La salud mental de los menores se ha convertido en un asunto prioritario para familias, educadores y profesionales sanitarios. El incremento de diagnósticos relacionados con patologías emocionales en edades cada vez más tempranas ha encendido las alarmas en la comunidad médica. Tal y como advierte la doctora Patricia Casado, psiquiatra del Centro Médico Quirónsalud Algeciras, es fundamental que los padres estén atentos a los síntomas iniciales para poder actuar a tiempo y evitar que evolucionen hacia conductas de riesgo.
En este contexto, la concienciación social ha contribuido a reducir el estigma en torno a la salud mental, favoreciendo que cada vez más familias busquen ayuda profesional. La prevención y la detección precoz se presentan como las herramientas más efectivas para frenar problemas emocionales graves en niños y adolescentes.
Doctora Patricia Casado, psiquiatra del Centro Médico Quirónsalud Algeciras
Cinco señales de alerta que no se deben ignorar en la salud mental infantil
La doctora Casado identifica cinco síntomas clave que pueden indicar que un menor atraviesa dificultades emocionales que comprometen su bienestar:
1. Retraimiento repentino
Cuando un niño o adolescente se aísla de actividades familiares, pasa más tiempo en su habitación o evita el contacto con amigos, puede ser un signo de alerta de un malestar emocional profundo.
2. Cambios bruscos de humor
La irritabilidad frecuente, el ánimo triste o las oscilaciones emocionales intensas pueden reflejar la aparición de un trastorno afectivo.
3. Trastornos del sueño
Dificultades para dormir, insomnio o despertares constantes son indicadores de que algo no marcha bien en su salud mental.
4. Apatía y pérdida de interés
El abandono de hobbies, aficiones o actividades que antes resultaban placenteras es otro de los síntomas que deben encender las alarmas.
5. Conductas autolesivas
El fenómeno de la autolesión está apareciendo cada vez en edades más tempranas, incluso entre los 11 y 12 años. La doctora Casado advierte que estos comportamientos pueden evolucionar hacia intentos de suicidio si no se interviene a tiempo.
El papel de las redes sociales y el entorno digital
Uno de los factores que más preocupa a los especialistas es la exposición temprana y sin control a redes sociales y dispositivos móviles. La ausencia de vínculos afectivos profundos, unida a la inmadurez emocional, hace que los menores no siempre estén preparados para afrontar las presiones del entorno digital.
Los riesgos incluyen:
- Comparaciones constantes y baja autoestima.
- Ciberacoso y bullying digital.
- Dependencia de la validación externa a través de “likes”.
La psiquiatra recuerda que este contexto actúa como un agravante de problemas emocionales ya existentes y que requiere un mayor control parental desde edades tempranas.
Estrategias para padres: cómo actuar a tiempo
La doctora Casado insiste en que no se trata de prohibir el acceso a las nuevas tecnologías, sino de poner límites claros que favorezcan el desarrollo emocional de los menores. Estas son algunas recomendaciones prácticas:
- Supervisión activa del uso de redes sociales y dispositivos móviles.
- Establecer horarios de uso y fomentar actividades alternativas offline.
- Promover la comunicación familiar como espacio seguro para expresar emociones.
- Detectar a tiempo cambios en el comportamiento y acudir al especialista cuando sea necesario.
Factores desencadenantes a vigilar
Además del uso inadecuado de redes sociales, existen otros factores que pueden detonar problemas emocionales en la infancia y la adolescencia:
- Acoso escolar o bullying, que se intensifica con la exposición digital.
- Entornos familiares inestables o falta de apoyo emocional.
- Presión académica y competitividad excesiva.
El valor de la prevención: el programa Stay Healthy
Como parte de su compromiso con la salud mental de los jóvenes, la Fundación Quirónsalud impulsa desde 2018 el programa Stay Healthy, un proyecto de innovación educativa que promueve hábitos saludables entre adolescentes de 14 a 16 años.
Este programa se desarrolla en centros educativos con talleres sobre salud mental, salud digital, nutrición, ejercicio físico y gestión del sueño, llegando ya a más de 5.700 estudiantes andaluces. En el Campo de Gibraltar, ha alcanzado a 881 alumnos, y la previsión es seguir ampliando su alcance cada curso.
El éxito de la iniciativa demuestra que la educación en hábitos saludables desde edades tempranas es clave para prevenir problemas emocionales en la población juvenil.
Escuchar, observar y actuar
La detección temprana de los problemas emocionales en menores es la clave para garantizar un desarrollo saludable. Los padres, educadores y profesionales de la salud tienen un papel esencial en la identificación de señales de alerta, el acompañamiento y la intervención oportuna.
La salud mental infantil no puede seguir siendo un tabú. Apostar por programas de prevención, límites digitales responsables y entornos familiares sólidos es invertir en el bienestar de las futuras generaciones.
La influencia de las redes sociales y otros factores del entorno destaca la necesidad de establecer límites y fomentar vínculos saludables.
Iniciativas como el programa Stay Healthy son fundamentales para educar y promover hábitos positivos, asegurando así un futuro mejor para las generaciones jóvenes.