España se ha consolidado en 2025 como uno de los países europeos que más está acelerando en movilidad eléctrica. Según el V Informe sobre Movilidad Eléctrica elaborado por OBS Business School y dirigido por la profesora May López, nuestro país lidera el crecimiento en matriculación de vehículos eléctricos e infraestructura de recarga en Europa.
Entre enero y junio de 2025 se registraron cifras récord que sitúan a España a la vanguardia continental en el despliegue de puntos de recarga, alcanzando 47.519 instalaciones, muchas de ellas de alta potencia. Sin embargo, el informe advierte que uno de cada cinco puntos no funciona por retrasos en la conexión a la red, lo que genera pérdidas superiores a 114 millones de euros y ralentiza la consecución de objetivos.
Este liderazgo en infraestructura es un logro importante, pero también refleja la urgencia de resolver cuellos de botella burocráticos y técnicos que hoy limitan el verdadero potencial de la movilidad eléctrica.
Matriculaciones: eléctricos por delante del diésel
El mercado español de automoción está experimentando un cambio histórico. Por primera vez, en 2025 se han matriculado más coches eléctricos puros (BEV) que diésel. Además, los híbridos enchufables (PHEV) crecieron con fuerza, siguiendo la tendencia de China y la Unión Europea, y superaron también a los modelos diésel.
Los híbridos no enchufables (HEV), por su parte, se han consolidado como la primera opción de compra en el país. Este cambio de hábitos refleja una apuesta del consumidor por tecnologías de transición, aunque el informe recuerda que estos vehículos quedarán fuera de los objetivos europeos de emisiones cero para 2035.
Este viraje en las preferencias del consumidor señala una mayor concienciación medioambiental y una apuesta por la eficiencia, aunque también revela las dificultades de muchos compradores para dar el salto definitivo al eléctrico puro.
La otra cara: retroceso en la fabricación
Si bien España lidera en matriculaciones y despliegue de infraestructura, el informe señala un retroceso en la fabricación de eléctricos puros, con una caída del 20,6% en el primer semestre, que se suma al -27,1% de 2024. La producción se está concentrando en los híbridos HEV, lo que puede comprometer el futuro industrial del país, ya que estos modelos dejarán de matricularse en 2035.
Actualmente, España se disputa con Brasil la octava posición en el ranking mundial de productores de vehículos, pero su competitividad a medio plazo dependerá de la capacidad de reorientar la industria hacia el eléctrico puro.
La falta de inversión en modelos 100% eléctricos amenaza con desplazar a España del mapa industrial de referencia, si no se adoptan medidas urgentes de apoyo y estímulo a la producción.
Impacto ambiental: avances y desafíos
La apuesta por la movilidad eléctrica ya deja huella en los indicadores medioambientales. En 2025, España redujo sus emisiones totales de gases de efecto invernadero (GEI) en un 7,64%, y las del transporte en un 3%, pese a que este sector sigue siendo el mayor emisor tanto en España como en la UE.
Además:
- Las emisiones de NOx bajaron un 5%.
- Las partículas PM2,5 se redujeron un 2,8%.
Estos descensos permiten cumplir con los límites legales, aunque todavía se superan los valores recomendados por la OMS, lo que genera más de 20.000 muertes prematuras anuales en el país.
El informe advierte también del aumento de emisiones de plomo (+56,6%), asociado a la importación de vehículos de segunda mano. Aunque siguen por debajo de los límites, ya representan el 49,1% del total nacional.
Estos datos evidencian que la transición hacia el vehículo eléctrico debe ir acompañada de políticas de control en la importación de vehículos contaminantes y de un impulso a la renovación del parque automovilístico.
El reto de los modelos SUV y la economía circular
Uno de los puntos críticos del informe es la priorización de los fabricantes por la rentabilidad inmediata. El 70% de los modelos eléctricos disponibles en España son SUV o vehículos grandes, menos eficientes y con mayor consumo de recursos. De haberse priorizado coches medianos en 2024, se habrían ahorrado 7.000 toneladas de litio y cobalto y más de 38.000 de níquel, claves en la cadena de valor de las baterías.
Esto revela la necesidad urgente de integrar criterios de economía circular desde la fase de diseño, reduciendo el impacto ambiental de la producción y evitando tensiones en el suministro de materiales críticos.
El diseño de vehículos más ligeros y sostenibles no solo responde a objetivos medioambientales, sino también a la necesidad de reducir costes de producción y dependencia de materiales escasos.
España frente a los objetivos europeos
España cumplió el objetivo intermedio del PNIEC 2025 en número de vehículos eléctricos, pero el informe concluye que no alcanzará la meta de 2030 ni siquiera en los escenarios más ambiciosos, como el Mandato ZEV del Reino Unido o el modelo noruego.
La proyección es clara: mientras el objetivo es llegar a 5,45 millones de vehículos eléctricos en 2030, las previsiones más optimistas sitúan a España en torno a 5,2 millones, y las más conservadoras en apenas 2,7 millones.
Esto plantea un reto mayúsculo: acelerar los incentivos fiscales, la inversión en infraestructuras y las campañas de concienciación para que los consumidores apuesten decididamente por la movilidad eléctrica.
Infraestructura: líder en ratio de carga, pero con carencias
España se ha convertido en referencia en capacidad de recarga por vehículo, con una ratio de 5,7 kW por coche eléctrico, la más alta de Europa (+307%). Sin embargo, solo el 8% de los puntos nacionales (11% en Europa) están preparados para vehículos pesados.
El informe alerta de la necesidad de garantizar una carga pública eficiente, asequible y accesible, especialmente para camiones y autobuses, si se quiere acelerar la transición del transporte de mercancías.
A esto se suma la urgencia de reducir la dependencia de los puntos de recarga domésticos, para garantizar que cualquier usuario pueda desplazarse largas distancias sin limitaciones. La movilidad eléctrica será verdaderamente masiva cuando se perciba como práctica y cómoda para cualquier perfil de usuario.
Un mercado global en transformación
A nivel mundial, el mercado de movilidad eléctrica sigue creciendo a doble dígito (+29%), con China concentrando el 66% de las matriculaciones y Europa el 22%. En el primer semestre de 2025 se vendieron más de 9 millones de unidades, y se prevé que a finales de año se alcancen los 20 millones de coches eléctricos en circulación.
Esto supone que uno de cada cinco coches nuevos vendidos en el planeta ya es eléctrico, una tendencia que redefine la industria automotriz y que obliga a los fabricantes europeos y españoles a acelerar sus estrategias para no perder competitividad.
La transición energética global no es una opción, sino una exigencia marcada por los compromisos climáticos internacionales y por un consumidor cada vez más exigente con el impacto ambiental de sus decisiones de compra.
España, entre el liderazgo y el riesgo de quedarse atrás
El V Informe de Movilidad Eléctrica de OBS Business School refleja un doble escenario para España: por un lado, el liderazgo en matriculaciones y en infraestructura de recarga; por otro, el riesgo de rezagarse en producción y en el cumplimiento de objetivos 2030.
La transición hacia la movilidad eléctrica está generando beneficios ambientales, sociales y económicos, pero requiere superar tres retos inmediatos:
- Reindustrialización hacia el vehículo eléctrico puro.
- Agilización de la burocracia en la conexión de puntos de recarga.
- Apuesta por la economía circular en diseño y fabricación.
El futuro de la automoción en España dependerá de cómo se enfrenten estos desafíos. El liderazgo en matriculación y recarga es un buen punto de partida, pero sin una estrategia clara de producción y sostenibilidad, el país corre el riesgo de no capitalizar plenamente esta oportunidad histórica.
El momento de actuar es ahora: España tiene la oportunidad de consolidarse como referente europeo en movilidad eléctrica o de ceder espacio a competidores más ambiciosos.