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Mañana se celebra el Día de las Microempresas y las Pequeñas y Medianas Empresas, una efeméride proclamada por las Naciones Unidas con el fin de destacar el papel vital que desempeñan estas compañías en la economía global, el empleo y el desarrollo sostenible.

Y tratándose de pymes, España es un país clave para este tipo de empresas, dado que el 99,8% ellas conforman el tejido empresarial del país. En conjunto suman 2,9 millones de empresas y generan más del 60% del empleo nacional.

Pero más allá de las cifras, ¿cuáles son los retos reales a los que se enfrentan estas compañías? ¿Cómo están evolucionando en un entorno marcado por la transformación digital, la incertidumbre laboral y el cambio de expectativas sociales? La plataforma InfoJobs, en colaboración con Esade, ha elaborado distintos informes que permiten trazar una radiografía precisa del momento que viven las pymes en España.

Tratándose de InfoJobs y Esade, la radiografía de las pymes españoles está dominada por las perspectivas laborales mezclado con un punto estratégico en forma de desafíos.

Oportunidades laborales: un espacio en disputa para las pymes españolas

Uno de los datos más reveladores del Informe InfoJobs-Esade sobre el Estado del mercado laboral 2024 es que solo el 35% de las vacantes publicadas en la plataforma proceden de empresas de hasta 50 trabajadores. Aunque esta cifra se ha mantenido estable respecto a 2023, lo preocupante es el descenso del 5% en las vacantes publicadas por estas pequeñas compañías, frente al leve retroceso del 1% entre las de mayor tamaño.

Este dato es indicativo de las dificultades que enfrentan las pymes para seguir generando empleo en un contexto de costes elevados, alta competencia y burocracia persistente. Aun así, no todo es pesimismo.

Expectativas de contratación: optimismo moderado

El Informe Perspectivas de Contratación muestra un panorama más esperanzador. Según InfoJobs, el 48% de las pequeñas empresas prevé aumentar su plantilla en los próximos seis meses, por delante incluso de las medianas (52% a medio plazo) y las microempresas, más conservadoras en sus previsiones.

Comparado con el conjunto del tejido empresarial español, donde solo el 41% prevé aumentar contrataciones en el corto plazo y un 44% en el medio, las pequeñas empresas emergen como un actor más dinámico en términos de impulso del empleo, pese a su menor visibilidad mediática e institucional.

No obstante, las microempresas (menos de 10 empleados), que representan una proporción importante del ecosistema, muestran mayor pesimismo. Hasta un 41% considera que la situación del empleo nacional empeorará en los próximos dos años, reflejando la vulnerabilidad de este segmento ante la incertidumbre económica.

pequeños negociosTransformación digital: una brecha que persiste

La digitalización se ha convertido en una línea divisoria dentro del tejido empresarial. Según el Informe sobre Transformación Digital de InfoJobs, las empresas de más de 50 empleados son las que mejor han integrado las tecnologías digitales en sus procesos, incluyendo contratación, formación o gestión documental.

En contraste, las pequeñas y microempresas siguen dependiendo en gran medida de canales presenciales: el 57% de las pequeñas empresas, por ejemplo, sigue entregando documentación laboral en formato físico.

El uso de herramientas de People Analytics también refleja esta brecha: mientras 8 de cada 10 grandes empresas aplican soluciones tecnológicas en la gestión de sus equipos, las pequeñas y micro se sitúan por debajo de la media, tanto por falta de recursos como por carencias formativas o desconocimiento.

Un papel clave con grandes desafíos

A pesar de los retos, el papel de las pymes sigue siendo insustituible. Articulan la economía territorial, generan empleo estable, son fuente de innovación local y, en muchos casos, actúan como semillero de talento. Pero necesitan mayor acompañamiento, digitalización efectiva y una regulación que reconozca sus particularidades.

Como recuerda la ONU en esta jornada, apostar por las pequeñas empresas no es solo una estrategia económica: es una apuesta social. Garantizar su viabilidad, facilitar su transición digital y apoyar su crecimiento sostenible es clave para construir una economía más inclusiva, resiliente y preparada para el futuro.