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La eterna crisis del Boeing 737 Max: ¿cuándo saldrá de ella?

De unos años a esta parte, dos grandes marcas de aviación dominaban la escena mundial de este importante sector. Airbus y Boeing eran los dueños de los cielos a expensas de la evolución de la industria en China. No obstante ese duopolio (EE.UU. vs. Europa) parece haberse roto tras la crisis que arrastra la firma americana con su modelo Boeing 737 Max.

Tras obtener las certificaciones pertinentes y tras muchas horas en el diseño y fabricación de la nueva aeronave, la primera entrega de este modelo de Boeing fue en 2017 a Malindo Air, quien rápidamente inició operaciones. La nueva familia  del Boeing 737 Max venía a competir con el Airbus A320neo con argumentos como motores eficientes y de gran empuje, cambios en los fuselajes y otras ventajas como unos costes de mantenimiento más bajos.

Según las especificaciones técnicas de la casa, el nuevo modelo 286.000 toneladas menos de CO2 y ahorrará casi 90 millones de toneladas de combustible al año. lo que se traduce en una reducción de costes de más de 100 millones de dólares. En su comparativa con el competidor de Airbus, el 737 MAX 8 tendrá los costes operativos más bajos del segmento de aviones de pasillo único, con una reducción del 8% por asiento frente al A320neo.

Los accidentes del Boeing 737 Max que cambiaron todo

A grandes rasgos, el nuevo avión lo tenía todo para triunfar y prueba de ello fue la gran cantidad de pedidos que acumuló la empresa aeronáutica. Sin embargo dos accidentes en Indonesia y Etiopía (346 personas perdieron la vida) muy parecidos en 2018 cambiaron la trayectoria exitosa que prometían los Boeing 737 Max.

Las autoridades mundiales de aviación ordenaron la anulación de todos los vuelos con estas máquinas tras detectarse en la auditoría de sendos accidentes que había problemas en los microprocesadores y software de las aeronaves. Fue una especie de volver a empezar y el punto de inflexión de una crisis que hoy está algo lejos de superar.

Boing-737-max-en-vuelo

Y es que posterior a esas decisiones, se produjo una fuerte caída en las acciones de la compañía, se sucedieron cancelaciones de pedidos y, por supuesto, los ingresos de Boeing cayeron en picado. A finales del año 2019, el Boeing 737 Max fue suspendido de producción, creando un caos tremendo para los trabajadores de la organización y los centros de producción. Ajustes, reubicaciones, problemas económicos… Todo se complicó tras los catastróficos accidentes de 2018.

Todos los problemas que había registrado esta aeronave, reconocidos por la propia empresa, debían de ser examinados al detalle para volver a la producción. Ese es el trabajo en la sombra que han estado realizando los técnicos en estos últimos meses. Un periodo que ha sumando nuevas turbulencias tras la aparición del coronavirus en la escena mundial.

En medio de la crisis, otra: la del Covid-19

Esta vez por factores exógenos, Boeing y el resto de la industria aeronáutica se vio paralizada por la pandemia del coronavirus. Esta otra crisis no solo ha generado la paralización del tráfico aéreo mundial, sino que también ha interrumpido la labor en las factorías, provocando todo ello pérdidas multimillonarias para todo el sector. La organización estadounidense no ha sido ajena a esta otra crisis y por ello tuvo que interrumpir su trabajo en las factorías.

Sin embargo, seguramente el trabajo en remoto habrá sido intenso en las últimas semanas puesto que a finales del mes de mayo de este año, la compañía hacía oficial el anuncio de la reanudación de la producción del 737 Max en su planta de Renton, en el estado de Washington.

El programa 737 ha comenzado a construir aviones a un ritmo lento, a medida que se implantan más de una docena de iniciativas centradas en la mejora de la prevención y la calidad del producto. “Nunca hemos dejado de trabajar para que nuestro sistema de producción evolucione y se haga aún más fuerte”, afirmó Walt Odisho, Vicepresidente y Director General del programa 737.


Explican desde Boeing que durante la suspensión temporal de la producción, que comenzó en enero, los mecánicos e ingenieros han colaborado para pulir y estandarizar las tareas en cada puesto de la fábrica. “Las medidas que hemos tomado en la fábrica ayudarán a impulsar nuestro objetivo de calidad 100% para nuestros clientes a la vez que se cumple nuestro compromiso permanente de prevención de riesgos laborales”, declaró Scott Stocker, Vicepresidente de fabricación del 737, al respecto de la contención del coronavirus.

Nuevos palos en la rueda que contienen la euforia

Así pues, junio empezaba con renovadas ilusiones por parte del equipo de Boeing, especialmente el dedicado al programa 737, si bien este mes la empresa volvería a recibir malas noticias tras la cancelación de 60 pedidos más del 737 Max. Además otros tantos compras se puede decir que penden de un hilo y más 100 ventas más de este modelo podrían cancelarse en tiempos próximos.

Entretanto, ya han comenzando los primeros vuelos de prueba del modelo en cuestión tras dar el visto bueno la Administración Federal de Aviación. Ahora Boeing tiene que demostrar a todos que es capaz de volar de manera segura. Llevará tiempo que pueda volver a los cielos de manera oficial, pero al menos este es otro paso más en la difícil trayectoria del que iba a ser el modelo estrella de la aviación.

Últimos resultados económicos de Boeing relativos al negocio de aeronaves.

“Levantaremos la orden de puesta a tierra solo después de que los expertos en seguridad de la FAA estén satisfechos de que el avión cumple con los estándares de certificación”, informa un comunicado del organismo supervisor.

Remontar el vuelo, nunca mejor dicho, es lo que debería hacer el máximo rival de Airbus para dejar a tras una crisis que ha tenido un impacto de 18.000 millones de dólares, según el New York Times.

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