Pese a que muchos recelan de la desaparición del dinero en efectivo, es un hecho que la digitalización en los pagos sigue avanzando con paso firme en Europa. El viejo continente también está trabajando en el euro digital bajo el amparo del Banco Central Europeo. Asimismo, no se pierde el foco de las criptomonedas, con un proyecto – Qivalis – que pretende emitir una stablecoin denominada en euros a partir de la segunda mitad de 2026.
En torno a ello trabaja un consorcio de bancos entre los que figura CaixaBank y otras nueva entidades: Banca Sella, Danske Bank, DekaBank, ING, KBC, Raiffeisen Bank International, SEB, UniCredit y recientemente BNP Paribas. Esta última firma ha formalizado su formalizó su adhesión el 1 de diciembre.
10 bancos trabajando en Qivalis, la próxima stablecoin denominada en euros
Con ello, ya son 10 los bancos que participan en una iniciativa que evidencia la apuesta de las grandes instituciones europeas por un futuro financiero digital, seguro y compatible con la regulación comunitaria. Qivalis operará bajo el marco del Reglamento de Mercados de Criptoactivos (MiCA), la normativa pionera que regula los criptoactivos en toda la Unión Europea. Además, estará supervisada por el Banco Central de los Países Bajos, una garantía adicional para reforzar la confianza en una moneda digital que aspira a circular tanto en aplicaciones de consumo como en operaciones de infraestructura financiera.
Qué se podrá hacer con Qivalis
La futura stablecoin ofrecerá pagos y liquidaciones casi instantáneos, con un coste reducido y disponibilidad permanente, 24 horas al día y 7 días a la semana. Más allá de los pagos tradicionales, los impulsores del proyecto destacan su potencial para:
- transacciones transfronterizas rápidas y con menor coste,
- pagos programables,
- mejoras en la gestión de la cadena de suministro,
- liquidación de activos digitales —como valores o criptomonedas—,
- y nuevas aplicaciones en el ecosistema financiero basado en tecnología blockchain.
Este conjunto de capacidades podría transformar no solo los pagos entre usuarios, sino también la operativa de empresas y entidades financieras. El uso de un activo digital estable y regulado permitiría, además, reducir riesgos, ganar eficiencia y aumentar la interoperabilidad entre plataformas de nueva generación.
Una de las claves del proyecto es la creación de una stablecoin respaldada en euros y emitida por bancos supervisados. Esto supone una diferencia importante frente a la mayoría de monedas estables disponibles actualmente en el mercado, dominadas por compañías privadas no bancarias y, en muchos casos, fuera del marco regulatorio de la UE.
El equipo directivo del proyecto
Con la constitución formal de la compañía también se ha dado a conocer el equipo directivo que liderará Qivalis desde la fase de aprobación regulatoria hasta su lanzamiento comercial. El elegido para ocupar el cargo de consejero delegado es Jan-Oliver Sell, un profesional con dos décadas de experiencia en mercados financieros y activos digitales. Sell fue director general de Coinbase Alemania, donde logró la primera licencia de custodia cripto otorgada por BaFin, y ha desempeñado roles de liderazgo en Binance, iFunded y firmas de gestión de activos de la City londinense.
De izquierda a derecha, Floris Lugt, Howard Davies y Jan Sell.
A su lado estará Floris Lugt, designado director financiero (CFO). Lugt cuenta con una amplia trayectoria en ING, donde fue responsable de Activos Digitales en la banca mayorista, además de acumular experiencia en tesorería y gestión de riesgos tanto en Países Bajos como en Francia.
El órgano de Supervisión estará presidido por Sir Howard Davies, una de las figuras más reputadas del sector financiero europeo. Davies fue el primer presidente de la Autoridad de Servicios Financieros del Reino Unido, director de la London School of Economics y presidente de RBS, además de haber ocupado cargos clave en el Banco de Inglaterra y la Confederación de la Industria Británica antes de ser nombrado caballero en 1999 por su contribución a la regulación financiera.
Todos los nombramientos están pendientes de aprobación por parte de las autoridades europeas.

