El absentismo laboral en España ha alcanzado niveles sin precedentes, con más de 1,4 millones de trabajadores ausentes diariamente, lo que representa un 10,2% del total de ocupados.
Esta alarmante situación, evidenciada en el último informe de Randstad Research, tiene un impacto significativo en la productividad y sostenibilidad del tejido empresarial.
Radiografía del fenómeno que pone en jaque a la productividad y sostenibilidad del tejido empresarial
A medida que las causas del absentismo se diversifican, es fundamental que las empresas reconsideren sus estrategias de gestión del talento, priorizando el bienestar y la salud laboral para construir un entorno laboral más resiliente.
La evolución del absentismo, especialmente desde la pandemia, ha generado un nuevo paradigma laboral que obliga a los directivos a replantear sus estrategias de gestión del talento, salud laboral y organización interna.
Un fenómeno estructural con picos alarmantes
En los primeros tres meses de 2025, el 7,2% de los ocupados se ausentó por incapacidad temporal (IT), mientras que el 2,9% lo hizo por otras causas, incluyendo permisos retribuidos o ausencias injustificadas. Aunque los niveles de ausentismo por IT se han estabilizado tras el pico pandémico, se mantienen en cifras superiores a las registradas antes de 2020.
Destaca el hecho de que en sectores como sanidad, servicios sociales, industria manufacturera y administración pública, el absentismo supera el 10%, con regiones como Asturias, Navarra y el País Vasco liderando los porcentajes más elevados.
Coste económico directo: más de 8.300 millones de euros
Randstad Research estima que el absentismo laboral costó al tejido empresarial español 8.369 millones de euros solo en el primer trimestre de 2025. Esta cifra incluye el coste directo de las bajas (a cargo de la Seguridad Social y las empresas) y el impacto de la pérdida de productividad.
Además, se dejaron de producir 381 millones de horas laborales en este periodo, lo que equivale a el 6,6% del total de horas pactadas en convenios colectivos. En términos anuales, el coste del absentismo podría superar los 33.000 millones si se mantiene esta tendencia.
Las causas: más allá de la salud física
Aunque las causas médicas siguen siendo el principal motor del absentismo, los expertos destacan un incremento notable de las bajas por salud mental, estrés, ansiedad y trastornos psicosociales. La presión derivada del entorno digital, la sobrecarga de tareas y la falta de desconexión real están generando un nuevo tipo de agotamiento laboral.
A esto se suman factores organizativos: mala gestión del clima laboral, estilos de liderazgo poco empáticos, falta de políticas de conciliación y estructuras rígidas que no se adaptan a las necesidades del trabajador actual.
El reto de la reincorporación y la rotación
Un dato clave que destaca Randstad es que la reincorporación tras una baja prolongada se ha vuelto más compleja. Las empresas tienen dificultades para reintegrar de forma efectiva al trabajador, lo que aumenta la rotación y el coste de sustitución.
Este fenómeno repercute especialmente en sectores como la sanidad, donde la falta de profesionales se agrava por la elevada siniestralidad laboral, el envejecimiento de las plantillas y la sobrecarga estructural.
¿Qué pueden hacer las empresas?
1. Invertir en salud y bienestar organizacional
Las compañías que integran programas de prevención de riesgos psicosociales, atención psicológica, fomento de hábitos saludables y políticas de desconexión digital registran menores tasas de absentismo. No se trata solo de ofrecer fruta o yoga, sino de construir una cultura organizacional centrada en el bienestar integral del empleado.
2. Flexibilidad real, no solo en el papel
El trabajo híbrido, la jornada flexible y el modelo de objetivos frente a presencialismo han demostrado ser herramientas eficaces para reducir el estrés y mejorar el compromiso. Sin embargo, muchas organizaciones aún no han sabido implementarlos correctamente o lo hacen de forma simbólica.
3. Formación de líderes con enfoque humano
Los mandos intermedios juegan un rol esencial en la prevención del absentismo. Su capacidad para detectar señales tempranas de desmotivación, ansiedad o burnout puede marcar la diferencia. Invertir en su formación y dotarlos de herramientas para una gestión más empática y eficaz es clave.
4. Análisis de datos y detección proactiva
El uso de herramientas de people analytics permite identificar patrones de ausentismo, predecir riesgos y actuar antes de que se cronifique. Cruzar datos de bajas, evaluaciones de desempeño, clima laboral y rotación ofrece una radiografía precisa del riesgo organizacional.
5. Medición del impacto real del absentismo
Más allá del coste económico, el absentismo repercute en la experiencia de cliente, en la carga de trabajo del resto del equipo y en la reputación corporativa. Medir su impacto total permite priorizarlo como indicador estratégico y no solo como un dato de RRHH.
Un reto que requiere colaboración público-privada
Randstad Research propone una respuesta coordinada entre empresas, administraciones y agentes sociales para abordar el absentismo como un problema sistémico. Entre las medidas sugeridas destacan:
- Campañas de concienciación sobre salud mental.
- Incentivos fiscales para empresas que implementen programas de salud laboral.
- Revisión del marco normativo de las bajas por IT para adaptarlo a las nuevas realidades.
La mirada desde Europa: ¿referente o excepción?
España registra uno de los niveles de absentismo más altos de Europa. Mientras que la media europea ronda el 4,5%, nuestro país la duplica. Esto plantea un debate de fondo sobre la eficiencia del modelo productivo, la cultura laboral y la digitalización del trabajo.
Modelos como el nórdico, basados en la confianza, la corresponsabilidad y la protección social activa, muestran tasas mucho más bajas. Adaptar estas claves al contexto español podría ser parte de la solución.
El absentismo como termómetro del compromiso laboral
El absentismo laboral no es solo una estadística: es un indicador de salud organizacional, de clima interno y de sostenibilidad empresarial. Las empresas que sepan interpretarlo como tal estarán mejor preparadas para fidelizar talento, reducir costes y mejorar su competitividad.
Randstad Research ha puesto los datos sobre la mesa. Ahora es responsabilidad de directivos, departamentos de personas y responsables de políticas públicas tomar decisiones audaces. Porque abordar el absentismo no es solo una cuestión de eficiencia, sino de responsabilidad empresarial y social.