La neurocirugía es ese ámbito médico que siempre se pone de ejemplo para ser preciso en algo o super especialista. No es para menos, al tratarse de intervenciones en la parte más sensible del organismo y la que mueve a todo cuerpo humano. En este tipo de intervenciones se puede hablar de innovación y de ciertas técnicas que están cambiando la forma en la que se abordan patologías complejas como los tumores cerebrales.
Entre ellas, destaca la llamada ablación láser cerebral sobre la cual se ha desarrollado una formación impartida por el neurocirujano Marcelo Budke (en la foto destacada), especialista en epilepsia, tumores cerebrales y cirugía de columna vertebral del Hospital Ruber Internacional.
Ablación láser cerebral, la alternativa mínimamente invasiva que ofrece una recuperación exprés a los pacientes
La ablación láser cerebral consiste en introducir una fibra láser en el interior del cerebro con el objetivo de destruir el tejido enfermo sin necesidad de una cirugía abierta. “El procedimiento dura apenas diez minutos, tiempo suficiente para obtener un resultado eficaz sin comprometer los tejidos sanos alrededor”, explica el Dr. Budke.
Su carácter mínimamente invasivo lo convierte en una alternativa especialmente indicada para pacientes con epilepsia refractaria, metástasis o tumores pequeños, así como para aquellos que, por motivos médicos, no pueden someterse a una craneotomía convencional.
Lejos de pretender sustituir a la cirugía tradicional, esta técnica amplía el abanico de opciones terapéuticas. “Cada paciente es único, y lo importante es ofrecer la técnica más segura y efectiva para su caso particular”, subraya el neurocirujano.
Uno de los aspectos que más valoran los pacientes es la rápida recuperación. Mientras que una cirugía convencional puede implicar hasta un mes de convalecencia, con la ablación láser el alta hospitalaria llega en apenas 24 horas, y en una semana el paciente puede reincorporarse a su vida cotidiana.
Esta diferencia se traduce también en un menor impacto emocional y familiar, ya que evita largos periodos de baja laboral y reduce significativamente los riesgos asociados a una cirugía abierta, como infecciones, hemorragias o infartos cerebrales.
“Para muchos pacientes, la posibilidad de evitar la agresividad de una craneotomía supone un alivio psicológico y una mejora sustancial en su calidad de vida”, señala Budke.
Resonancia magnética: ojos en tiempo real
El gran salto cualitativo de esta técnica radica en la posibilidad de monitorizar el procedimiento en tiempo real mediante resonancia magnética. Esto ofrece al equipo médico una precisión sin precedentes: el sistema permite observar qué tejido está siendo destruido y detener la aplicación en el instante preciso para preservar las zonas cerebrales sanas.
“El gran valor de la ablación láser es que nos da la seguridad de respetar áreas funcionales vitales como el lenguaje, la motricidad o la visión”, explica el especialista. “Podemos actuar con confianza sabiendo que solo afectamos a la zona enferma”.
Esta capacidad de control milimétrico convierte a la técnica en una de las más seguras de la neurocirugía contemporánea.
Una técnica que se extiende a centros de referencia mundial
El curso impartido por el Dr. Budke en el Hospital Ruber Internacional ha supuesto una oportunidad única para profesionales interesados en conocer de primera mano una innovación que se está extendiendo rápidamente en centros de referencia a nivel internacional.
Más allá de la tecnología, la enseñanza ha puesto el foco en un cambio de paradigma en la neurocirugía: procedimientos menos invasivos, centrados en la seguridad del paciente y en la mejora de su experiencia durante todo el proceso asistencial.
“Estamos en un momento apasionante. La ablación láser no viene a reemplazar la cirugía tradicional, sino a convivir con ella y a ampliar nuestras herramientas”, admite Budke.