El mercado laboral sigue a la caza y captura de talento directivo. Lo cierto es que movimiento de personas de este nivel en las empresas siempre ha existido, pero hoy la diferencia no solo la marca el hecho de gestionar balances y resultados. Lo que exigen las empresas en la actualidad es un liderazgo que sea capaz de escuchar, generar confianza y guiar a equipos en medio de la incertidumbre tecnológica y social. El entorno actual se explica desde factores como la apuesta por la innovación y la geopolítica y saber moverse en tales arenas movedizas es el factor diferencial que debe reunir un líder o responsable de departamento.
Así lo revela el Informe de Liderazgo y Alta Dirección 2025, elaborado por LHH Executive Search, la firma del Grupo Adecco especializada en selección y consultoría de ejecutivos. El estudio, pionero en su campo, combina un análisis salarial de los perfiles directivos más demandados con las tendencias que marcarán la gestión del talento en los próximos años. Y su diagnóstico es claro: el futuro de la alta dirección ha de tener un tinte claramente transformador.
Desde el lado de los profesionales, las exigencias también han cambiado. La estabilidad laboral, otrora principal anhelo de los directivos, ha dejado de ser el único factor de atracción y retención. Ahora los trabajadores buscan algo más: conciliación, bienestar emocional y un propósito compartido con la organización. En este nuevo tablero, los líderes tienen que repensar su manera de dirigir.
Así las cosas, el informe alerta de una brecha creciente entre lo que esperan los empleados y lo que ofrecen las empresas. Aunque el desarrollo profesional y el equilibrio entre vida y trabajo figuran entre las prioridades de la plantilla, muchas compañías continúan centradas casi en exclusiva en la eficiencia operativa. El resultado es una pérdida de confianza: según Accenture Life Trends 2025, solo el 29% de los empleados cree que sus líderes tienen en cuenta sus intereses. Una cifra que pone en jaque la fidelización y el compromiso.
Salarios y perfiles directivos: los mejor pagados en los principales sectores económicos
Dibujado el panorama de oferta y demanda, el Informe de Liderazgo y Alta Dirección 2025 detalla cómo se retribuye el talento directivo en los sectores con mayor potencial. Los directivos mejor pagados pertenecen a la banca y las finanzas, pero hay salarios muy atractivos en otras actividades:
- Consumer & Digital Markets. Los CEOs de compañías medianas (75–250 millones de euros de facturación) perciben entre 130.000 y 200.000 euros fijos, con variables del 30% al 50%. En grandes corporaciones superan los 200.000 euros fijos, con bonus de hasta el 100%.
- Energía. Perfiles como el Director de Inversión o de Asset Management alcanzan entre 90.000 y 120.000 euros en empresas medianas, superando los 120.000 euros fijos en grandes organizaciones, con variables del 30% al 40%.
- Banca y seguros. Los salarios más elevados se concentran en el investment banking, donde un Managing Director puede situarse entre 190.000 y 350.000 euros fijos, con variables de hasta el 250%. En seguros, un Chief Underwriting Officer percibe entre 125.000 y 210.000 euros fijos.
- Industria. Un CEO en una empresa de más de 250 millones de euros de facturación supera los 180.000 euros fijos, con bonus que alcanzan el 50%. Otros perfiles estratégicos como CFO o CCO rondan los 160.000 euros.
- Legal. Un socio de cuota en un gran bufete puede superar con holgura los 250.000 euros fijos, más participación en beneficios que, en algunos casos, eleva la compensación por encima del millón de euros.
- Tecnología. Los Country Managers de medianas compañías cobran entre 110.000 y 150.000 euros fijos, con variables de hasta el 50%. En grandes corporaciones superan los 150.000 fijos, con bonus que llegan al 100%.
Estos rangos ilustran cómo la retribución varía no solo por sector, sino también por el tamaño de la compañía y el grado de responsabilidad.
Digitalización y reskilling: sobrevivir en un mercado reconfigurado
Teniendo en cuenta lo anterior, una de las habilidades que más se están teniendo en cuenta en el mercado son aquellas que tienen que ver con la nueva revolución tecnológica que vive la economía. La automatización y la irrupción de la inteligencia artificial están reconfigurando el mercado laboral a gran velocidad. Millones de nuevos empleos emergen, mientras otros roles tradicionales desaparecen. En este contexto, la formación continua, el reskilling y el upskilling ya no son opcionales: son el pasaporte a la empleabilidad.
“Las empresas que apuesten por una cultura de aprendizaje continuo estarán mejor preparadas para anticiparse a los cambios y retener el talento”, explica Ainara Ormazábal, directora de LHH Executive Search. Según la experta, no basta con incorporar nuevas tecnologías: los líderes deben ser capaces de impulsar el cambio, generar confianza y guiar a equipos diversos en entornos híbridos.
Por ello, la combinación de habilidades tecnológicas y competencias blandas se erige como el núcleo del liderazgo futuro. El pensamiento analítico y creativo, la resiliencia, la influencia social o la capacidad de inspirar equipos serán tan valiosos como el conocimiento de la inteligencia artificial o la gestión medioambiental.
El informe sitúa estas competencias como las que más crecerán en relevancia en los próximos años. Se trata, en definitiva, de un modelo de liderazgo transformacional: flexible, con inteligencia emocional y con visión social, capaz de guiar a los profesionales hacia nuevas funciones y responsabilidades en un contexto incierto.
Generaciones y salarios: un mosaico en transformación
El informe también aborda la dimensión generacional en la alta dirección. Los Baby Boomers siguen motivados principalmente por las recompensas económicas, mientras que las nuevas generaciones, en especial la Generación Z, valoran más la flexibilidad, el desarrollo y el sentido de pertenencia. Esto obliga a las empresas a diseñar políticas salariales personalizadas, que combinen retribución económica con beneficios intangibles.
Los datos lo confirman: un 25,6% de los Boomers da mayor importancia al salario que otras generaciones. En cambio, los más jóvenes esperan paquetes que integren oportunidades de formación, bienestar e incluso impacto social.
La ventaja competitiva del liderazgo humano
La conclusión del informe es contundente desde el punto de vista que las organizaciones que consigan construir un modelo de gestión del talento más humano, flexible y adaptado son las que estarán mejor posicionadas frente a sus competidores. No se trata únicamente de atraer y retener a los mejores profesionales, sino de generar entornos donde la innovación y la confianza sean el motor de crecimiento.
En palabras de Ormazábal, “solo aquellas compañías que invierten en el desarrollo de sus equipos, apuestan por la diversidad y promueven un liderazgo transformador serán capaces de consolidar su éxito en el largo plazo”.
En un mercado global donde la tecnología avanza a un ritmo vertiginoso y las expectativas de los trabajadores cambian cada año, la verdadera ventaja competitiva no está en los algoritmos, sino en el liderazgo humano capaz de ponerlos al servicio de las personas.