El número de ciberataques no para de crecer. A cada análisis, más delitos. El último de ellos corresponde al segundo trimestre del año y lo firma Check Point Research, la división de inteligencia de amenazas de Check Point® Software Technologies Ltd.
La compañía mantiene que las organizaciones han sufrido una media de 1.984 ciberataques semanales, lo cual supone un aumento del 21 % respecto al mismo periodo de 2024 y un 58 % más que hace dos años. Un crecimiento que no solo evidencia el aumento en volumen, sino también en sofisticación y persistencia por parte de los ciberdelincuentes.
La plataforma ThreatCloud AI —base del análisis del informe— confirma que el ritmo y la complejidad de las amenazas digitales están empujando a las organizaciones a reforzar sus defensas. Pero no todos los sectores ni todas las regiones están igualmente preparadas.
“En un contexto en el que los ciberataques aumentan en volumen y sofisticación, especialmente en Europa y sectores críticos, los responsables de seguridad deben apostar por una ciberseguridad preventiva, con visibilidad continua y capacidad de anticipación”, señala Eusebio Nieva, director técnico de Check Point Software para España y Portugal.
Los sectores más ciberatacados a nivel mundial
Entre los sectores más afectados destaca Educación/Investigación, con una media de 4.388 ataques semanales por organización, lo que representa un alarmante incremento del 31 % interanual. Esta vulnerabilidad se debe, en gran medida, a infraestructuras de seguridad limitadas y a la abundancia de credenciales personales que pueden ser fácilmente explotadas.
Otros sectores críticos también han sufrido un fuerte repunte: Gobierno/Militar con 2.632 ataques semanales (+26 %) y Telecomunicaciones, que ha experimentado el mayor crecimiento relativo, con un +38 % y una media de 2.612 ataques semanales. En estos casos, los atacantes persiguen datos sensibles, información confidencial y control de infraestructuras clave.
Sectores más ciberatacados en el segundo trimestre de 2025, según el análisis de Check Point Research.
España, entre los países europeos más atacados
Por regiones, África lidera el ranking con 3.365 ciberataques semanales por organización, seguida por Asia-Pacífico (2.874) y Latinoamérica (2.803). En Europa, donde la media se sitúa en 1.669 ataques por semana, España destaca con 1.950 (+36 % respecto a 2024), superando incluso la media europea y situándose como uno de los países más amenazados del continente.
En Norteamérica, pese a tener un volumen medio más bajo (1.430), se concentra el mayor número de víctimas de ransomware, según datos extraídos de “shame sites” utilizados en campañas de doble extorsión. En este periodo, se han reportado 1.600 incidentes globales de ransomware, de los cuales el 53 % ocurrieron en Estados Unidos y Canadá, y el 25 % en Europa.
El ransomware castiga a los servicios empresariales e industriales
El sector más golpeado por ataques de ransomware durante este segundo trimestre ha sido el de servicios empresariales, con un 10,7 % del total de casos publicados. Le siguen la fabricación industrial (9,8 %) y la construcción e ingeniería (9,5 %). Sectores como la sanidad (7,8 %) o los servicios financieros (5,4 %) tampoco escapan a esta amenaza.
Para los atacantes, estos sectores ofrecen un alto valor estratégico: datos confidenciales, interrupciones costosas y una mayor disposición a pagar rescates. En muchos casos, los ataques no solo buscan beneficios económicos, sino también generar presión reputacional y operativa.
La receta: prevención, visibilidad y resiliencia
Ante este escenario, los expertos de Check Point Software insisten en que las organizaciones no deben limitarse a responder tras el ataque, sino que deben anticiparse. La ciberseguridad, explican, debe pasar de un modelo reactivo a uno proactivo. Para ello, recomiendan una estrategia basada en seis pilares:
- Invertir en prevención de amenazas mediante tecnologías como IPS, anti-ransomware e inteligencia artificial.
- Reforzar redes y endpoints con firewalls, seguridad de correo y plataformas EDR.
- Concienciar a los usuarios con formaciones y simulacros de phishing.
- Asegurar copias de seguridad segmentadas y actualizadas para una recuperación rápida.
- Aplicar modelos de Zero Trust, limitando los privilegios y controlando el acceso.
- Mantenerse actualizado con inteligencia de amenazas y alertas del sector.