La urología, tradicionalmente vista como una especialidad médica discreta y muchas veces rodeada de tabúes, se sitúa hoy en el centro de una revolución tecnológica y cultural. Tal cambio apunta también a una previsión que antes era impensable, ya que una de cada dos personas visitará a un urólogo en algún momento de su vida.
Aunque pueda parecer sorprendente, la cifra cobra sentido al observar la creciente prevalencia de afecciones como la disfunción eréctil, los cálculos renales o los problemas prostáticos, especialmente a medida que avanza la edad.
El doctor Miguel Sánchez Encinas, jefe de Equipo en el Hospital Ruber Internacional y en el Centro Médico Habana, advierte para Directivos y Empresas sobre un fenómeno que va más allá de lo clínico: la disminución de la actividad sexual en hombres mayores de 50 años y su impacto directo en la salud. “Los hombres que mantienen relaciones sexuales menos de una vez por semana tienen el doble de riesgo de sufrir disfunción eréctil en comparación con quienes conservan una frecuencia semanal”, afirma el especialista.
Así que el sexo no solo importa por razones emocionales o afectivas, también es un marcador de salud. La disfunción eréctil, explica Sánchez Encinas, “no es solo un problema sexual, sino un síntoma que puede estar vinculado a enfermedades cardiovasculares, como hipertensión, diabetes o tabaquismo. Pero también tiene que ver con nuestros hábitos de vida”. La actividad sexual regular, añade, puede ser tan beneficiosa como salir a caminar o seguir una dieta equilibrada: mejora la circulación, regula hormonas y refuerza el estado anímico.
Dr. Miguel Sánchez Encinas.
Disfunción eréctil: entre las consultas más habituales en urología
Los motivos de consulta en urología varían según el sexo, pero la demanda se mantiene alta en ambos casos. En los hombres, los problemas prostáticos, la disfunción eréctil y los cálculos renales encabezan la lista. En las mujeres, predominan las infecciones urinarias, la incontinencia y, también, las patologías renales.
La buena noticia es que los tratamientos han evolucionado a un ritmo acelerado. “La cirugía robótica y técnicas como la enucleación con láser o la terapia térmica están transformando la forma en que abordamos la patología prostática”, señala el doctor. En los últimos años, incluso han aparecido procedimientos como la Aquablation, que emplea chorros de agua a presión para eliminar el exceso de tejido prostático sin comprometer la función sexual.
Tecnología al servicio del bienestar
La robótica quirúrgica representa uno de los avances más prometedores de la medicina actual. Lo que antes era terreno exclusivo de una plataforma tecnológica concreta, hoy se democratiza gracias a nuevas opciones que hacen más accesible y menos costoso este tipo de cirugía. “La robotización no sustituye al cirujano, pero mejora la precisión, reduce los riesgos y acorta los tiempos de recuperación. En un futuro cercano, con el apoyo de la inteligencia artificial, podremos incluso anticipar enfermedades antes de que aparezcan”, sostiene Sánchez Encinas.
La urología, que durante años cargó con el estigma del pudor, se posiciona ahora como una especialidad del futuro. Pero el progreso tecnológico no puede reemplazar un factor esencial: la consulta temprana. El experto insiste en la necesidad de desterrar el silencio en torno a síntomas como la incontinencia, la vejiga hiperactiva o los problemas de erección. “No deben asumirse como parte inevitable del envejecimiento. Hay tratamientos eficaces para todo esto, pero debemos detectarlo a tiempo”.
Con todo, el experto anima a pasar por consulta a todos aquellos que tengan dudas o que quieran romper con los clásicos tabúes. Además, insta a evitar la automedicación o la compra de fármacos en internet sin supervisión médica. “El uso de medicamentos adquiridos por internet, sin control médico, puede provocar efectos secundarios graves. No existen remedios milagrosos. La salud sexual es parte integral del bienestar y debe tratarse con rigor profesional”.