Dado el impacto de la inteligencia artificial en prácticamente todas las áreas de una organización, es obvio que esta cuestión debe estar casi permanentemente en las agendas de los consejos de administración. El algoritmo ha invadido a los negocios, pero los expertos piden que junto al mismo cale la dimensión ética. Para ayudar a conectar esta virtud con la parte estratégica, Esade e IBM se han unido para elaborar la ‘Guía de consejeros para una IA ética’, presentada recientemente en el campus de la escuela de negocios en Madrid.
El evento reunió a expertos de las entidades promotoras de la guía y representantes de grandes compañías españolas como MAPFRE, Redeia e Hispasat, quienes participaron en una mesa redonda moderada por Emma Fernández, consejera independiente en varias organizaciones.
Las tres ideas centrales de la Guía de consejeros para una IA ética
El documento, concebido para ayudar a los consejeros a tomar decisiones informadas en un terreno cada vez más complejo, parte de tres principios esenciales:
- La IA debe aumentar la inteligencia humana, nunca sustituirla.
- Los sistemas deben ser transparentes y explicables.
- La autoría de ideas y datos debe reconocerse a sus creadores.
Sobre esta base, la guía define un marco de actuación que persigue garantizar que la inteligencia artificial se utilice de forma responsable, trazable y en coherencia con los valores de cada compañía.
El consejo de administración, pieza clave en la gobernanza de la IA
Uno de los mensajes centrales del documento es la necesidad de situar al Consejo de Administración en el centro del diseño y seguimiento de las estrategias de IA. La razón es tan evidente como contundente: los algoritmos condicionan decisiones críticas y su impacto —positivo o negativo— puede afectar directamente a la reputación, la competitividad y la sostenibilidad de la empresa.
“La inteligencia artificial ya no puede considerarse un elemento accesorio, sino un catalizador que condiciona decisiones críticas”, subraya Mario Lara, director del Centro de Gobierno Corporativo de Esade. Su planteamiento ilustra un cambio de paradigma: para garantizar un uso ético de estas tecnologías, los consejeros deben comprender los fundamentos de la IA, cuestionar sus límites y supervisar sus implicaciones técnicas y éticas.
El documento insiste en que el desafío no es únicamente tecnológico. La IA tiene una dimensión organizativa y cultural que afecta a la estructura interna, a la formación del talento y a la gestión de los datos. En este escenario, el Consejo de Administración se convierte en garante de que los proyectos de IA se desarrollen respetando la misión corporativa y las expectativas de todos los grupos de interés.
Transparencia, explicabilidad y protección de datos: pilares ineludibles
La guía subraya la necesidad de que las empresas cuenten con marcos sólidos de gobernanza que aseguren un uso ético, transparente y conforme con la normativa. El documento insiste en integrar principios que van desde la inteligibilidad de los sistemas hasta la mitigación de riesgos sociales, ambientales o de discriminación.
Este enfoque no solo responde a las exigencias regulatorias europeas, sino también a la demanda social creciente de transparencia y responsabilidad en el uso de tecnologías que influyen en la vida cotidiana.
Los riesgos éticos: un reto… y una oportunidad estratégica
La guía advierte sobre los principales riesgos asociados a la IA: sesgos algorítmicos, falta de explicabilidad, dificultades para atribuir responsabilidades, potencial uso indebido de datos o fallos de precisión que pueden afectar a personas reales. Sin embargo, plantea que una gobernanza rigurosa no solo sirve para mitigarlos, sino que puede convertirse en una ventaja competitiva.
“Las empresas que sitúan la ética en el centro no solo reducen su exposición a riesgos, sino que incrementan productividad y competitividad”, afirma Ana Gobernado, directora general de IBM Consulting para España, Portugal, Grecia e Israel. Para la directiva, un marco de gobierno sólido y adaptable es clave para generar valor sostenible y fortalecer la confianza entre todos los grupos de interés.
Ana Gobernado, directora general de IBM Consulting España, Portugal, Grecia e Israel, y Mario Lara, director del Centro de Gobierno Corporativo de Esade y de Esade Madrid, durante la presentación de la ‘Guía de consejeros para una IA ética’ en Esade Madrid.
Recomendaciones para los consejeros: formación, supervisión y estructuras específicas
Entre las recomendaciones que recoge el documento para los consejos de administración destacan varias líneas de actuación:
- Establecer un marco de gobernanza propio para la IA, con principios claros y alineado con los valores corporativos.
- Crear un grupo de trabajo o consejo asesor especializado, que analice los riesgos éticos y supervise los proyectos.
- Asignar responsabilidades específicas, evitando que la IA quede dispersa entre departamentos.
- Formar a los consejeros, mediante programas continuos que les permitan entender la tecnología y adoptar decisiones informadas.
- Promover la transparencia, tanto interna como externa, para que clientes, empleados e inversores comprendan cómo se utilizan los sistemas.
- Garantizar una supervisión y auditoría continuas, esenciales en un entorno tecnológico en constante evolución.

