oncológica lo convierten en una autoridad en la materia. El experto ofreció una conferencia magistral para cerrar el evento, explicando los últimos avances en las reconstrucciones avanzadas en la cirugía de Mohs.

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Dr. George Hruza.

Una eminencia en la dermatología

El Dr. Hruza ha sido ex presidente de la Academia Americana de Dermatología y ha ocupado diversos cargos de liderazgo en asociaciones dermatológicas a nivel nacional e internacional. Además, es profesor clínico en la Facultad de Medicina de la Universidad de St. Louis y ha sido reconocido con múltiples premios por su excelencia en la enseñanza y la práctica clínica. Al compartir su vasta experiencia, el Dr. Hruza expresó su admiración por los resultados obtenidos en España en el tratamiento del cáncer de piel. Sin embargo, destacó la necesidad de continuar educando a los pacientes sobre los beneficios de la prevención, señalando la importancia de reducir la exposición al sol para evitar el desarrollo de tumores cutáneos.

Desde la perspectiva del paciente, el Dr. Hruza enfatizó que la cicatriz resultante de la cirugía es un factor determinante para evaluar el éxito del procedimiento. Por lo tanto, subrayó la importancia de buscar constantemente formas de mejorar la práctica médica para aportarresultados satisfactorios y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Por otro lado, compartió algunos casos complejos con exposición ósea, y describió cómo logró resolver con éxito una reconstrucción utilizando técnicas avanzadas como la expansión tisular con malla percutánea (PME).

Queda claro que la cirugía de Mohs es una revolución en el tratamiento del cáncer de piel

Previamente a la conferencia de Hruza, el doctor Ricardo Ruiz Rodríguez, director médico de Dermatología de Clínica Dermatológica Internacional (CDI) y jefe de Servicio de Dermatología del Hospital Ruber Internacional, ya había destacado los avances significativos en el manejo del cáncer de piel en los últimos años. Entre ellos, la cirugía de Mohs, en particular, ha revolucionado el tratamiento al permitir una extirpación precisa del tumor mientras se preserva el tejido sano circundante.

La cirugía de Mohs se utiliza principalmente en el tratamiento del carcinoma basocelular, el tipo más común de cáncer de piel. Esta técnica ofrece resultados oncológicos y estéticos superiores al eliminar por completo el tumor y minimizar el daño al tejido sano. Además, se ha demostrado que la cirugía de Mohs tiene una tasa de éxito significativamente mayor en comparación con la escisión estándar, tanto en tumores primarios como recurrentes.

La colaboración entre dermatólogos, dermopatólogos y especialistas en anatomía patológica es fundamental en el proceso de cirugía de Mohs. El análisis patológico inmediato de los tejidos resecados durante la cirugía garantiza la completa eliminación del cáncer, asegurando así el mejor resultado para el paciente.

La microscopía confocal ex vivo es una tecnología avanzada que se utiliza en la cirugía de Mohs para mejorar la precisión diagnóstica. Esta técnica proporciona imágenes detalladas de los tejidos en tiempo real, permitiendo una evaluación más precisa de los márgenes del tumor y una toma de decisiones más informada durante la cirugía.

Desde ese enfoque colaborativo, el doctor Fernando Pinedo, jefe de la Unidad de Anatomía Patológica del Hospital Universitario Fundación Alcorcón, recalca que hay «dos tipos de cirugía de Mohs: la convencional, que vamos a hacer fundamentalmente en el carcinoma basocelular y en el carcinoma de células escamosas, y el Mohs diferido o slow Mohs, o más recientemente cirugía micrográfica con bordes controlados en parafina. Para ello se necesita un dermatólogo experimentado, un dermopatólogo también con experiencia y, por supuesto, un técnico en anatomía patológica que sepa procesar correctamente las muestras”.

Por su parte, el doctor Javier Cañueto, jefe de Servicio de Dermatología del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca, destacó el papel crucial de la cirugía de Mohs en el tratamiento del carcinoma epidermoide cutáneo. Esta técnica ha demostrado ser altamente efectiva en el tratamiento de este tipo de cáncer de piel, con una alta tasa de curación y un bajo riesgo de recurrencia. En estos carcinomas, la cirugía de Mohs permite una alta tasa de curación, ya que examina completamente los márgenes del tumor. “Hay estudios en los que se ha observado que la cirugía de Mohs se asocia casi la mitad de riesgo de muerte y casi la mitad de riesgo de recaída frente a cirugía convencional”, afirma Cañueto.

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Los especialistas que acudieron a la jornada.

La reconstrucción de una lesión

La jornada también contó con la presencia del doctor Tomás Toledo, especialista en Cirugía de Mohs y cirugía oncológica del cáncer de piel en el Hospital Quirónsalud Infanta Luisa (Sevilla), destacó algunos errores comunes en la cirugía de Mohs y la importancia de abordarlos con creatividad para restablecer la normalidad funcional y estética del paciente.

Para este especialista, ante los desafíos encontrados, es crucial adoptar un enfoque creativo para resolver los problemas. Explicó que muchos pacientes llegan al procedimiento con lesiones que previamente habían sido ignoradas, lo que genera ansiedad tanto en el paciente como en sus familiares. En este sentido, subrayó la responsabilidad del equipo médico en recuperar la normalidad para el paciente.

Una estrategia que resaltó es la utilización de piel de la unidad anatómica afectada para reconstruir el defecto quirúrgico. Esta técnica implica movilizar las subunidades anatómicas relevantes para converger sobre el defecto y lograr una nueva unión de tejidos. Aunque estas cirugías pueden ser más prolongadas, el beneficio radica en una menor pérdida de sangre, mejores resultados y una menor distorsión de los tejidos.

Por otro lado, el doctor Javier Vicente, jefe de la Unidad Integral de Cáncer de piel de Clínica Dermatológica Internacional, resaltó la importancia de la consulta prequirúrgica para establecer expectativas realistas en los pacientes. Destacó la necesidad de explicar las posibles secuelas después de la extirpación y las opciones de reconstrucción disponibles. Es fundamental comprender las expectativas del paciente, ya que muchas veces esperan un defecto mínimo y una cicatriz discreta tras la cirugía de Mohs, lo cual puede variar según el tamaño y la ubicación del tumor.

 

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